Crónica: @mr.barciela

“Es una emergencia. Para sobrevivir como especie necesitamos
definir nuestra utopía”

Ayer 4 de septiembre, la cantante islandesa Björk, nacida el 21 de
noviembre de 1965, irrumpió en Madrid, para dar un show espectacular y enigmático con un gran componente de concienciación del cuidado del medio ambiente.

Después de 16 años sin tocar en la capital Björk presentaba en
Madrid, como única parada en España, su espectáculo “Cornucopia”. Una auténtica performance futurista e inmersiva, en la cual, las imágenes proyectadas, el sonido y la voz inconfundible de la artista llevaron a los 8.500 espectadores que se dieron cita en el Wizink Center, a disfrutar de una experiencia sensorial durante todo el concierto.

El concierto dió comienzo a las ocho de la tarde, hora poco inusual, y más para un 4 de septiembre donde la mayoría de los espectadores se incorporan a los trabajos, después de las vacaciones. Hubo, por parte de la cantante, petición para que los asistentes, guardaran sus teléfonos y no grabaran. Pero con todo esto, qué mejor forma de empezar la temporada que asistiendo a este encuentro.

Previo a que diese comienzo el concierto y a través del hilo musical se escuchaban sonidos de la naturaleza, como el canto de los pájaros y gotas cayendo mientras los asistentes localizaban sus butacas. Llegó la oscuridad y apareció Björk dejándose entrever tras el gran telón, del que estaba compuesto el escenario. Telón que iba abriéndose y cerrándose según el momento del concierto. Cantando “The gate”, con voz poderosa y muy expresiva, dando una lección al espectador de ser una artista que no mira al pasado y no cree en la nostalgia.

Ya que la mayor parte del repertorio, eran canciones de su álbum “Utopia” (2007) y su más reciente álbum “Fossora” (2022), pero si guardó un pequeño momento para clásicos, modificados y versionados como en el caso de “Venus as a Boy”, el cual era un juego entre la voz y el sonido de la flauta. Siguieron canciones como “I care for you, care for you”, “Ovule”, “Isobel”, entre otras, piezas de las 21 que se interpretaron en la pasada noche.

Para dicho encuentro, la artista contaba con 10 músicos repartidos entre 7 flautistas, vestidas como si fueran hadas en un mundo de fantasía, un arpa, un productor electrónico y un percusionista, que jugaba con el agua a modo de instrumento musical. Sin duda un espectáculo cuidado minuciosamente y muy teatralizado, con gran apoyo visual de imágenes que se complementaban a la perfección con el vestuario, movimientos y voz de la artista.

Como sorpresa, antes de los bises, irrumpió en el escenario la imagen de la joven activista Greta Thunberg, dando un gran discurso de concienciación sobre el cuidado del medio ambiente, dando esperanzas al espectador de que estamos a tiempo de cuidar y mejorar de cara al futuro, con citas, como la mencionada al comienzo de esta crónica, “Es una emergencia. Para sobrevivir como especie Necesitamos Definir Nuestra utopía” , muy en sintonía con el tema del espectáculo. Después de este mensaje y para finalizar el show, Bjork interpretó “Future Forever” y “Notget”, en la cual apareció con un cambio de vestuario para despedirse.

Todos los allí presentes disfrutamos de una artista que busca reinventarse continuamente, mirando al futuro e incorporando la tecnología como herramienta creativa. Su voz sigue siendo su mayor arma y no ha perdido ningún matiz con el paso de los años, todo lo contrario.

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