Dia del padre con Fincas de Turismo. No importa cuántos años tengamos o si ya peinamos canas, el abrazo de papa  siempre es un resguardo imperturbable. Podemos ir a ellos en nuestros más difíciles trances, contar con su apoyo en cualquier momento, en cualquier circunstancia. Su sabiduría es instantánea, práctica, evidente; buena para todo lugar y todo tiempo, imperecedera. Su razonamiento es absolutamente lógico, pero nunca carente de ternura, sus lecciones derivadas de la experiencia resultan inobjetables. Las respuestas a muchas dificultades están ante nuestros ojos, pero es como si solo el tuviera la facultad de revelarlas. Como cuando buscamos algo con impaciencia sin lograr encontrarlo y el lo encuentra ante nuestro asombro y vergüenza. Se ha vuelto chiste cliché, esa situación, pero es algo que nos es familiar a todos.

Pasan los años y las generaciones, pero las  siempre están presentes, al día, iguales, imperecederos. Las lecciones de ellos siguen siendo las mismas y todavía seguimos aprendiéndolas como escolares desaplicados. Aún necesitamos de sus consejos, de sus tirones de oreja a tiempo, de su amor sin medida ni horario. Nunca nos cansaremos de sus consejos, de sus cuidados, de su forma de cuidarnos como si fuéramos los únicos. Sí, como si fuéramos los favoritos de el; siempre sabe hacernos sentir los más especiales, los más queridos. Sin duda, nadie nos ama como ellos, nadie nos cuida mejor que el, en fin, nadie como el.