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CÁNCER DE SENO









La información que aparece a continuación esta en un resumen sobre este tipo de cáncer. Para recibir información más detallada, llame sin costo al 1-800-227-2345, o visite el sitio Web www.cancer.org.




Antes de comenzar, un vídeo muy bueno acerca de autoexamen mamario


¿Qué es el cáncer?



El cáncer ocurre cuando las células en alguna parte del cuerpo comienzan a crecer sin control. Las células normales se dividen y crecen de manera ordenada, mientras que las células cancerosas no lo hacen. Éstas continúan creciendo y desplazando a las células normales. Aunque existen muchos tipos de cáncer, todos tienen en común un crecimiento incontrolable de las células.

Los diferentes tipos de cáncer pueden comportarse de manera muy distinta. Por ejemplo, el cáncer de pulmón y el cáncer de seno son enfermedades muy diferentes. Crecen a una tasa diferente y responden a diferentes tratamientos. Es por esto que las personas con cáncer necesitan recibir un tratamiento dirigido a su tipo específico de cáncer.

Algunas veces las células cancerosas se desprenden del tumor y se propagan a otras partes del cuerpo por medio de la sangre o del sistema linfático. Pueden establecerse en una región nueva y formar nuevos tumores. Cuando esto ocurre, se le llama
 metástasis. El cáncer que se propaga de esta manera se conoce como cáncer metastásico.

Aun cuando el cáncer se ha propagado a otra localización en el cuerpo, se sigue llamando como la parte del cuerpo donde se originó. Por ejemplo, si el cáncer de próstata se propaga a los huesos, se sigue llamando cáncer de próstata. Si el cáncer de seno se propaga a los pulmones, sigue siendo cáncer de seno. Algunas veces el cáncer regresa después del tratamiento en una persona que parecía haber superado la enfermedad. Esto se conoce como
 recurrencia.


¿Qué es el cáncer de seno?

El cáncer de seno es un tumor maligno (canceroso) que se origina de las células del seno. Esta enfermedad ocurre principalmente en las mujeres, pero los hombres también pueden desarrollar cáncer de seno. En este documento nos enfocaremos al cáncer de seno en mujeres; para el cáncer de seno en hombres, se puede consultar el documento  Breast Cancer in Men
 (disponible en inglés) de la Sociedad Americana del Cáncer.

Partes del seno normal

Para entender el cáncer de seno, resulta útil familiarizarse un poco con la estructura y las partes de un seno normal, lo cual se muestra en la ilustración a continuación.

El seno de una mujer está formado por glándulas mamarias o productoras de leche (lobulillos), conductos (pequeños tubos que llevan la leche de los lobulillos al pezón), tejido adiposo y conectivo, vasos sanguíneos y vasos linfáticos. La mayoría de los cánceres del seno comienzan en las células que recubren los conductos (cáncer ductal), algunos inician en los lobulillos (cáncer lobulillar), y un pequeño número de casos se origina en otros tejidos.



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El sistema linfático

El sistema linfático es una de las principales maneras en que los cánceres en el seno pueden propagarse. Los ganglios linfáticos son pequeños grupos, en forma de frijol, de células del sistema inmunitario (células que luchan contra las infecciones) que están conectados por vasos linfáticos. Los vasos linfáticos son similares a venas pequeñas, excepto que transportan un líquido claro llamado linfa (en lugar de sangre) fuera del seno. Las células del cáncer de seno pueden ingresar en los vasos linfáticos y comenzar a crecer en los ganglios linfáticos.

La mayoría de los vasos linfáticos del seno conducen a los ganglios linfáticos debajo del brazo (axila), los cuales se conocen como
 ganglios axilares. Si las células del cáncer de seno llegan a los ganglios linfáticos debajo del brazo y siguen creciendo, éstas harán que se inflamen los ganglios. El doctor necesita saber si las células cancerosas se han propagado a los ganglios linfáticos, ya que de ser así, existe una probabilidad mayor de que las células hayan alcanzado el torrente sanguíneo y se hayan propagado a otros lugares del cuerpo. Mientras más ganglios linfáticos contengan cáncer, mayor es la probabilidad de que haya cáncer en otros órganos también. Esto podría afectar el plan de tratamiento.

Masas en los senos que no son cáncer

La mayoría de las masas o protuberancias en los senos son benignas, esto significa que no son cáncer. Los tumores benignos del seno son crecimientos anormales, pero no se propagan fuera del seno y no ponen la vida en peligro. Pero algunas protuberancias benignas en los senos pueden aumentar el riesgo de que se conviertan en cáncer de seno en una mujer.
 

