Texto: Sergio García Lavilla
Son muchas las crónicas que han salido a raíz del espectáculo que vimos, el pasado día, en el Estado Metropolitano a cargo del Canadiense Abel Tesfaye, más conocido como The Weeknd.
Tras posponer la gira de presentación de su disco “After Hours” (2020), un compendio de sintetizadores que nos retrotraía a lo mejor de los 80, que estaba prevista en Octubre del 22 en el Wizink (no puedo imaginármelo en un sitio tan pequeño), lo pudimos ver en su punto álgido en la Superbowl del 2021 en la que coronó el Tema “Blinding Lights”, quizás una de las mejores canciones de los últimos 20 años a la altura de la mismísima Take on Me de A-Ha.
En 2022 sale a la luz “Dawn FM” como continuación de su anterior trabajo, manteniendo su línea sonora que incluye hits como Take your Breath y Sacrifice, siempre en la línea de pop ochentero que le encumbra como el artista más escuchado en Spotify (la radio fórmula del presente).
El gran éxito de estos dos trabajos, lleva a The Weeknd a emprender la gira, “After Hours Til Dawn” exclusiva para Estadios, y podréis comprobar por qué si seguís leyendo.
En plena ola de calor, la tarde se presentaba con unos agradables 40 grados a las 7 de la tarde, por lo que el tramo de aproximación al Metropolitano me pareció como si estuviésemos en el planeta Dune y de en cualquier momento nos saliesen los Fremen o algún gusano de las arenas mientras el viento del desierto golpeaba nuestros cuerpos.
A medida que me acercaba, empezaba a ver el tipo de público que atrae el bueno de Abel, mucha teenager con sus padres como si fuesen a ir a la fiesta de Nochevieja del Ritz (mucho postureo), cosa que no era descabellada teniendo en cuenta el precio de las entradas, pero que a la postre, lo valían.
A las 19:30 empezaba animando la fiesta Mike Dean, un multiinstrumentalista Tejano, que alterna temas propios con mezclas de los mejores artistas como Madonna, Beyoncé, todo ello aderezado con sintetizadores. Demasiado calor y poca gente todavía en las gradas, lo que deslució un poco su intervención.
El estadio se iba llenado poco a poco, casi todo el mundo aprovechaba para pedir algo en las barras, a precio estándar de festival (lo que viene siendo un atraco), en lo que empezaba el segundo telonero Kaytranada, un discjockey haitiano-canadiense que ya lo fue de Madonna en 2015. Buen ambiente, pero la gente guardaba fuerzas y sudor para el plato fuerte de la jornada. Correcto y sin muchas pretensiones.
Caía la tarde, pero no el termómetro, entretanto la música ambiente me regala un Shine On You Crazy Diamond de Pink Floyd que me hacía pensar……y si volviesen a España el año que viene?, hay que soñar de vez en cuando.
Pero antes de todo, no os he dicho como estaba estructurado el escenario. El escenario se componía de 3 mini sets unidos por largas pasarelas a lo largo del campo de futbol. El primer set es una réplica de una ciudad futurista, muy inspirada en Metrópolis de Fritz Lang, que representa la parte industrial, terrenal, la parte áspera, que sirve como origen a un viaje a través de la vida hasta el segundo set, en el que una estatua de mujer metálica vigila el paso, cual esfinge de La Historia Interminable, hacia el tercer set, en el que una luna gigante representa la liberación, el descanso, el paraíso de la liberación, tras un largo viaje desde los infiernos de la monotonía del día a día. Camino que recorrería Tesfaye a lo largo de su discografía.
A las 21:30 todavía con los últimos rayos de sol, empiezan a desfilar sobre las pasarelas una corte de fieles cubiertos por túnicas blancas, al estilo Eyes Wide Shut, logia de seguidores de la estrella canadiense.
Primeros acordes synth de Take my Breath, empezamos fuerte, de riguroso blanco salta al escenario con un pie de micro en forma de trueno (quizás simbolizando a Zeus), mascara metálica (ya lo vimos en Pet Shop Boys) a lo Daft Punk, el cantante canadiense entre gritos de miles de fans. Se empieza a intuir el juego de luces pese a ser de día, el sonido de momento bueno y sin mucha distorsión, coreografía exquisita. Enlazamos con dos temas más de su último disco, Sacrifice y How Do I Make You Love Me, muy sonido Michael Jackson mezclado con Giorgio Moroder.
Primer clásico del 2015 que hace que el público coree Can’t Feel my Face como si fuera el último tema. Sin quitarse la máscara nos dice que: Hace muchísimo calor (normal con mascara y chaleco), para calentar aún más el ambiente enlazamos Hurricane (Kanye West cover) con The Hills bajo una batería de llamas al más puro estilo Rammstein.
Es la destrucción de la ciudad bajo las llamas para renacer con colores verdes tras temas como Starboy, Heartless, Low Life, Reminder,…todo suena a hit….para tras Faith (1 hora casi desde que empezó) quitarse por fin la máscara metálica, a modo de liberación.
Arrancamos la parte central del show, a mi parecer demasiado basada en baladas como Die For You, Wicked Games, con cambios de color, humo y rayos que al haber caído la noche potenciaban aún más el show.
Sin pausa entramos en la parte final, con Save Your Tears y todo la luminaria enfocando al cielo de Madrid, un tema que pone el listón en 9,5 (coreado por todo el estadio) y que, tras el Abba-discotequero con toques 1975, Less than Zero, únicamente puede superar, la que ya todos sabemos, que fue Blinding Lights.
No se puede explicar lo que supone vivir este tema en directo, con todo el set de luces, la gente cantando, las pulseras (si a lo Coldplay) iluminándose, un éxtasis visual, sensitivo….pelos de punta. Las primeras notas del synth te elevan del suelo, la batería y el estallido del estribillo….la letra…..es un pedazo de tema, bailado y cantado por más de 40.000 gargantas, y por supuesto en el Set de la Luna…como final del camino de la liberación.
El escenario se vuelve naranja, ya no queda nada, pero aún nos reserva covers como son Creepin (Metro Boomin), su último trabajo junto a Madonna Popular (Madonna) muy hip hop que es la Bso de The Idol, quizás marcando el nuevo rumbo del artista.
Volviendo por el camino recorrido, se despide desde la ciudad, ahora azul, después de la resurrección desde la luna, pasando por la esfinge, con In Your Eyes otro hit ochentero, muy Erasure mezcladito con Michael Jackson (su referente).
La última es Moth to the Flame una balada popera compuesta junto a Swedish House Mafia, con la que nos deja tras casi dos horas de espectáculo, y más de una treintena de temas.
La gente no se mueve hasta que no encienden las luces, no hay bises ya que los tenía previstos, pero el calor le hizo continuar del tirón el concierto.
Vuelta al coche para comerme un atasco digno de la final de la Champions, pero con un regusto muy bueno por el espectáculo que acababa de ver, de un cantante que puede llegar a mucho más, a ser una leyenda……simplemente espectacular.
Pincha en el título del álbum para ver la galería completa:
