Con más entusiasmo que conocimientos, decidí participar en un Juego Virtual de la Bolsa de Valores de Lima, en la que éramos 43 inversionistas con una cantidad de 100 Mil Soles cada uno. El juego consistía en generar la mayor ganancia durante una semana, invirtiendo en grandes Compañías como Alicorp, Graña y Montero, Credicorp, Banco Continental, etc. Los precios de las acciones eran reales, conforme a los índices de la Bolsa de Lima.
Había estado esperando la competencia con ansias desde hacía un par de semanas; imaginaba empezar invirtiendo todo mi capital en Graña y Montero y en Aceros Arequipa, debido al “Boom” de la construcción. Sin embargo, me tope con dos problemas:
El primero fue que realicé mi primera compra de acciones fuera de tiempo; de tal manera que los administradores del juego me sancionaron, relegándome al último lugar del Ranking de inversionistas participantes, para esa primera jugada, con una pérdida de - 3.05% del saldo inicial. Lo segundo, y probablemente lo peor, fue que por esa semana Graña y Montero, Aceros Arequipa y otras Cías. Constructoras sufrieron una caída en la Bolsa, con lo que mi inversión en los 2 primeros días, terminó por consolidarme en el último lugar y al mismo tiempo mi entusiasmo inicial sufrió un bajón más estrepitoso que la caída del dólar en lo que va del año.
Concluí entonces que soy un mal inversionista; terminé antepenúltimo en el Ranking Final con una pérdida de – 2.71%. Sin embargo, debido a que aún soy aprendiz, volveré a participar el próximo año.
Finalmente, lo misterioso fue que a los tres días, recibí una llamada desde Costa Rica preguntándome si deseaba invertir en Compañías altamente rentables de dicho país, en cuyo caso debía contar con $15 mil Dólares Americanos en efectivo; pensé inmediatamente que dicha llamada se podía atribuir a un supuesto curso sobre Mercado Bursátil, en el que me inscribí por Internet.
Naturalmente le dije al señor de la llamada persuasiva y acento caribeño, que soy un estudiante universitario cuyas prácticas pre-profesionales son remuneradas en el Perú “muy por debajo del promedio”, y que tal vez de acá a un mediano plazo estaría gustoso de invertir. “¿Cuánto es mediano plazo? Me preguntó; “un año”, mentí. Se comprometió entonces a llamarme y yo a estar listo para ese entonces.
..…desde luego no le conté mi experiencia en el Simulador Virtual de Bolsa; de lo contrario me hubiese dicho: “¡MEJOR DEDÍQUESE A SER ABOGADO!”
