Mi primera semana en Estados Unidos fue en Manhattan, estuve viviendo en un apartamento en la zona norte cerca a la Universidad de Columbia. Era chévere tener a Starbucks a la vuelta de la esquina, el supermercado al cruzar la calle y la estación del subway más o menos a una cuadra. Eso sin mencionar los parques por los que caminé a pesar del frío de primavera. Era chévere. Manhattan es otro mundo.
Después me mudé con la familia a Sea Cliff en Long Island. Sea Cliff es una villa pero me gusta llamarle pueblo, sé que es pequeño pero villa lo hace diminuto. Los primeros días no me sentía cómoda, me hacía falta el sonido de las sirenas que escuchaba a media noche en Manhattan o los perros de los vecinos de Cali. Mi primera impresión fue: aburridoooooooo. Ya luego este pueblito me hizo recordar a Stars Hollow o a Everwood, a pesar de ser pequeño y de no tener sitios turísticos Sea Cliff tiene su propio encanto.
En el Café hay un señor que se siente exclusivamente a saludar a todo el que pasa. Me imagino que es el dueño, aunque aquí la gente acostumbra a sonreírle al resto del mundo, la verdad es que la primera vez que me saludó con tanta emoción pensé que era alguien que me habían presentado y que tal vez en ese momento no recordaba pero no, cuando entré al Café me di cuenta que no sabía quién era y para no pasar más pena me compré un café mocha.
Los viejitos salen a pasear a los perros, las nanas van a los parques a entretener a los nenes y la estación de tren que lo lleva a uno a todo lado queda a 30 minutos de mi casa (caminando). La gente se siente a leer en los parques o se van a la playa a coger color, he visto viejitos que se detienen a medio camino, se bajan del carro, sacan una silla portable y se sientan frente al mar a escribir o leer. Sí, hay muchos viejitos pero muchos de ellos Son Muy Amables. En general todos son muy amables, la gente en la calle saluda así no seas el vecino de al lado y cuando entro al banco hasta café me ofrecen así vaya sólo a retirar dinero.
Antes de llegar acá busqué por internet información sobre Sea Cliff y vi que habían parques bonitos por visitar, un museo y la biblioteca. Pienso que con buenas fotografías se puede vender de todo en internet, hasta ideas, lo cierto es que a pesar de que hay algunas zonas que para mi concepto están un poco descuidadas es agradable vivir aquí, hay paisajes hermosos, calles lindas por donde caminar y la playa, cómo olvidar el mar! Definitivamente es uno de esos lugares a donde uno quiere volver después del ajetreo y el corre-corre en la ciudad.
