En los apacibles primeros años de la década de los sesentas, en los barrios populares de la ciudad de Lima, existían diversos locales cuyas características comunes además de vender licor y más comúnmente cerveza, era la de tener, inefablemente, una rockola, colorida y luminosa y provista de los éxitos en 45 rpm más importantes del momento. Estos locales que se conocían como cantinas, fueron los principales centros de difusión de los boleros que comenzaron a interpretar tanto Lucho Barrios como Pedrito Otiniano por aquellos años.
Estos boleristas ganaron gran popularidad, gracias al estilo tan personal que impregnaron ambos a las románticas canciones que interpretaban, inspirados por los boleros tradicionales, los valses peruanos más melancólicos y el pasillo ecuatoriano, generalmente estaban cargados de versos dolientes por el amor perdido, traicionado o imposible y eran infaltables en las rockolas de aquellos tiempos, fondo musical que permitía a los parroquianos ahogar penas mientras consumían cerveza tras cerveza.
Los boleros "cantineros", "corta-venas" o "cebolleros", como se les conoció, comenzaron a sonar insistentemente en las radios de música popular y la fama les llegó a estos boleristas, lo que les permitió trajinar por los teatros y emprender giras frecuentes ganando gran popularidad la misma que trascendería nuestras fronteras.Estos boleristas ganaron gran popularidad, gracias al estilo tan personal que impregnaron ambos a las románticas canciones que interpretaban, inspirados por los boleros tradicionales, los valses peruanos más melancólicos y el pasillo ecuatoriano, generalmente estaban cargados de versos dolientes por el amor perdido, traicionado o imposible y eran infaltables en las rockolas de aquellos tiempos, fondo musical que permitía a los parroquianos ahogar penas mientras consumían cerveza tras cerveza.
Lucho Barrios y Pedrito Otiniano abrieron camino para numerosos boleristas, guitarristas y compositores que terminaron por darle personalidad propia al bolero peruano. Pero el tiempo pasó y las rockolas y las cantinas comenzarían a desaparecer, pero el género ya tenía vida propia y no sería olvidado.
Pedrito Otiniano ("El Ruiseñor del amor"), se nos adelantó, ahora acompaña en la eternidad a Lucho Barrios ("Mr. Marabú") y a otros boleristas que ya se marcharon como Anamelba ("La Novia del Bolero"), y se fueron con esos títulos que le supieron poner la gente común, de la calle, que amaban y aun aman la música que hicieron.
Nuestro homenaje a Pedrito Otiniano, que junto con aquellos boleristas, escribieron una página tan importante en la historia de la música popular peruana.
Lucho Barrios y Pedrito Otiniano (en vivo) cantando juntos, y recordando aquellos viejos temas que identificaron al bolero peruano y que aun se recuerdan con nostalgia. Pedrito Otiniano ahora acompaña en la eternidad a Lucho Barrios.
Kio, Kio
Cinco centavitos
Tres amores
Que te vaya bien
Pedro nunca olvidó sus origenes como cantante de música criolla peruana, continuamente solía interpretarlos y grabó discos con este género.
En el programa Danzas y Canciones del Perú, que se transmitía por TV en la década del 70, Pedrito Otiniano es presentado por Nicomedes Santa Cruz, para que interprete el vals Esperaré del compositor Pablo Casas Padilla. (Solo audio).