La mayoría de estas masas son causadas por cambios fibroquísticos. Los quistes son sacos llenos de líquido. La fibrosis es la formación de tejido cicatricial. Estos cambios pueden causar inflamación y dolor de los senos. A menudo estos cambios suceden en una mujer justo antes de que su menstruación comience. Puede que se sientan protuberancias en los senos y en ocasiones presentan una secreción clara o ligeramente turbia del pezón. Para más información sobre cambios fibroquísticos y otros cambios benignos en los senos, consulte nuestro documento
 Condiciones no cancerosas del seno.

 
Términos del cáncer de seno

Puede ser difícil entender algunas de las palabras que su doctor utiliza para hablar sobre el cáncer de seno. A continuación le presentamos algunas de esas palabras especiales que pudiera escuchar:
Carcinoma:
 este término se usa para describir un cáncer que ha comenzado en la capa de revestimiento de órganos como el seno. Casi todos los cánceres de seno son carcinomas (carcinomas ductales o carcinomas lobulillares). 
Adenocarcinoma:  éste es un tipo de cáncer que comienza en el tejido de las glándulas (tejido que produce y segrega una sustancia). Los conductos y los lobulillos del seno son tejidos de glándulas (los cuales producen leche), por lo que a los cánceres que comienzan en estas áreas a menudo se les llama adenocarcinomas.
Carcinoma in situ:
 este término se utiliza para la etapa temprana del cáncer, cuando sólo sigue en la capa de las células donde se originó. Cuando se refiere al cáncer de seno, in situ significa que las células cancerosas están solamente en los conductos (carcinoma ductal in situ) o en los lobulillos (carcinoma lobulillar in situ). No se ha propagado al tejido más profundo en el seno ni a otros órganos del cuerpo. A veces se les refiere como cánceres no invasivos o pre-invasivos de seno.
Carcinoma invasivo (infiltrante):
 un cáncer invasivo ya ha alcanzado más allá de la capa de células donde se originó (contrario al carcinoma in situ). La mayoría de los cánceres de seno son carcinomas invasivos (carcinoma ductal invasivo o carcinoma lobulillar invasivo).
Sarcoma:
 éstos son cánceres que comienzan en los tejidos conectivos, tal como el tejido muscular, el tejido adiposo o los vasos sanguíneos. Los sarcomas del seno ocurren muy pocas veces.

Tipos del cáncer de seno

Existen muchos tipos del cáncer de seno, pero algunos de ellos ocurren muy pocas veces. Algunas veces un tumor del seno puede ser una mezcla de estos tipos o ser una combinación de los tipos
 in situ e invasivo.
Carcinoma ductal in situ (DCIS):
 éste es el tipo más común de cáncer no invasivo del seno. DCIS significa que el cáncer está solamente en los conductos y no se ha propagado a través de las paredes de los conductos al tejido del seno. Casi todas las mujeres que tienen cáncer en esta etapa logran una cura completa. A menudo, la mejor manera de detectar el carcinoma ductal in situ a tiempo es con un mamograma. Si hay partes con células cancerosas muertas o moribundas (conocido como necrosis tumoral) dentro de la muestra de la biopsia (tejido que se extrae para ser observado en el laboratorio), es probable que el tumor crezca y se propague con rapidez (un tumor más agresivo).
Carcinoma lobulillar in situ (LCIS):
 esta condición se origina en las glándulas mamarias (glándulas productoras de leche o lobulillos) y no atraviesa la pared de los lobulillos. Aunque no es un verdadero cáncer, el carcinoma lobulillar in situ aumenta el riesgo de que una mujer desarrolle cáncer de seno más adelante. Por este motivo, es importante que las mujeres con LCIS no dejen de someterse a sus mamogramas ni falten a sus citas médicas.
Carcinoma ductal invasivo (o infiltrante) (IDC):
 este es el cáncer de seno más común. Comienza en un canal (conducto) lácteo, penetra la pared del conducto e invade el tejido del seno. Desde ese lugar es posible que pueda propagarse a otras partes del cuerpo (hacer metástasis). Es responsable de aproximadamente 8 de cada 10 casos de cáncer invasivo del seno.
Carcinoma lobulillar invasivo (infiltrante) (ILC):
 este cáncer comienza en las glándulas mamarias (lobulillos). Puede propagarse a otras partes del cuerpo (hacer metástasis). Aproximadamente 1 de cada 10 de los cánceres invasivos del seno son de este tipo. 
Cáncer inflamatorio del seno (IBC):
 este tipo de cáncer invasivo del seno no es común.  Representa aproximadamente del uno al tres por ciento de todos los cánceres de seno. Por lo general, no se presenta una sola protuberancia o tumor, sino que el IBC hace que la piel del seno luzca rojiza y se sienta acalorada. También hace que la piel se haga más gruesa y presente hoyuelos, como la cáscara de una naranja. Puede que el seno se vuelva más grande, duro, sensible o que sienta picazón. 

