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Crónica Santander Music Festival 2016

Santander Music

05.08.2016

León Benavente

Intensidad. Luz propia. Energía. Conciencia. Auténtico. Eso fue León Benavente en el Santander Music. Llegaron tras meterse al público del Low la semana pasada en el bolsillo, presentando “2”, su último trabajo y con una clara idea en mente. Hacer un buen show. No dejar indiferente a nadie. “Tipo D” sirvió para comenzar a entrever sus intenciones, desatando una energía que invadió la Magdalena. Sus letras no dejan indiferentes a nadie. Despiertan una parte de conciencia. Y eso se fue notando en un público que fue de menos a más. Con una puesta en escena sencilla, sin distracciones ni parafernalia en el escenario (tampoco creemos que la necesiten), continuaron con su repertorio. “California”, “Gloria” o “Habitación 615” fueron parte del repertorio que demostró, una vez más, que el cuarteto liderado por Abraham Boba está en plena forma y por qué es considerada una de las bandas con mejor directo del panorama nacional actual. Un sueño para todos. Y es que la energía traspasada no cesó en la hora que duró el concierto, dejando para el final lo que se ha convertido en un himno para muchos: “Ser Brigada”. Comenzó y el público se desató por completo, olvidándose del resto. Un momento de locura -o lucidez, allá cada cual- con el que la banda cerró un concierto que seguro habrá dejado huella a todo el que no lo conocía hasta la fecha. Y con ganas de repetir una experiencia así. Igual que los que ya lo conocíamos. Porque bandas así hay que vivirlas.

Santander Music

06.08.2016

La M.O.D.A.

Con la previsión de lluvia olvidada, amaneció Santander con luz propia, encarrilando el tercer y último día de conciertos. La M.O.D.A era el encargado de arrancar la jornada. A las 20h, y bajo los últimos rayos de luz, saltaron al escenario. Y ser los primeros del día puede no ser fácil para un grupo. Los que están llegando al recinto. Los que han ido a por la primera cerveza. O los que simplemente no llegarán a tiempo. Pero salieron convencidos de lo que iban a hacer. Sin mayor presentación que “Nubes Negras” arrancaron al público sus primeras sonrisas. No deja de sorprender la convicción que transmiten en sus conciertos. En plena temporada de festivales no es tarea fácil mantener ese nivel. Y ellos lo consiguen. Concierto tras concierto. En cada uno de ellos traspasan ciertas barreras. Y en Santander no fue para menos. Personalidad en las voces. Actitud en las letras. Todo ello hace de un grupo de amigos una fiesta para todos. En la parte más técnica, nada que reprochar a la calidad de sonido -muy buena, si no excelente, en todo el festival- y un escenario sencillo, sin pretensiones. Como La M.O.D.A. Temas como “La cadencia de la decadencia”, “1932” o “Los lobos” crearon los momentos más especiales y álgidos. Una suerte de concierto, para los que era su primer contacto con la orquesta y para los que no. Una buena forma de comenzar un festival para todos.

Crónica General:

Da igual las veces que vaya a Santander, siempre deja buen sabor de boca. Su gente, sus playas, su gastronomía. Y en esta ocasión, su música. Se celebraba la octava edición del Santander Music y allí que nos presentamos.  Cuando llegas al recinto uno empieza a ver que no es un festival más. El enclave en el que se encuentra, en plena Península de la Magdalena, es espectacular. Con el mar a banda y banda, la bahía de fondo y a una paso del centro de la ciudad.   Un rasgo distintivo sobre otros muchos festivales de ámbito nacional. Ya dentro del recinto, no tiene unas extensiones desmesuradas, quedando todo cerca. Las food trucks, el mercadillo, todo cerca del escenario principal. Y sin un aforo masificado. En los tres días no hubo grandes aglomeraciones, ni largas esperas, a excepción de las colas para el baño.

Con un jueves lluvioso durante todo el día, no se supo con certeza si habría cancelación por temporal o no. Finalmente el tiempo respetó y se pudo dar comienzo al festival, a excepción de Bunbury por faringitis, donde se dio muestra de la capacidad de reacción por parte de la organización para ofrecer soluciones al imprevisto de una forma casi inmediata. Aunque como suele suceder en estos casos, nunca llueve a gusto de todos. Nunca mejor dicho. Así que la responsabilidad cayó sobre el resto de grupos, donde Papaya fue la sensación del día con su directo, junto con Zahara y Second. Hinds no pasaron tampoco desapercibidas, aunque en este caso por no conectar con el público.

Llegado el viernes uno se da cuenta que el Santander Music no es un festival más. Hubo diferentes conciertos y sesiones de dj por la ciudad, ideal para hacer un vermú y conocer la ciudad. Algo que no sucede habitualmente. Ya por la noche, Belize se encargó de iniciar la jornada, con un directo evocador, con el sonido que les caracteriza y dando un buen show. Están siendo uno de los descubrimientos de esta temporada. Entre concierto y concierto los Bitches Deejays se encargaron de hacernos bailar. Y de qué manera. Metieron temas con los que era imposible no bailar. El segundo concierto fue para Novedades Carminha, con una propuesta fresca e irreverente. Y a medianoche llegó el que se puede considerar el mejor concierto del Festival. León Benavente. Con un derroche de energía que nos está malcriando y una puesta en escena austera a la par que intensa. Sonido y luz únicamente. Continuó Izal. Correcto, con un directo al que nos tiene acostumbrados, con buen sonido, aunque se echó en falta ese brillo que les ha caracterizado tiempo atrás.

El sábado apareció el sol para no marcharse. Se echaba un poco en falta, la verdad. Y continuamos descubriendo el festival que la organización quiere acercar a la ciudad. Si hay algo que destacar, además de lo estrictamente musical, es la idea de crear experiencias para con la ciudad. Volvimos a los Vermú Sessions que tenían programados por el centro. Y tan a gusto oye. Música, pinchos y amigos. La Maravillosa Orquesta Del Alcohol se encargó de arrancar, ya en la Magdalena, a última hora de la tarde. Y no defraudó. Intensos como son los de Burgos, regalando grandes momentos. Intensos. Después llegó Love of Lesbian, otro de los cabeza de cartel, con un concierto entusiasta y entregado, continuando la presentación de su último trabajo “El poeta Halley”, todo ello en una atmósfera elaborada y trabajada. Con el dj Hugo Le Loup se no hizo breve el tiempo de espera entre conciertos. Llegó más tarde otra de las sensaciones del festival, Fuel Fandango, con una entrega y pasión que se salen de lo normal. Electrizante, sin más.

En definitiva, uno tiene la sensación que el Santander Music es algo más que un festival, es una experiencia en la que te sientes como en casa, donde te abren las puertas de la suya. No tan sólo para asistir a los distintos conciertos. Te integras en una ciudad que merece mucho la pena con otro tipo de eventos que te lleva a salir y descubrir. Yo volveré seguro. Y para quien no lo haya vivido hasta ahora, merece la pena acercarse y disfrutarlo.

Galería de imágenes:

Redacción: Sergio Fed

Fotos: Iván Gil

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