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Aquellas fracesitas pegadas en los muros

Hace tiempo escribí basada en el artículo de una revista acerca de los filósofos y su papel en al actualidad, deje el tema allí y seguí con mi vida, y en eso, en menos de un año, redes sociales e inocentes paredes se llenaron de cortos enunciados hechos con pintura barata, apelando al sentimiento y a la reflexión de 3 pesos,  ya con Esto y sus fotogramas de sepia y blanco y negro cualquiera apelaba a sus emociones momentáneas para  sentirse Cortazar, Borges o Neruda por unos minutos dando clic y dejando que sus compinches alagaran su profundo sentido del mundo y la existencia.
No es solo mi país, es Latinoamérica que se llena con todo esto, me sorprende la rapidez con la que llegan a públicos adolescentes y en adultos tempranos en un frenesí donde todos son tan emotivos, profundos e intelectualmente eufemistas que harían sonrojar a Baudelaire, llegando a donde Arjona no llego y recordando que el que siente también escribe y puede rimar, que el que tiene cámara es fotógrafo y el que juega monopolio es millonario.
A estas alturas quien lea esta humilde entrada sabrá de qué hablo, y así mismo notara mis reservas para con esto, esta situación me recuerda una vez más a Vargas Llosa y "la civilización del espectáculo" y de paso a Nietzche, cuando hablaba Zaratustra acerca de los que lee y escriben. Escribir es un don, una genialidad escondida en el sucederse de las cosas que muy pocos tienen y aun más las agallas y la emoción para hacer de cada palabra un cuidadoso engrane en una máquina que despierta infinidad de ideas en los más dispuestos,suficiente con las novelas de vampiros humanistas en apología al amor y el sexo post-matrimonial de adolescentes planas y carentes de toda virtud trascendente y en este contexto llegan las falacias de la emoción y la profundidad de un vaso de vino barato, el mismo que disfrutan los asiduos lectores de las antes mencionadas.
Solo renegare en contra de su metafísica barata en afán de likes y publicidad viral donde se ven las cosas planas, las emociones no se venden, las ideas y los sentimientos no se prostituyen de piernas abiertas en muros de ciudades tan indiferentes como los que ahora siguen su oleada de frases y mas tarde seguirán sus vidas....si las seguirán ya no con poesía, con música, cine o algún otro arte que se preste inevitablemente se dará a las masas en menos de 140 caracteres o con un aire "urbano".
Por ultimo, piense en el antes mencionado Nietzche, en ese breve pero exacto discurso de Zaratustra para los que leen y escriben, en este está mi argumento central, y por respeto a este mismo, dejo a ustedes lectores que lo busquen, lo lean y se armen una idea de acciones poéticas y pseudohippismo.    



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