Uno de los más grandes festivales de Metal de toda España y Europa, el Resurrection Fest Estrella Galicia, cumplía este año su mayoría de edad. Dieciocho años ya desde el aquel pequeño gran sueño de los hermanos Méndez que se convirtió en una auténtica bestia cal que acuden miles de fans de los sonidos más duros desde numerosos países del mundo. Tras una edición del año pasado marcada por las numerosas cancelaciones, falta de puestos, etc., este año tiraron la casa por la ventana y no solo regresó el gran market, sino que hicieron todo un boulevard en el que homenajeaban a míticas salas de conciertos como la americana CBGB, cuna del movimiento punk del que salieron grupos como Ramones. Y otra de las grandes novedades era la capilla en la que podías contraer Resumonio, con cura «satánico», anillos, y certificado.

Jornada miércoles 28 junio:

Ya desde primeras horas de la tarde cientos de personas se adentraban en la ciudad del metal en la que se convirtió el recinto que alberga el Resurrection Fest. Una jornada marca por la presencia de los grupos Ghost y Behemoth como plato fuerte. A nuestra llegada el ya experimentado grupo Ktulu ofrecía su brutal descarga en el escenario principal con su thrash metal y voces medio guturales que comenzaban a calentar el ambiente durante poco más de media hora de duración de su show con temas como «Justicia», «Delirium Tremens» o el tema que aparecía en la película «El Día de la Bestia» «Apocalipsis». Tras la actuación de los británicos As Everithing Unfolds en el Ritual Stage con su metal progresivo presentando su nuevo disco «Ultraviolet», el Main Stage se llenaba de gente para ver la actuación de los suecos Dead By April, con su metalcore melódico y un activo Christopher Kirstensen que fue desgranando temas de su carrera como «Mystery» con su conocida fusión de elementos de metal y música electrónica, así como por su enfoque melódico en las voces y las guitarra. Su escenario enérgico con fuego resultó impactante. Los suecos Orbit Culture dieron un enérgicos concierto lleno de fuerza. Su estilo musical se caracteriza por riffs pesados, ritmos contundentes y voces poderosas.

Llegaba el turno de los estadounidenses Motionless In White entregó un show excepcional con un Chris Motionless muy animado y conectado con el público, intensos y llenos de energía. La banda combina elementos de metalcore, industrial y rock gótico, creando un sonido único junto a una estética oscura y teatral, con maquillaje elaborado y atuendos llamativos. Interpretaron temas como «Reincarnate» y «Break The Cycle», canciones poderosas y melódicas, con letras emotivas y riffs pesados.

Born of Osiris, que celebraban su veinte aniversario, con su metalcore y deathcore conocido por su técnica instrumental compleja y su sonido agresivo, ofrecieron un concierto directo y demoledor.

El Main Stage se llenaba para recibir a los californianos The Ghost Inside, grupo que se caracteriza por combinar elementos de metalcore con influencias del hardcore punk y el metal melódico. Sus canciones a menudo abordan temas personales, perseverancia y superación de adversidades. Tienen una reputación de crear letras emotivas y poderosas, respaldadas por riffs pesados y ritmos intensos que, gracias a su gran sonido, hicieron que fuera uno de los conciertos del día.

El el Chaos Stage hacías aparición los británicos Wargasm con su thrash metal conocidos por su energía y actitud rebelde en el escenario. Su directo fue intenso y poderoso, con una combinación de riffs de guitarra agresivos, ritmos acelerados y letras contundentes, que en cuatro años de existencia se convirtieron en toda una banda a tener muy en cuenta.

En el Ritual Stage aparecían los franceses Alcest con su blackgaze, conocidos por su enfoque atmosférico y melódico en el género del black metal. El concierto de Alcest fue toda una experiencia inmersiva y emotiva. La banda combina elementos de metal, shoegaze y post-rock para crear paisajes sonoros etéreos y atmosféricos. Sus canciones a menudo están llenas de melodías etéreas, voces melancólicas y capas de instrumentación densa, en temas como «Écailles de Lune», «Shelter» y «Kodama».

