Ya he abordado en breves brochazos como la sociedad colombiana intenta crecer con los vientos progresistas y también como esta pírrica labor le queda grande; no se si sentir alegría, lástima, optimismo o indiferencia frente a las campañas de lasos rosados y marchas faranduleras repudiando un feminicidio o el kraken que se ha vuelto la violencia contra la Mujer. En el circulo vicioso del ataque y la defensa, de los papeleos, las conciliaciones y los folio repletos de promesas vacías de mercados surrealistas, de las novelas mexicanas de reivindicación de las benévolas e inocentes madres y mujeres abnegadas de amores destilados o que nunca pudieron amar.
La idea me ha caminado en la cabeza debido a circunstancias personales, al homicidio de Rosa Elvira Cely y el de una joven en Cartagena, las banderas de la inquisición con su purpurado, con sus acusaciones, juicios y hasta condenas las llevan hombres y hasta mujeres, es como si el condenado bulling de una entrada anterior mutara en la diferencia cromosomática.A pesar de esto, como seres que se indignan(pero que olvidan infortunadamente) se forman expresiones como arrugas en la lisa piel de la sociedad que se esfuman con el cadáver que vuelve a la tierra o con el escándalo del momento, y así va la lucha:
El problema de la lucha contra el maltrato a la mujer es que no atacan la raíz: el paradigma arcaico que se transmite como en una secuencia de genética mendeliana de padres a hijos, de hijos a nietos y de estos al mundo donde la mujer justifica las agresiones y los malos tratos en su "indebida" conducta, reforzando una inferioridad que en pleno siglo XXI debería ser inexistente pero que persiste en los círculos más simples de la sociedad.
Lo que él hizo tenia "justa causa"
De nada sirve una indignación nacional cuando en cada hogar se ciernen las semillas de mujeres y hombres de armaduras medievales y mentes encadenadas cuyas palabras y actos escudan y engrandecen al maltratador, paradigmas de parejas y relaciones que vienen desde la sumisión casi católica de muchas abuelas, ideas en formol que habitan hurañas en mentes que cualquiera pensaría normales o civilizadas; Trato de entender el porqué y para qué, el como y el cuando, pero solo viene a mi las experiencias ajenas y algunos comentarios aun frescos.
Primero culparía a una iglesia que mancho a la mujer a través de los siglos y enalteció al hombre como héroe proveedor y a la mujer como sumisa pagana,que ante cada caso de maltrato solo pide fe y oración desde un púlpito pagado con las lagrimas y los rezos de tantos úteros dolidos y hasta ignorantes en la educación para la ama de casa, la esposa, pero no para la mujer.
Segundo, estarían las mismas mujeres (no todas), que se han amañado en su papel de vírgenes devotas de cabezas cubiertas y rosarios matutinos criando pequeñas émulos de la abnegación con la vanidad y las "buenas costumbres" como arco reflejo y cemento de status quo: naces creces, aprendes a ser bonita, te casas, te maltratan, dejas así, te reproduces,te vuelven a maltratar. Es mas fácil dormir sobre las llagas que echarles sal y curarlas.
Por último, el título de esta entrada viene de un grandioso aforismo de mi familia extensa....a veces creo qué soy adoptada.
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