Todos sabemos que el Agua del mar no es potable. Es un agua demasiado cargada de sales. Hace falta depurarla para que podamos beberla. Pero depurar el agua de mar es una operación difícil y que resulta hasta el momento muy costosa.
También las aguas de los ríos y de las fuentes contienen sales disueltas, y las que con más frecuencia son causa de su dureza son: el Bicarbonato de calcio o el magnesio. El agua puede disolver el bicarbonato de sosa, pero no el bicarbonato cálcico. Es curioso que podamos hacer potable el agua agregándole cal. Dicha cal se apropia de la mitad del ácido carbónico del bicarbonato, formando dos partes de carbonato cálcico. Como esta sal no es soluble en el agua, se deposita en el fondo. El agua, pues, queda libre de él y se habrá conseguido ablandarla.
Otra manera de quitarle dureza es hervirla. Esta operación hace que se separe la segunda dosis de ácido carbónico. El carbonato, siempre que quede, se va al fondo y el agua resultante es ya blanda. A veces la du reza del agua proviene de otra sal de calcio que la ebullición del agua no altera. Esta dureza se llama permanente; la otra que hemos citado antes, es conocida por el nombre de temporal.