En sus etapas iniciales, este tipo del cáncer de seno a menudo se confunde con una infección. Debido a que no hay una masa definida, es posible que no aparezca en un mamograma, lo que hace que sea aún más difícil detectarla temprano. Éste cáncer presenta usualmente una mayor probabilidad de propagación y un peor pronóstico que el cáncer ductal invasivo o lobulillar invasivo. Para más información, consulte el documento disponible en inglés sobre cáncer inflamatorio del seno ( Inflammatory Breast Cancer).

Existen también muchos otros tipos menos comunes del cáncer de seno. Usted puede obtener información sobre éstos a través de nuestro número gratuito o nuestra página en Internet.


¿Cuántas mujeres tienen cáncer de seno?

En los Estados Unidos, los cálculos más recientes de la Sociedad Americana del Cáncer en cuanto al cáncer de seno para el 2009 indican:
  • 192,370 casos nuevos de cáncer invasivo de seno.
  • 40,170 muertes por cáncer de seno.

El cáncer de seno es el cáncer más común entre las mujeres en los Estados Unidos, después del cáncer de la piel. Es la segunda causa principal de muerte por cáncer en las mujeres, después del cáncer de pulmón.

La probabilidad de que una mujer desarrolle cáncer invasivo de seno durante su vida es un poco menos de 1 en 8. La probabilidad de morir por cáncer de seno es de aproximadamente 1 en 35.  Las tasas de mortalidad del cáncer de seno han estado disminuyendo. Probablemente, esta disminución sea el resultado de la detección más temprana y de mejores tratamientos. En la actualidad, hay más de dos millones y medio de sobrevivientes de cáncer de seno en los Estados Unidos.


¿Cuáles son las causas del cáncer de seno?

Ciertos cambios en el ADN pueden causar que las células normales del seno se conviertan en cáncer. El ADN es el elemento químico en cada una de nuestras células que contiene nuestros genes (las instrucciones sobre cómo funcionan nuestras células). Ciertos cambios hereditarios en el ADN (mutaciones) pueden incrementar el riesgo de cáncer en las personas y ser la causa de los cánceres que surgen entre los miembros de algunas familias. Por ejemplo, los genes BRCA1  BRCA2 son genes supresores de tumores al evitar que algunos cánceres puedan formarse. Cuando estos genes sufren cambios (mutan), éstos ya no pueden hacer que las células mueran en su momento indicado, haciendo más probable que se desarrolle un cáncer.

Pero la mayoría de los cambios en el ADN del cáncer de seno ocurren de forma independiente en las células del seno durante la vida de una mujer en lugar de que dichos cambios hayan sido hereditarios. Por lo pronto, todavía no se sabe las causas de la mayoría de las mutaciones del ADN que podrían resultar en cáncer.

Factores de riesgo

Aunque aún no sabemos exactamente qué causa el cáncer de seno, sí sabemos que existen ciertos factores de riesgo asociados con la enfermedad. Un factor de riesgo es cualquier cosa que aumenta las probabilidades de que una persona contraiga una enfermedad, como por ejemplo el cáncer. Los distintos tipos de cáncer conllevan diferentes factores de riesgo. Algunos factores de riesgo, tal como fumar, consumir alcohol y la alimentación están asociados con cosas que una persona hace. Otros, como la edad de la persona, la raza o sus antecedentes familiares, no se pueden cambiar.
 

Pero los factores de riesgo no lo indican todo. El tener un factor de riesgo, o incluso varios, no significa que una mujer tendrá cáncer de seno. Algunas mujeres que tienen uno o más factores de riesgo nunca desarrollan la enfermedad, y la mayoría de las mujeres que lo desarrollan no tienen ningún factor de riesgo. Algunos factores tienen un mayor peso sobre el riesgo que otros, y el riesgo de cáncer de seno cambia con el transcurso del tiempo debido a factores como el envejecimiento o el estilo de vida.

Aunque muchos factores de riesgo pudieran aumentar las probabilidades de llegar a tener cáncer de seno, todavía no se sabe bien cómo algunos de estos factores de riesgo causan que las células se conviertan en cáncer. Las hormonas parecen desempañar un papel en muchos casos del cáncer de seno, aunque no se conoce totalmente cómo esto ocurre.

