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Paseito

Hoy estuve pedaleando desde aquí hasta el centro. Estos dias hace sol y llueve a ratos. Y cuando empezaba a llover me desanimaba de salir en la bici; uno, porque no Tengo tapabarros -Aunque suene banal- estéticamente me parece que desentonan con las líneas de una bicicleta y dos, porque me mojo pues…

Pero hoy pensé justamente en eso: porqué.

¿De dónde me sale el miedo a mojarme?

La lluvia que cae estos días, si bien es constante, no es como, por ejemplo, la de la selva más que a ratos o en contadas ocasiones. Y luego pasa. Pensé en las cosas que hecho, los lugares donde he estado, el invierno, las montañas.. ¿porqué me preocupa ahora tanto salir con lluvia? Mi bicicleta no se oxida, yo tampoco. Tengo un super buen Impermeable. ¿Qué me hace Realmente evitar salir y pedalear?

Todo es mental.

Empaqué mi impermeable y salí. Ubiqué la pista de bicicletas a pocas cuadras de aquí y el camino es interesante, pasa por jardines y es separado de las pistas en buena parte de la ruta. Me desubiqué y terminé tomando la entrada a una isla. Volví un poco más allá y ví una caseta de la Route Verte que tenía un plano. Al acercarme salió un tipo que amablemente me explicó como llegar al downtown y me regaló unos planos. Realmente, que fácil es aqui vivir sin auto.

Luego, empezó a llover. Me puse el impermeable y ya. Pedaleaba feliz en mis tevas que aunque se mojen o no funkan igual y mis pies van frescos.

No pasó nada. Incluso la lluvia pasó al rato.

Pensé entonces que llevé el impermeable por las puras.

Y disfruté el resto de mi paseo hasta el Viejo Puerto de Montréal.

A la hora que llegué por allá además de hacer lo que tenía que hacer noté que la luz da una atmósfera especial a todos los edificios viejos. Pensé en tomar fotos y recordé que no había llevado mi cámara. Y que aún así la hubiera llevado mi cámara digital al ser automática no me permite controlar exposición y velocidad como para captar esos tonos maravillosos de la puesta de sol y de los azules entre el crepúsculo y las luces de la ciudad iluminando el cielo. Y mi otra cámara es de película, aunque superior en calidad, es una joda revelar, imprimir y luego escanear.

El fin de semana pensaba en eso, que realmente necesito otra cámara que debo vender las que tengo -o al menos la digital- y comprar una que me de más control para lograr las tomas que quiero.

Y caí en cuenta que estoy en Montréal. Aquí puedo realmente encontrar todas la Leica o Nikons que quiera. A un precio a veces, pero al menos aquí están. En fín eso es materia de otro post.

El regreso fue más impresionante aún. La luz de los edificios reflejada sobre las aguas tranquilas del canal mientras pedaleaba por la pista de bicicletas apenas iluminada por unas farolas cada 50 u 80 mts.

Que ganas de tomar unas fotos realmente.

Y así me pasé como 12 cuadras más de la calle donde estoy…

Pero bueno, primera vez que regreso de noche. Y estaba disfrutando de la vista.




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