No hacen falta palabras para presentar a Behemoth, ya que Nergal y los suyos son toda una institución dentro del black metal. No necesitaron ablandarse ni edulcorar su sonido con teclados para conseguir ser escuchados más allá del cerrado género del black metal, y eso lo demostraba las miles de almas negras que esperaban su aparición. Los polacos nacidos en 1991 comenzaban con la siniestra intro de «Post-God Nirvana» con el escenario cubierto por un gran telón blanco que desapareció a las primeras notas de «Ora Pro Nobis Lucifer» recibidos por una gran ovación. Nergal desde su aparatoso set de micro escupía letras de fuego desde lo más profundo de su garganta, acercándose hacia el público cuando no cantaba junto a su guitarrista y bajista que no pararon ni un solo momento del concierto. El espectáculo de Behemoth ya traspasa lo musical ya que visualmente saben como sorprender al público con su juegos con fuego, tenebrosas imágenes y un gran juego de luces. Fueron cayendo temas nuevos como «Blow Your Trumpets Gabriel» o «Bartzabel» junto a clásicos como «Chant for Eschaton 2000», terminando este multitudinario aquelarre con la gran «O Father O Satan O Sun!».

Después de esta brutal descarga llegaba la electrónica y synthwave de los franceses Perturbator, un género relacionado con el movimiento goth y que el público acostumbrado a los sonidos metaleros vivió y lo disfrutó como una experiencia nueva.

Llegaba el momento de la noche, el momento de los cabeza de cartel, los suecos Ghost que emplearon todo su arsenal de de artificios con su iglesia del pecado en la que el Papa Emeritus ofrecía su misa negra a ritmo de un heavy metal de sonido clásico, aunque al principio con algún problema técnico que no dejaba escucharse bien a Tobias Forge. No faltó ninguno de los temas más esperados como «Rats»,»Cirice» o «Year Zero», que gracias a su halo enigmático los convirtió en la gran banda que son ahora y que encabezaban la jornada inaugural del Resurrection Fest con maestría y muchas tablas.

Jornada Jueves 29 julio

Comenzaba la segunda jornada marcada por la presencia de Pantera en su único concierto en España de su gira de reunión, aunque con solo su cantante Phil Anselmo como miembro original, pero ya era de por sí todo un reclamo. Comenzábamos la jornada musical en el Main Stage con la presencia del grupo de Gerona Morphium con su potente metal industrial y sus atuendos y espectáculo post-apocalíptico. El secret show con el que el Resu quería sorprender a sus seguidores fue la banda Motionless In White que repetía concierto tras actuar el primer día en el escenario principal. En esta ocasión lo hicieron en el Chaos Stage lo que los fans del grupo agradecieron para tener más cerca a sus ídolos. Con un setlist idéntico al del día anterior Chris y los suyos reventaron el Chaos Stage con su metalcore en trallazos como «Sign Of Life” o “Soft”.

El Main Stage comenzaba a llenarse para recibir a los franceses Landmvrks con su metalcore en el que combinan elementos melódicos con partes más extremas. Comenzando con «Lost in a Wave» fueron desgranando lo mejor de su carrera de casi diez años, entre las que no faltaron «Self Made Black Hole» y «Fantasy». Pasamos de seguido al Ritual Stage en el que aparecía la banda de black metal Imperial Triumphant, que quizá no era la mejor hora para su actuación ya que estábamos a pleno sol y su propuesta oscura y llena de misterio no funcionaba igual que si fuera en la noche. Aun así, el trío supo sacar adelante un gran concierto en el que presentaban su reciente disco «Spirit Of Ecstasy» y con temas como «Atomic Age» o «Swarming Opulence» y sus tétricos disfraces salieron victoriosos de su gran descarga. De vuelta en el Main Stage esperábamos al grupo americano de hard rock comandado por Myles Kennedy, Alter Bridge, que demostraron que siguen estando en forma a pesar de los años con temas de auténtico hard rock como «Addicted to Pain», «Sin After Sin» o «Isolation» con un gran Mark Tremonti a la guitarra. Llegaba el turno de Butcher Babies que hicieron disfrutar al público con su potente directo y sus dos cantantes Heidi Shepherd y Carla Harvey, que se dejaron la piel sobre el escenario recibiendo una gran ovación del público.

