Tengo una confusión. Producto del sweater que me regalaste y de las fotos que vi, de la desición que se me perdió en el libro del trébol de cuatro hojas. De todo lo que soñé y no conté, de la máscara en tu cara sin querer y del juego de las caricias desmedidas, del licor a través de tus labios y la cantidad de gatos presentes en todo. En todas. Del dulce y los viajes, de las canciones y las cintas.

De la apuesta que perdí.

Puede ser también producto del hecho de verme aquí, en la alfombra roja con la gran cama a cuadros y los dos dibujos de una misma persona que no está con nadie, como un presentimiento, al lado de una caja llena de sorpresas que tal vez no serán reveladas, con un deseo que siempre se confunde al final de muchas peliculas.