Factores de riesgo que usted no puede cambiar
Sexo:
 el hecho de ser mujer es el factor de riesgo principal del cáncer de seno. Aun cuando los hombres también desarrollan la enfermedad, resulta 100 veces más común entre las mujeres.
Edad:
 las probabilidades de desarrollar cáncer de seno incrementan a medida en que la edad de la mujer aumenta. Alrededor de dos de cada tres mujeres con cáncer invasivo de seno tienen 55 años o más cuando se les encontró el cáncer. 
Factores de riesgo genéticos:
 se cree que aproximadamente de 5 a 10 por ciento de los casos del cáncer de seno está relacionado con cambios (mutaciones) hereditarios en ciertos genes. Los cambios genéticos más comunes son los cambios en los genes BRCA1 y BRCA2. Las mujeres con estos cambios genéticos presentan hasta un 80 por ciento de probabilidad de desarrollar cáncer de seno durante sus vidas. Otros cambios genéticos pudieran también aumentar el riesgo del cáncer de seno.
Antecedentes familiares:
 el riesgo del cáncer de seno es mayor entre las mujeres cuyos familiares directos (consanguíneos) desarrollaron esta condición. Estos parientes pueden ser tanto del lado de la familia de la madre como de la del padre. El que su madre, hermana o hija padezca del cáncer de seno casi duplica el riesgo de una mujer. Es importante señalar que del 70 al 80 por ciento de las mujeres que padecen del cáncer de senono tienen antecedentes familiares de esta enfermedad.
Antecedentes personales de cáncer del seno:
 una mujer que tenga cáncer en un seno tiene mayores probabilidades de tener un nuevo cáncer en el otro seno o en otra parte del mismo seno. Esto es diferente a un regreso del primer cáncer (conocido como recurrencia).
Raza:
 las mujeres de raza blanca tienen ligeramente mayores probabilidades de tener cáncer de seno que las mujeres de raza negra. Sin embargo, las mujeres de raza negra tienen mayores probabilidades de morir de este tipo de cáncer. Parece que al menos parte de esto se debe a que las mujeres de raza negra tienen tumores que crecen con mayor rapidez, pero no se sabe por qué. Las mujeres asiáticas, hispanas e amerindias (indígenas de Estados Unidos) tienen un menor riesgo de padecer y morir de cáncer de seno.
Tejido denso del seno:  el tejido denso del seno significa que hay más tejido glandular y menos tejido adiposo. Las mujeres con tejido del seno más denso tienen un riesgo más elevado del cáncer de seno. El tejido denso del seno puede también dificultar a los médicos la detección de problemas en los mamogramas.
Ciertos problemas benignos (que no son cáncer) en el seno:
 las mujeres con ciertos cambios benignos en los senos pueden estar en un riesgo aumentado de desarrollar cáncer de seno. Algunos de estos cambios son más probables a convertirse en cáncer de seno que otros. Para más información, consulte nuestro documento Condiciones no cancerosas del seno.
Carcinoma lobulillar in situ:
 las mujeres con carcinoma lobulillar in situ (LCIS) tienen un riesgo de siete a once veces mayor de padecer cáncer en cualquiera de los senos que las mujeres sin esta condición.
Menstruaciones:
 las mujeres que comenzaron a menstruar a una edad temprana (antes de los 12 años), o que experimentaron la menopausia después de los 55 años de edad, tienen un riesgo ligeramente más alto de desarrollar cáncer de seno. Como resultado de haber tenido más menstruaciones durante su vida, estas mujeres han estado expuestas a más hormonas de estrógeno y progesterona.
Antecedentes de tratamientos con radiación:
 las mujeres que recibieron tratamiento con radiación en el área del tórax (pecho), como parte de su tratamiento contra algún otro cáncer durante su infancia o adolescencia, tienen un riesgo significativamente más alto del cáncer de seno. Este riesgo varía con la edad de la paciente al momento de recibir la radiación. El riesgo de la radiación a la región del pecho es mayor si la radiación se administró durante la adolescencia, cuando los senos estaban aún en desarrollo. La radioterapia después de los 40 años no parece aumentar el riesgo de cáncer de seno.
Tratamiento con dietilestilbestrol (DES):
 en el pasado, se administró a algunas mujeres embarazadas el medicamento dietilestilbestrol, ya que se pensaba que éste disminuía las probabilidades de perder el bebé (aborto). Estudios recientes han reportado que estas mujeres (y sus hijas que estuvieron expuestas al DES mientras estaban en la matriz de la madre), presentan un leve aumento en el riesgo de tener cáncer de seno. Para más información puede consultar nuestro documento (disponible en inglés) DES Exposure: Questions and Answers.