El recinto comenzaba a llenarse de gente expectantes por el concierto de Pantera, pero aún quedaba disfrutar de grupos como Elegant Weapons, la banda del guitarrista de Judas Priest Richie Faulkner y el gran cantante chileno Ronnie Romero, que presentaban su disco debut con temas como «Do or Die», «Horns for a Halo» y finalizando con una versión del «War Pigs» de Black Sabbath. Buen concierto en el que Faulkner demostró su técnica con las seis cuerdas y un Ronnie Romero que no paró de animar e interactuar con el público. El atronador ruido que llegaba del Ritual Stage anunciaba la llegada de los black metaleros Carphatian Forest, con treinta años de historia y con su cantante Nattefrost, en chándal, bastante perjudicado por alguna sustancia, lo que propició momentos surrealistas como su caída al foso en la que se golpeó la cara, escupiendo posteriormente un diente desde el escenario. Entre temas como «Mask of the Slave» o «Sadomasochistic», Nattefrost no paraba de gritar «Viva España» que se convirtió en su grito de guerra durante todo el concierto. Después de «esto» pudimos resarcirnos con un pedazo concierto de los alemanes power metaleros Powerwolf que, aunque no trajeron toda su producción, realizaron un gran espectáculo con fuego, humo y auténticos himnos de metal como «Dancing With the Dead», «We Drink Your Blood» o el tema que venía al dedillo para el festival «Resurrection By Erection». Con este concierto pusieron de manifiesto su gran estado de forma y su potente setlist que, junto a su producción, pronto estarán preparados para ser cabezas de cartel.

Tras la descarga de power de los lobos alemanes, dos grandes conciertos se solapaban. Por un lado los italianos Lacuna Coil con la mítica Cristina Scabbia en el Ritual Stage y en el Chaos Stage los hardcore punk de New York Madball, una de las bandas más queridas del Resurrection que ofreció un enérgico concierto que los fans del género disfrutaron de lo lindo. Lacuna Coil ofrecieron un brillante directo con los temas «Reckless», «Heaven’s a Lie» o «Swamped» en los que Cristina demostró estar en una gran forma vocal junto a las voces de Andrea Ferro, realizando también una gran versión a su estilo del «Enjoy The Silence» de Depeche Mode.

Llegaba el gran momento del día, el Main Stage estaba abarrotado hasta los topes para recibir a Phil Anselmo y los suyos. Pantera contaba con unos integrantes de lujo con Zakk Wilde a la guitarra, Charlie Benante a la batería y Rex Brown al bajo. Una gran cortina tapaba el escenario que quedó al descubierto con el inicio de «A New Level» con todas las miradas centradas en la figura de Phil Anselmo, toda una leyenda del metal por el que los años hacen mella sobre todo en la voz. Sonaron auténticos himnos de la historia del metal como «Strength Beyond Strength», «I’m Broken» o «Walk», con las revoluciones más bajas que años atrás pero estábamos ante Phil Anselmo cantando los temas de Pantera, tristemente sin Vinnie Paul y Dimebag Darrell. Cuando parecía que con la gran «Cowboys From Hell» el concierto llegaría a su fin, sorprenden con una última «Yesterday Don’t Mean Shit». Un concierto con división de opiniones de quienes disfrutaron de ver a Phil Anselmo junto a grandes músicos levantando de nuevo la bandera de Pantera y quienes no comprenden que la edad también pasa factura en los músicos. Al igual que Judas Priest tienen que adaptar los temas a la capacidad vocal de Rob Halford, o que Axl Rose no consigue llegar a sus míticos agudos, o el mismo The Boss y su E Street Band no tocan el «Born To Run» con la misma energía y fuerza que en los 80, o Metallica también bajaron de revoluciones sus primeros temas. Hay cientos de ejemplos que, si quieres ver a clásicos de la música, tienes que saber que es inevitable que esto ocurra.

