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Optimizando los Proyectos: Crashing y Fast Tracking

En la gestión de proyectos, el tiempo es un recurso invaluable.

La capacidad de entregar un proyecto dentro de los plazos establecidos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Es aquí donde entran en juego dos técnicas de gestión de proyectos fundamentales: el Crashing y el fast tracking.

Estas estrategias nos permiten acelerar la ejecución sin comprometer la calidad.

En el artículo de hoy, os explico como implementar estas técnicas de manera efectiva.

¿Qué es el Crashing?

El crashing es una técnica que implica la asignación de recursos adicionales a las actividades críticas del proyecto para reducir su duración.

Esto puede incluir asignar más personal, aumentar la disponibilidad de equipos o trabajar horas extras.

Por ejemplo, consideremos un proyecto de construcción de un edificio que tiene una actividad crítica de vertido de cimientos que originalmente tomaría dos semanas.

Utilizando la técnica de crashing, el gestor de proyecto podría asignar más equipos de trabajo y completar la actividad en una semana, reduciendo así el tiempo total del proyecto.

¿Qué es el Fast Tracking?

El fast tracking es otra estrategia para acelerar la ejecución del proyecto, pero en lugar de asignar recursos adicionales, implica la reorganización de las actividades para que se ejecuten en paralelo en lugar de secuencialmente.

Por ejemplo, en un proyecto de desarrollo de software, las pruebas de usuario final generalmente se llevan a cabo después de que se completa el desarrollo.

Sin embargo, utilizando la técnica de fast tracking, podríamos comenzar las pruebas de usuario final mientras aún se están desarrollando ciertas funcionalidades, lo que permite reducir el tiempo total del proyecto al superponer actividades críticas.

Consejos para Implementar Crashing y Fast Tracking con Éxito

  1. Identificar Actividades Críticas: Es crucial identificar las actividades críticas que tienen el mayor impacto en el tiempo total del proyecto.
  2. Evaluar Riesgos: Antes de implementar el crashing o el fast tracking, es importante evaluar los riesgos potenciales, como la posible disminución de la calidad o el aumento de los costos.
  3. Comunicación y Coordinación: Mantener una comunicación abierta y una coordinación efectiva entre los miembros del equipo es esencial para garantizar que las estrategias de crashing y fast tracking se implementen de manera eficiente.
  4. Monitoreo y Control: Se debe realizar una monitorización constante del progreso del proyecto para identificar cualquier desviación y ajustar las estrategias según sea necesario.

En resumen, el crashing y el fast tracking son técnicas muy útiles que pueden ayudarnos a acelerar la ejecución sin comprometer la calidad y que debemos conocer para valorar su uso en aquellas situaciones donde el éxito del proyecto se pudiera ver comprometido por un retraso en las fechas de entrega.

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