Riesgo del cáncer de seno y decisiones en el estilo de vida
No tener hijos o tenerlos a una edad mayor en la vida:
 las mujeres que no han tenido hijos o aquéllas que tuvieron su primer hijo después de los 30 años, tienen un riesgo ligeramente mayor de tener cáncer de seno. El haber tenido varios embarazos a una edad joven reduce el riesgo. El embarazo reduce el número total de ciclos menstruales en la vida de una mujer, lo cual puede que sea una razón de este efecto.
Uso reciente de pastillas para prevenir el embarazo (anticonceptivos orales):
 los estudios han reportado que las mujeres que están usando anticonceptivos orales en la actualidad tienen un riesgo ligeramente mayor de tener cáncer de seno que aquellas mujeres que nunca los han usado. El riesgo parece bajar a lo normal con el paso del tiempo una vez se dejan de tomar las pastillas anticonceptivas. Las mujeres que dejaron de usar la píldora hace más de diez años no aparentan tener un mayor riesgo. Es recomendable consultar los riesgos y beneficios de las pastillas anticonceptivas con su doctor.
Uso de terapia hormonal posmenopáusica (PHT):
 la terapia hormonal posmenopáusica (también conocida como terapia de restitución de hormonas) ha sido usada por muchos años para aliviar los síntomas de la menopausia y prevenir la osteoporosis (adelgazamiento de los huesos). 

Existen dos tipos principales de terapia hormonal posmenopáusica. Para las mujeres que siguen teniendo un útero (matriz), los doctores a menudo recetan estrógeno y progesterona (conocida como terapia hormonal posmenopáusica combinada). El estrógeno por sí solo puede aumentar el riesgo de cáncer del útero, por lo tanto se agrega progesterona para ayudar a prevenir dicho riesgo. Por otro lado, a las mujeres que ya no tienen útero (aquellas que se sometieron a una histerectomía) se les puede recetar sólo estrógeno. A esto se le conoce comúnmente como terapia de restitución de estrógeno (ERT).
  • Terapia hormonal posmenopáusica combinada: el uso de esta terapia aumenta el riesgo de tener cáncer de seno. Además, pudiera aumentar las probabilidades de morir de cáncer de seno. Puede que también el cáncer de seno sea encontrado en una etapa más avanzada. El riesgo del cáncer de seno parece regresar a la normalidad cinco años después de haber terminado la PHT. 
  • Terapia de restitución de estrógenos: el uso de estrógeno solo no parece aumentar por mucho el riesgo del cáncer de seno, si es que lo llega aumentar en lo absoluto. Sin embargo, en algunos estudios se ha descubierto que la ERT aumenta el riesgo de cáncer del ovario y del seno cuando se usa por mucho tiempo (por más de 10 años).

Actualmente, parece que existen pocas razones contundentes para usar la terapia de reemplazo hormonal, que no sean para aliviar los síntomas de la menopausia a corto plazo. No obstante, existen otros factores a considerar, por lo que usted debe consultar con su doctor las ventajas y desventajas de usar la PHT. Si una mujer y su médico deciden emplear la terapia hormonal posmenopáusica como tratamiento de los síntomas menopáusicos, por lo general es mejor usar la menor dosis posible y por el tiempo más breve que sea efectiva para ella.
Evitar la lactancia:
 algunos estudios indican que la lactancia (amamantar al bebé) reduce ligeramente el riesgo del cáncer de seno, especialmente si el periodo de lactancia es de 1½ a 2 años. La razón pudiera ser que la lactancia, al igual que el embarazo, disminuye el número total de periodos menstruales.
Alcohol:
 el consumo de bebidas con alcohol está claramente asociado a un aumento en el riesgo de padecer cáncer de seno. Las mujeres que toman una bebida al día tienen un riesgo ligeramente más alto. Aquéllas que toman de dos a cinco bebidas al día tienen alrededor de 1 ½ veces más riesgo que las mujeres que no toman alcohol. La Sociedad Americana del Cáncer recomienda que se limite la cantidad de consumo de alcohol a no más de una bebida por día, si es que consume bebidas con alcohol.
Sobrepeso u obesidad:
 esto se asocia con un riesgo más alto del cáncer de seno, especialmente para las mujeres después de la menopausia o si el aumento de peso ha ocurrido en la edad adulta. Además, el riesgo parece ser mayor si la grasa adicional se encuentra alrededor de la cintura. Pero la relación entre el peso y el riesgo de cáncer de seno es compleja, y los estudios sobre el consumo de grasa en la alimentación y cómo afecta el riesgo de cáncer de seno han reportado resultados contradictorios. La Sociedad Americana del Cáncer recomienda que mantenga un peso saludable durante toda la vida y que evite las subidas excesivas de peso.
Falta de ejercicio:
 hay estudios que han demostrado que el ejercicio reduce el riesgo del cáncer de seno. La única pregunta es determinar cuánto ejercicio es necesario. Un estudio reveló que con tan sólo 1 ¼  a  2 ½ horas de caminata a la semana se puede reducir el riesgo en un 18%. Con diez horas de caminata a la semana se redujo el riesgo aún un poco más. La Sociedad Americana del Cáncer sugiere hacer ejercicio por cinco o más días por semana durante 45 a 60 minutos cada sesión.