Jornada viernes 30 julio

Llegamos temprano a la jornada del viernes para poder disfrutar del concierto en el Main Stage de nuestros amigos Megara, que metieron a todo el público en su universo de fucsia rock. Con la enérgica Kenzy a la voz ofrecieron un show muy teatral y con coreografías que hacen las delicias de sus fans que saltaban al ritmo de temas como «Arcadia», «Bienvenidos Al Desastre» o «Hocus Pocus» en los que la banda lo dio todo a pesar del poco tiempo que tenían. Una propuesta muy atrevida en la que, sin salirse del metal, no le hacen ascos a ritmos de rock o incluso de pop que quedan de maravilla en su música. El Ritual Stage era inaugurado por Dark Embrace que presentaron su último disco «Dark Heavy Metal», como su propio nombre indica una auténtica descarga de heavy metal. Los escoceses Vukoki comenzaron con su hard rock que sufrió una interrupción en medio del concierto por algún fallo técnico. En ese momento su cantante Janine Shilstone, ni corta ni perezosa se bajó del escenario para juntarse con su público y realizar fotos con todo el mundo que quisiera. Así pasó un buen rato hasta que el problema técnico se arregló y pudieron terminar con tres temas más en los que Janine tenía a todo el público metido en su bolsillo. La jornada del viernes estaría marcada por la presencia de Corey Taylor y los suyos en el concierto de Slipknot. Pero no podemos pasar por alto a la joven banda de Ferrolterra Keepers hicieron historia al ser el grupo más joven en actuar en el festival y es que, Azalea, Dani, Adri, Ari e Iker tienen unas edades comprendidas entre los 13 y los 19 años. Su fenomenal actuación tuvo lugar en el Boulevard Show By Red Bulln llenándose rápidamente de público de todas las edades que no pararon de disfrutar con las covers de clásicos del metal como Iron Maiden, Guns N’Roses o AC/DC entre otros muchos, gustando tanto que la gente no paraba de pedir que siguieran tocando más temas cuando el grupo llegó al final del show y tenía que retirarse. Con los Keepers podemos tener fe en las nuevas generaciones y que no todo va a ser música urbana ni reggaetón.

Mientras esperábamos el ansiado momento acudimos al Main Stage de nuevo para ver a los nu metaleros finlandeses Blind Channel o como se definen de ‘violent pop’, que presentaban su último disco «Lifestyles of the Sick & Dangerous» con una popularidad al alza debido a su participación en el Festival de Eurovisión quedando en sexto lugar con el tema «Dark Side». El grupo tiene una gran cantidad de energía y fue capaz de cautivar al público desde el principio. Su sonido es fresco, nítido y contagioso, similar a lo que se escucha en estudio. El dúo vocal formado por Joel Hokka y Niko Vilhelm se complementa perfectamente en el escenario. También mencionar la interacción con el público, el uso de luces y coreografías, y el dominio del grupo en la mezcla de géneros como el nu-metal, el rap, el pop y los riffs de guitarra, incluso con algunas voces guturales.

El Ritual Stage se preparaba para recibir a las brasileñas Nervosa, grupo en el que hasta hace poco la cantante era la española Diva Satánica, que abandonó el grupo para centrarse en su grupo de siempre Bloodhunter. Por el momento la guitarrista Prika Amaral se está haciendo cargo de la voces de este grupo de auténtico y clásico trash metal. Comenzando con «Perpetual Chaos», Nervosa no dio tregua a su público bombardeándolo con potentes misiles como «Genocidal Command», «Death!» o «Under Ruins» que causaron una grata impresión entre los espectadores. De vuelta al Main Stage llegaban los californianos Fever 333 con su hiperactivo cantante Jason Butler como único miembro original. Aunque la formación está compuesta por nuevos músicos, siguen ofreciendo un espectáculo lleno de energía sonando realmente bien. La mezcla de estilos que incorporan, como el metal, rap, punk y nu metal, es muy interesante y les da una identidad musical única. Su puesta en escena es destacable, liderada por Jason Butler y la bajista April Kae, quien deja una fuerte impresión en el público. Un Jason Butler que fue todo un espectáculo, cantando entre el público, entrando en la zona Pandemonium y subiéndose a la plataforma de dicha zona ante la sorpresa de los que veían desde allí el concierto. Mientras sucedía todo esto iban cayendo temas como «Bite Back», «Only One», «Made an American», «Swing», la versión de Blur «Song 2» y «Hunting Season». Un espectáculo enérgico y original, combinando una variedad de géneros musicales y dejando una fuerte impresión en el público ante tal despliegue de intensidad.

