Mi prima y yo también teníamos una caja grande, no recuerdo bien como la conseguimos, pero recuerdo muy bien que nos metíamos en ella para viajar a las Nubes. Primero mirábamos las nubes y escogíamos la mas grande. Luego en la caja contábamos hasta cierto número con los ojos cerrados y al abrirlos pretendíamos estar en esa nube. Aquí no faltó quien me dijera que era un juego absurdo. Tal vez era absurdo, creo que lo llegué a creer cuando estaba en tercero, ya que después de eso hasta me daba vergüenza de haberlo jugado. Pero ahora lo considero un privilegio. Tuve la oportunidad de vivir esa inocencia;de viajar a las nubes. Es un privilegio que los niños pequeños tienen. Porque, ¿cuantas personas adultas pueden decir que cierran los ojos y que cuentan del uno al diez para imaginarse en nubes grandes y brillosas?
Aun no puedo evitar mirar el cielo en el día y cerrar los ojos por un instante...