Factores de riesgo inciertos
Alimentos con alto contenido de grasa:
 los estudios relacionados con la grasa en la alimentación y el riesgo del cáncer de seno frecuentemente dan resultados conflictivos. La mayoría de los estudios han encontrado que el cáncer de seno es menos común en países donde la dieta típica es baja en grasa. Por otro lado, muchos estudios realizados en las mujeres de los Estados Unidos no han encontrado que exista una relación entre el riesgo del cáncer de seno y la cantidad de grasa que consumen. Los investigadores todavía no están seguros de cómo explicar esta diferencia. Es necesario realizar más investigaciones para entender mejor el efecto de los tipos de grasa consumidos y el peso corporal sobre el riesgo del cáncer de seno. 

La Sociedad Americana del Cáncer recomienda comer alimentos saludables que incluyan cinco o más porciones de frutas y verduras al día, optando por granos integrales en lugar de granos procesados (refinados), y limitar el consumo de carnes rojas y procesadas.
Desodorantes antitranspirantes y sostenes:
 han surgido rumores en que circulan por medios electrónicos (Internet, correo electrónico, etc.) que sugieren que los desodorantes antitranspirantes pueden causar cáncer de seno. Existe muy poca evidencia que apoye esta idea. Tampoco hay evidencia que respalda la declaración de que los sostenes pueden causar cáncer de seno.
Abortos:
 varios estudios indican que los abortos inducidos no aumentan el riesgo de cáncer de seno. Además, no existe evidencia que muestre una relación directa entre los abortos naturales y el cáncer de seno. Para más información, remítase al documento en inglés de la Sociedad Americana del Cáncer Is Having an Abortion Linked to Breast Cancer?
Implantes de seno:
 los implantes de seno hechos de silicona pueden hacer que se forme tejido cicatricial en el seno. Pero hay estudios que reportan que esto no aumenta el riesgo del cáncer de seno. Si usted tiene implantes de seno, pudiera requerir una radiografía especial durante la mamografía.
Contaminación:
 se está llevando a cabo mucha investigación para determinar cómo el ambiente podría afectar el riesgo del cáncer de seno. Por ahora, la investigación no muestra una relación clara entre el cáncer de seno y los contaminantes ambientales. 
Fumar tabaco:
 la mayoría de los estudios han reportado que no hay una relación entre fumar cigarrillos y el cáncer de seno. Un tema que continúa siendo un punto de investigación es si el humo de segunda mano (el humo que sale del cigarrillo de otra persona) pudiera aumentar el riesgo del cáncer de seno. Sin embargo, la evidencia sobre el humo de segunda mano y el riesgo del cáncer de seno en los estudios realizados con humanos no se ha aclarado. De todas maneras, el que haya una pequeña posibilidad con el cáncer de seno es otra razón para evitar rodearse del humo de segunda mano.
Trabajo nocturno:
 algunos estudios han sugerido que las mujeres que trabajan durante la noche (como enfermeras en horario nocturno, por ejemplo) presentan un riesgo mayor del cáncer de seno, Esto es un hallazgo bastante reciente, y se están realizando más investigaciones para analizar esta relación.


¿Se puede prevenir el cáncer de seno?

No existe una manera segura de prevenir el cáncer de seno, pero existen algunas cosas que todas las mujeres pueden hacer, lo cual podría reducir su riesgo, o en caso de que el cáncer suceda, podría favorecer las probabilidades de detectar la enfermedad en sus etapas iniciales cuando es más tratable.
Reducción de su riesgo:
 es posible que reduzca su riesgo de llegar a tener cáncer de seno al cambiar algunos de los factores de riesgo que puede controlar. Si usted limita el consumo de alcohol, hace ejercicio de forma habitual y mantiene un peso saludable, estará disminuyendo su riesgo del cáncer de seno. Las mujeres que deciden amamantar por al menos varios meses puede que también reduzcan su riesgo del cáncer de seno.

Además, el no recibir terapia hormonal posmenopáusica puede también ayudar a evitar el riesgo.
Detección temprana del cáncer de seno:
 también es importante que todas las mujeres sigan las guías de la Sociedad Americana del Cáncer para detección temprana del cáncer de seno (remítase a la sección "¿Cómo se detecta el cáncer de seno?").

