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Los cantantes y los músicos son un regalo

Este año me propuse leer una vez más la Biblia de forma completa. No de la forma tradicional que siempre lo he hecho, esta vez, en lugar de leerla, realmente la estoy oyendo. Aprovecho mis espacios libres y me pongo a oír la Biblia o a leerla con mis oídos, que es lo mismo. Además, lo estoy haciendo en bloques. Por ejemplo, en enero comencé con el Nuevo Testamento, luego pasé a los profetas menores y ahora estoy por terminar el pentateuco. El asunto es que hace unas semanas que pasé por el libro de Números me topé con dos textos que francamente me impresionaron. Hablan acerca del Ministerio de los levitas y el concepto que tenía Dios sobre ellos y que quiso comunicarle a Aarón, hermano de Moisés. Por favor, lee detenidamente los siguientes dos textos:

Y se los he entregado a Aarón y a sus hijos como un regalo. Los levitas ministrarán en la Tienda de reunión en favor de los israelitas, y harán propiciación por ellos…
Números 8:19 (NVI).

Considera que yo mismo he escogido, de entre la comunidad, a tus hermanos los levitas, para dártelos como un regalo. Ellos han sido dedicados al Señor para que sirvan en la Tienda de reunión.
Número 18:6 (NVI).

Cuando lees el contexto de ambos pasajes, ves que Dios le mostró a Moisés cuáles serían las funciones de los levitas con relación al tabernáculo, entre ellas: montar y desmontar su infraestructura cada vez que el pueblo avanzara y también cada vez que se detuvieran; además, serían quienes ayudarían a Aarón en todo lo que tenía que ver con los sacrificios de adoración. El asunto es que mientras leía estos pasajes vino a mi mente lo que un amigo pastor me dijo recientemente. Resulta que ellos acaban de cambiarse de local. Ya no están en el lugar que antes alquilaban debido a que era demasiado caro y se trasladaron a un hotel de la capital. El asunto es que este cambio ha implicado que todos los integrantes del equipo de alabanza monten el sonido y los instrumentos antes de cada servicio y los desmonten al finalizar. Domingo tras domingo. Por eso, mientras leía —oía, mas bien— el libro de Números y las funciones de los levitas, vinieron a mi mente los cantantes y músicos de la Iglesia de mi amigo y cómo trabajan para que los servicios de adoración puedan desarrollarse de manera apropiada. Como le dijo Dios a Moisés: ellos son “un regalo”.

Sé que hay un debate de si a los integrantes del ministerio de alabanza debería llamárseles levitas o no; sin embargo, independientemente de si estás de acuerdo o no con que se les llame así, es innegable que por lo menos existe una analogía. Principalmente, que cada cantante y músico de la iglesia local —a causa de su aporte en los servicios de adoración— debería considerárseles un regalo para el cuerpo de Cristo. Pregunto: ¿has considerado que quienes ministran la adoración semana a semana son un obsequio del cielo para tu iglesia? ¿Los has visto como dones especiales que el Señor te ha dado para contribuir a tu relación con Dios cada domingo?

Es cierto, después de más de 30 años de iniciado el movimiento de adoración en Latinoamérica, aún seguimos lidiando con algunas cosas que como Iglesia no deberíamos de lidiar en el área de la música, pero a pesar de eso, hay cantantes y músicos que son de gran bendición para la Iglesia. Imagina la congregación de mi amigo que se acaba de mudar a un hotel. Los integrantes del ministerio montan y desmontan el sonido y el equipo cada semana, ¿cómo crees que él los ve a todos ellos? ¡Exacto! Como un regalo. Ahora, la mayoría de las iglesias tienen locales propios o alquilados y no tienen que montar ni desmontar nada, pero aún así, el ministerio de alabanza invierte muchas horas de ensayo, de memorización de canciones y acordes para ejecutar de modo aceptable la música en cada servicio. Vamos, eso es bastante trabajo y esfuerzo. Y para rematar, ¡no les pagan ni un cinco! ¿No crees, entonces, que también nosotros deberíamos verlos a todos ellos como un regalo?

A continuación, te comparto algunas formas en las que puedes valorar a los cantantes y músicos de tu iglesia local, y mostrarles de formas prácticas que los ves como un obsequio para tu vida y para tu iglesia. ¡Ojalá puedas implementar algunas!

Exprésaselos

Hace muchos años que fui líder del ministerio de adoración de una iglesia muy grande, sin yo estar consciente de lo que dice Números 8:19 y 18:6, comencé a ver a cada integrante del ministerio como un regalo. Mi forma de agradecerles su enorme labor, era que al final de los dos servicios del domingo, me bajaba de la plataforma y les daba la mano o un abrazo y les decía: “Fulano, ¡gracias por haber venido! De verdad, ¡gracias por echarnos la mano!”. Así con cada uno. Yo sabía que nadie más se los decía, pero por lo menos yo no me sentía tranquilo si no les agradecía sentidamente que estuvieran ayudándonos cada semana a dirigir la adoración.

