- ¿Te acuerdas cuando me dijiste que era un hombre atormentado?
- Sí, claro.
- Pues todavía me persiguen los recuerdos.
- jajaja Que pena me da tu caso corazón.
La verdad es que el día que le dije eso no pensé que le estuviera poniendo atención a otra cosa que no fueran mis piernas, ja.