Para mujeres que tienen o pueden tener un riesgo aumentado

Si se encuentra en un riesgo más elevado de llegar a tener cáncer de seno, hay algunas cosas que puede hacer para disminuir sus probabilidades de desarrollar la enfermedad. Consulte a su médico antes de decidir cuáles de las siguientes acciones, en caso de haberlas, puede que sean adecuadas para usted.
Prueba genética:
 existen algunas pruebas que pueden indicar si una mujer presenta cambios (mutaciones) en ciertos genes asociados con el cáncer de seno. Con esta información, las mujeres pueden tomar medidas para reducir su riesgo. Recientemente el US Preventive Services Task Force hizo unas recomendaciones sobre las pruebas genéticas. Esta organización sugiere que sólo las mujeres con antecedentes familiares significativos sean evaluadas para las pruebas genéticas de mutaciones BRCA. Este grupo sólo representa alrededor del 2% de las mujeres adultas en los Estados Unidos.

Si está considerando someterse a pruebas genéticas, debe hablar con su asesor genético, enfermera o doctor calificado para que le explique el proceso y los resultados de estas pruebas. Es muy importante tener en cuenta lo que las pruebas genéticas pueden o no determinar, así como sopesar detalladamente los beneficios y riesgos de las pruebas antes de someterse a ellas. Las pruebas son muy costosas y puede que no sean cubiertas por algunos planes de seguro médico. Para más información, vea nuestro documento (disponible en inglés)
 Genetic Testing: What You Need to Know.
Quimioprevención del cáncer de seno:
 la quimioprevención es el uso de medicamentos para reducir el riesgo de cáncer. Varios medicamentos han sido sometidos a estudios para reducir el riesgo del cáncer de seno. El medicamento Tamoxifeno® ya se ha usado durante muchos años como tratamiento contra algunos tumores cancerosos del seno. Hay estudios que reportan que las mujeres que tienen un alto riesgo del cáncer de seno tienen menores probabilidades de desarrollar la enfermedad si toman tamoxifeno. Otro medicamento, el Raloxifeno®, ha sido aprobado para ayudar a reducir el riesgo del cáncer de seno en mujeres que ya pasaron por la menopausia y que están a un riesgo mayor de la enfermedad. Otras medicinas (como los inhibidores de la aromatasa) también están siendo estudiadas. Para más información sobre los medicamentos quimiopreventivos, consulte el documento Medicamentos para reducir el riesgo de cáncer del seno de la Sociedad Americana del Cáncer.
Cirugía preventiva para las mujeres con un riesgo muy alto de cáncer de seno

Para las pocas mujeres con un riesgo muy alto de llegar a tener cáncer de seno, la cirugía preventiva, como la mastectomía doble pudiera ser una opción.
Mastectomía preventiva doble (profiláctica bilateral):
 para algunas mujeres con un riesgo muy alto del cáncer de seno, esta cirugía (una mastectomía doble) pudiera ser una opción. En esta operación se extirpan ambos senos antes de que se sepa que existe algún cáncer de seno. Aunque en esta operación se extirpa casi todo el tejido del seno, aún permanece una pequeña cantidad. Esta operación reduce significativamente el riesgo del cáncer de seno, pero el cáncer aún puede surgir en el tejido que queda después de la cirugía. 

Las razones para considerar este tipo de cirugía tienen que ser muy contundentes. No hay forma de saber con antelación si esta cirugía beneficiará a una mujer en particular. La Junta de Directores de la Sociedad Americana del Cáncer ha declarado que "solamente en caso de que haya indicaciones clínicas o patológicas muy sólidas se justifica la realización de este tipo de operación preventiva". Se recomienda enfáticamente que las mujeres obtengan una segunda opinión antes de tomar la decisión de someterse a este tipo de cirugía.
Extirpación preventiva de los ovarios (ooforectomía profiláctica):
 las mujeres con cierto cambio genéticos (mutación BRCA), a quienes se ha extirpado sus ovarios, pueden reducir el riesgo del cáncer de seno en un 50% o más. Esto se debe a que al extraer los ovarios se eliminan las fuentes principales de estrógeno en el cuerpo. 

Aunque este documento no es sobre el cáncer del ovario, es importante que las mujeres con este cambio genético también conozcan que están en un alto riesgo de cáncer del ovario. La mayoría de los médicos recomienda que los ovarios de estas mujeres sean extirpados una vez que la edad fértil termine.

¿Cómo es encontrado el cáncer de seno?