Si eres pastor, obligate a ti mismo a darles las gracias a tus músicos al finalizar los servicios del domingo. No de vez en cuando, ¡siempre! Y si eres un miembro de tu iglesia, por lo menos deberías acercarte a ellos por lo menos una vez al mes y darles las gracias. Tú no te imaginas el impacto que pueden tener las palabras de agradecimiento en la vida de un cantante y músico. No es usual que se les agradezca su ministerio, pero sí lo comienzas a hacer, vas a ver que será un gran aliciente para su actitud de servicio en la iglesia.

Dales de comer

Si eres pastor, tú estás consciente de que los integrantes del ministerio colaboran voluntaria y desinteresadamente en tu congregación. Por lo tanto, deberías asignar del presupuesto de la iglesia, un refrigerio o cena el día que ensayan entre semana. No estoy hablando de mandar a comprarles pizzas o hamburguesas —¡que no sería mala idea eh! —, sino algo sencillo, pero que demuestre que estás interesado en que estén bien alimentados a la hora de ensayar. Sí, algunos de ellos llegan a practicar después del colegio, la universidad o sus trabajos, y muchas veces llegan sin haber comido nada. Llegan cansados y exhaustos, por lo que un poco de glucosa no les viene mal para energizarlos y se sientan con mejores fuerzas mientras ensayan. ¡Y lo mismo los domingos! Muchos llegan sin desayunar y la iglesia debería ser responsable de darles de comer en el intermedio de los servicios para que tengan fuerzas y ánimo para servir a Dios y a la congregación a través de sus dones musicales.

Si eres miembro de una iglesia, tú responsabilidad debería ser hablar con el pastor para velar que ellos tengan que comer durante los servicios. Y, si por algún motivo, la iglesia no puede pagar estos refrigerios o tiempos de comida, ofrécete tú junto a otros hermanos para suplirles. Vamos, no olvides lo siguiente: un músico bien comido servirá de mejor manera y con mejor actitud que uno que no ha comido. Por lo tanto, motiva a tu pastor o otros hermanos a que colaboren proveyendo todo esto.

Provéeles transporte

Seamos realistas, muchos integrantes del ministerio de alabanza no tienen un auto en el cual transportarse. Algunos llegan en bus y al final de los ensayos los integrantes que tiene auto deben colaborar con llevar a sus casas a los que no tienen uno. ¡Un aplauso para ellos por su espíritu de servicio! Sin embargo, como iglesia local deberían proveerles transporte a cada integrante del ministerio por lo menos después de los ensayos. Si algunos llevan a otros en sus autos, la iglesia debería aportarles algo para la gasolina como forma de demostrarles que este tema es importante para ustedes. Tú lo sabes, un integrante de ministerio de alabanza ensaya de forma más segura y relajada sabiendo que tiene transporte seguro, que uno que al terminar el ensayo tiene que salir corriendo para que el último autobús no lo deje. ¡Así que vela porque esto también sea una realidad!

Patrocínales capacitaciones

La iglesia local debería pagarles seminarios, congresos o cualquier tipo de capacitación a los integrantes del ministerio de alabanza. Ojalá lo pudieran hacer con todos, pero si no, por lo menos patrocinárselas a sus líderes. ¿Cuántas veces al año? Por lo menos una, pero si pueden patrocinarles dos o tres, ¡mejor! Estoy hablando de capacitaciones dentro o fuera del país, y si se pudiera, clínicas de canto o de sus instrumentos para que ellos se perfeccionen lo más posible en sus talentos.

Recuerdo que hace muchos años en una iglesia en la que estuve, me patrocinaron un congreso fuera del país. Me pagaron boleto de avión, hospedaje, alimentación, viáticos y hasta me dieron dinero para comprar materiales didácticos. Me sentí tan agradecido y a la vez, tan valorado por ellos que los siguientes meses seguí sirviendo muy motivado por lo que habían hecho por mí. ¡Ojalá todas las iglesias pudieran hacer eso con sus músicos!

Celebra el Día del músico

¿Celebran en tu iglesia el Día del pastor o le celebran al pastor su cumpleaños? ¡Entonces cada 22 de noviembre debería celebrarse el Día del músico! Esa semana que caiga la fecha, la iglesia debería hacer un gesto especial para los cantantes y los músicos el día domingo. Por ejemplo, pasarlos al frente, darles un presente, pedir que los hermanos pasen a darles un abrazo de felicitación, ¡qué tal invitarlos a todos a comer a un buen restaurante! Lo importante es festejarlos como forma de agradecimiento por su servicio voluntario. Es cierto, esto solo se hará una vez al año, pero si a esta celebración le sumas todas las sugerencias anteriores, puede que repercuta en el ánimo, la actitud y el espíritu de servicio de los integrantes del ministerio de alabanza. Y te aseguro, que una iglesia que haga todas o algunas de estas cosas, hará sentir a sus músicos y cantantes como la Biblia dicen que son: un regalo de Dios para su pueblo.

Noel Navas.



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