El Desert Stage se llenaba de público para tomarse un respiro con el post-hardcore de los belgas Brutus, quienes presentaban su disco «Unison Life», con un estilo lleno de melodías pero que a la vez suenan poderosos e intensos, con temas en los subían y bajaban de intensidad. Los Papa Roach nos hizo viajar a la década del dos mil con su nu metal, con su cantante Jacoby Shaddix y el guitarrista Jerry Horton como miembros fundadores de grupo, comenzaron fuerte con «Kill The Noise» y tras una intensa «Broken Home» la banda californiana continuó con la canción «…To Be Loved». Bajo una buena iluminación y una puesta en escena sencilla, la gente saltaba enérgicamente mientras Jacoby Shaddix irradiaba energía por todo el escenario. Versionaron los temas «Firestarter» de los Prodigy y «Lullaby» de The Cure, para emocionar a sus fans cantando en español los versos del tema «Scars», la sorpresa de la visita del cantante de Fever 333 en el nuevo tema «Swerve», y se despiden de su potente directo con «Born for Greatness» y «Last Resort». En los siguientes conciertos se solaparon Lucifer y Meshuggah, ofreciendo los suecos uno de los conciertos más potentes y de violencia sonora del día, pero lleno de eleganci, experiencia y una gran habilidad en temas como «Broken Cog» o «Ligature Marks». Por su parte los Lucifer ofrecieron un intenso concierto de doom metal y hard rock con algunos elementos de heavy metal, con la voz femenina de Johanna Sadonis y el conocido cantante y guitarrista de Hellacopters, Nicke Andersson, en este caso a la batería.

La gente comenzaba a abarrotar el Main Stage desde varios minutos antes del concierto de los cabeza de cartel de la noche, Slipknot, que regresaban al festival tras su paso por Viveiro en 2019. Y es que lo norteamericanos revolucionaron el festival con su propuesta sonora y visual desatando la locura desde que arrancaron el show con “The Blister Exists” continuando con “The Dying Song (Time to sing)» de su reciente obra, continuando descubriendo sus bazas con cortes como “Liberate”, “Yen” y la frondosa “Psychosocial” empalmadas para regocijo de sus seguidores que apretaban el recinto. A pesar de las recientes salidas de miembros de la banda, Slipknot no mostró signos de agotamiento durante su concierto e interpretaron himnos uno tras otro con su característica violencia y energía, recuperando temas olvidados de su álbum homónimo y volviendo a interpretar la versión original de «Psychosocial», dejando atrás la versión ultra rápida que habían estado tocando en giras anteriores. Con un Corey Taylor manejando el tempo del concierto a su antojo con “Surfacing” se retiran del escenario para regresar con la traca final con la dupla inevitable de “Duality” y “Spit It Out». Toda una brutalidad de concierto, solvente, enérgico y con la gente metida en el bolsillo desde el primer tema que no paró de saltar y cantar durante la actuación del grupo. Al término de este extasiante concierto pudimos disfrutar del metal progresivo de los británicos Monuments, que se unieron a última hora al festival debido a la baja causada por Sleep Token.

Jornada sábado 1 de julio

A nuestra llegada los Brothers Till We Die, originarios de Madrid, regresaron al Resurrection Fest y dieron un increíble espectáculo en el escenario principal. Aunque la afluencia de personas no fue la esperada, lograron emocionar a los valientes que se levantaron temprano para verlos. El líder Felipe incluso se mezcló con la multitud. Los alemanes Parasite Inc también dejaron su huella en el escenario Ritual con su death metal. A pesar del cansancio acumulado de los días anteriores, lograron crear una experiencia inolvidable. Los ingleses Polar hicieron aparición en el Main Stage con su propuesta de hardcore-punk pero los problemas de sonido que tuvieron durante todo el concierto hizo que la actuación del grupo no lograra estar a la altura de los shows que suelen realizar. El Ritual Stage se preparaba para la presencia de los mexicanos Cemican, con sus llamativos atuendos y su extraña mezcla de metal y música prehispánica que suena tan raro que parece que no puede ser real que la propuesta resulte interesante y entretenida, cantando algunos temas en castellano y ganándose al público que se acercó al escenario por curiosidad.

Los franceses Rise Of The Northstar consiguieron atraer a miles de fans al escenario principal con hardcore y metal con influencias de la cultura japonesa. Canciones como “Samurai Spirit” o “Again And Again” hicieron enloquecer al público con una gran labor de Vithia a las voces, provisto al igual que todos los miembros del grupo de máscaras de estilo samurai. A continuación los británicos Evile ofrecieron una magistral lección de thrash metal old school con la que el público más veterano disfrutó de lo lindo. Llegaba el turno de ver a toda una leyenda de la música thrash metal, el que fuera miembro fundador de Sepultura Max Cavalera con su grupo Soulfly, que ofreció como de costumbre un show correctísimo a pesar de los años de Max, que hablaba con el público en castellano y que repasó temas de la discografía de Soulfly junto con algún éxito de Sepultura como el clásico «Refust/Resist» que puso patas arriba el Main Stage.