Las pruebas y exámenes de
 detección tienen el propósito de encontrar una enfermedad, como el cáncer, en las personas que no tienen ningún síntoma. Mientras más temprano se detecte el cáncer de seno, mejores son las probabilidades de que el tratamiento tenga éxito. El propósito es la detección de los cánceres antes de que generen síntomas. El tamaño del tumor canceroso en el seno y el grado de propagación son los factores más importantes en determinar la perspectiva del paciente. La mayoría de los médicos consideran que las pruebas para la detección temprana del cáncer de seno salvan miles de vidas cada año. Las guías que se presentan a continuación mejoran las probabilidades de detectar el cáncer de seno en sus etapas iniciales para su tratamiento exitoso.

Recomendaciones de la Sociedad Americana del Cáncer para la detección temprana del cáncer de seno

La Sociedad Americana del Cáncer recomienda las siguientes guías para la detección temprana del cáncer de seno en las mujeres que no presentan síntomas:
Mamograma:
 las mujeres de 40 años en adelante deben hacerse un mamograma de detección al año, y deben seguir sometiéndose a esta prueba mientras estén en buen estado de salud. Aun cuando algunos cánceres pueden pasar desapercibidos por el mamograma, dicho estudio es una forma muy efectiva para la detección del cáncer de seno.
Examen clínico del seno:
 las mujeres de 20 a 39 años de edad deben someterse a un examen clínico de los senos como parte de un examen periódico de salud, por parte de un profesional médico al menos cada 3 años. A partir de los 40, las mujeres deben someterse a un examen del seno por parte de un profesional de la salud todos los años. Pudiera ser recomendable someterse al examen clínico de los senos poco antes del mamograma. El examen le puede ayudar a familiarizarse con la forma en como sus senos lucen y se sienten.
Autoexamen de los senos:
 esta una opción para las mujeres a partir de los 20 años de edad. Se debe orientar a las mujeres sobre los beneficios y las limitaciones del autoexamen de los senos. Las mujeres deben informar de inmediato a un médico experto sobre cualquier cambio que noten en el aspecto y sensación de los senos.

La investigación ha demostrado que, en comparación con el descubrimiento de una masa o bulto por casualidad, o simplemente estar consciente de lo que es normal en cada mujer, el autoexamen de los senos tiene una función menor en el descubrimiento del cáncer de seno. Si decide hacerse el autoexamen de los senos (es aceptable que las mujeres opten por no hacerse el autoexamen) pida a su doctor que observe cómo lo hace durante el examen físico que usted se hace normalmente para asegurar que lo hace correctamente. Si usted se hace este examen habitualmente, puede familiarizarse con el aspecto y sensación normal de sus senos y detectar con más facilidad cualquier cambio. Pero no hay problema si no se realiza el autoexamen, o si no lo hace bajo fechas estipuladas.

Ya sea que se realice el autoexamen o no, el objetivo es que acuda a un médico de inmediato si nota cualquiera de los siguientes cambios: una masa o protuberancia, hinchazón, irritación o formación de hoyuelos o hendiduras en la piel, dolor o retracción (contracción) de los pezones, enrojecimiento o descamación de los pezones o de la piel de los senos, o una secreción que no sea leche materna. Recuerde que en la mayoría de los casos, cualquiera de estos cambios en los senos no quiere decir que usted tenga cáncer.
Mujeres en alto riesgo:
 Las mujeres con un riesgo más alto deben hablar con su doctor acerca del método de detección más apropiado para ellas. Esto pudiera significar el comienzo de mamogramas a una edad más temprana, pruebas adicionales de detección (como los estudios de imágenes por resonancia magnética) o la realización de pruebas con más frecuencia.

Mamogramas

Un mamograma (o mamografía) es una radiografía del seno. Un mamograma de detección
 se usa para buscar enfermedades del seno en las mujeres que aparentan no tener problemas del seno. También se puede usar el mamograma cuando la mujer tiene síntomas como una protuberancia, cambios en la piel o secreción del pezón. En este caso se le conoce como mamograma de diagnóstico.

Durante un mamograma, se comprime el seno entre dos placas durante varios segundos mientras se toman las radiografías. La presión sólo dura pocos segundos y puede que cause algún dolor, pero es necesaria para poder obtener una buena imagen. Los niveles de radiación que se usan son muy bajos. Aunque muchas personas se preocupan por la exposición a los rayos X, los niveles bajos de radiación que se usan en los mamogramas no aumentan el riesgo del cáncer de seno. Puede verlo de esta manera: si una mujer con cáncer de seno es tratada con radiación, recibirá alrededor de 5,000 rads (un término usado para medir la dosis de radiación). Si se sometiera a mamografías cada año desde los 40 a los 90 años, recibiría entre 20 y 40 rads en total.

Para el mamograma, requiere desvestirse de la cintura haci


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CÁNCER DE SENO

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