Tu me Pides que deje de volar, que enumere mis plumas y me arroje a tus suenos. Tu me pides que ahuyente mis demonios y entierre mis raices entre las rocas, que destroce mi corazon anaranjado entre tus manos. Sin decir una palabra me mandas un vendabal de razones para respirar mas profundo, para seguir las huellas con mas adiccion. Y yo distraido entre tantas nuves blancas persiguiendo anemonas rosadas. Embobado con el trasluz suave de la luz, escucho el eco de tu voz en la distancia, evocando antiguas historias, lanzando conjuros blancos hacia mi pared muda. Solo tengo promesas desnudas y debiles, y es que el destino me trae colgando de un adios...