Tras esta potente descarga se avecinaba otra todavía más potente, la de los austríacos Belphegor que presentaban su último disco «The Devils» con su atronador black death ofreciendo un concierto que se convirtió en un oscuro ritual para los allí presentes. Con temas como «Baphomet”, “Totentanz” o «Lucifer Incestus» interpretados con una absoluta calidad demostrando el por qué de su notable éxito en la escena black metal del momento.

El Main Stage ya es encontraba repleto de gente que esperaba la llegada de los Parkway Drive y que, por suerte, tenían a unos teloneros de lujo como eran los británicos Architects que con su metalcore melódico pusieron muy alto el listón para los siguientes grupos. Arrancando con «Nihilist» el grupo se centró en presentar su último disco «The Classic Symptoms of a Broken Spirit», con un gran espectáculo visual y temas clásicos como «Doomsday» o «Royal Beggars». Architects presentaron con este gran concierto su candidatura a convertirse ya en cabezas de cartel.

Antes del gran concierto de la jornada, hubo dos buenos conciertos que por desgracia se solaparon, el del grupo Sueco Amaranthe que ofrecieron un brillante concierto de metal con toques power, death y metalcore con sus tres voces, la femenina de Elize Ryd, la gutural de Mikael Sehlin y la potente voz masculina de Nils Molin que, presentando su último disco «Manifest» crearon un gran ambiente que entusiasmó a los allí presentes. Mientras en el Chaos Stage los asturianos punk rock Desakato ofrecían uno de sus últimos directos en su gira de despedida. Uno de los conciertos con más unión entre público y grupo coreando todos temas emblemáticos como «Nuestro Legado», «Heridas Abiertas» o «Cada Vez» de una de las bandas nacionales más queridas.

El Main Stage estaba repleto para la aparición del cabeza de cartel de la noche. El grupo australiano Parkway Drive mostró un despliegue enérgico y emocionante sobre el escenario en su apoteósico regreso al Resurrection Fest con su poderío musical y un repertorio cautivador deslumbraron con un show cargado de energía y pirotecnia.

Parkway Drive ya se ha consolidado como una de las bandas más destacadas del panorama musical, arrancando el show de forma explosiva con la enérgica «Glitch», seguida de cerca por «Prey», que recordaba a su éxito anterior «Reverence». Las llamaradas y la entrada triunfal de los músicos, con Winston como protagonista, sumaron un toque estelar a la presentación. Esa combinación de la furia de su música con las melodías suaves y envolventes que transmiten crean una atmósfera única. Durante su enérgico concierto, Winston McCall lideró el espectáculo con una intensidad inquebrantable. El éxtasis continuó con temas como «Carrion» y «The Void», demostrando la desenfrenada energía del grupo. Parkway Drive ha sabido reinventar su hardcore en un estilo frenético que los convierte en dignos headliners de un macrofestival como este. Incluso cuando «Soul Bleach» descendió ligeramente el ritmo, se recuperaron rápidamente con «Vice Grip» y la potente «Dedicated», cargada de fuego.

Llegando al final del concierto, un trío de sección de cuerdas hizo aparición sobre el escenario para impregnar con su sonido una vitalidad adicional en los temas «Shadow Boxing» o «Darker Still». El broche de oro de este gran concierto llegó con los temas «Crushed» y la incuestionable «Wild Eyes», con la que pusieron punto y final a una actuación memorable, llena de intensidad y entrega que quedará grabada en la retina y en la memoria de todos los allí presentes. Sin ninguna duda una de las actuaciones más grandes de las últimas ediciones del festival.

Tras este conciertazo se vivió el espectáculo visual y pirotécnico de «The End Show», en el que en medio de fuego, explosiones y pirotecnia se homenajeó a grupos que pasaron por el festival como Judas Priest, Rammstein, Offspring entre otros que dejó a todos con la boca abierta. Después de todo esto disfrutamos de lo lindo con los Me Fritos & The Gimme Cheetos, un grupo que lo está petando allá por donde va con sus geniales versiones a ritmo de punk y rock de artistas como Sergio Dalma, Camela, Nino Bravo y otros artistas de cualquier género y estilo musical.

Termina de este modo una de las mejores ediciones de los últimos años, con una organización de 10, artistas de 10 y público de 10, con espectáculos por todas las esquinas del recinto conviertiéndolo verdaderamente en toda una ciudad del metal.

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