Sí. En las décadas de 1950 y 1960 los ganaderos del norte de México y sur de Estados Unidos, hábitat común del Canis Lupus Baileyi , iniciaron un brutal programa de exterminio por considerarlo una grave amenaza para sus cabezas de ganado, con las consecuentes pérdidas económicas. Sólo sobrevivieron los que habitaban en parajes ajenos a la actividad humana. Hoy es una especie en peligro de extinguirse, sólo unos cuantos ejemplares en Chihuahua y Durango (área mínima si se le compara con la distribución original) reciben la protección del Estado mediante programas de reproducción en cautiverio que se proponen reinsertarlas al medio natural.