Todos alguna vez en nuestra vida hemos jugado Videojuegos y seas un gamer o no, los videojuegos atraen tanto a chicos como a grandes. Y aunque las consolas han evolucionado y las empresas desarrolladoras siempre se encuentran implementando mejoras en gráficos, historias y demás, podemos ver que las consolas de videojuegos clásicos como el Nintendo NES Classic siguen impactando en nuestras vidas, sin importar que son juegos en espacio 2D y que el nivel en los gráficos no se compara a consolas como Xbox One. Así que, con esto sabemos que los juegos clásicos siguen siendo un éxito, y claro, en gran parte es por la nostalgia así como también por lo emocionantes que son, pero ¿qué es lo que hace tan emocionante a un videojuego?

Si lo vemos de un punto de vista de marketing, lo que les importa a las empresas desarrolladoras de videojuegos es que los clientes se mantengan motivados a comprar los juegos para que pasen horas y horas jugando. Y dentro de esto ¿qué es lo que mantiene motivados a los gamers? No es nada más que la superación personal.

La superación personal permite a los seres humanos estar tranquilos, positivos y sobre todo motivados. Vencer tus miedos, superar tus propias barreras y adquirir nuevas habilidades trae como consecuencia una satisfacción personal y esto lo logran los videojuegos por medio de la Curva de Dificultad con la que cuentan.

La curva de dificultad es la curva de aprendizaje que tiene que recorrer un jugador para poder superar los obstáculos que se presentan en los videojuegos. La curva de dificultad va a determinar si un juego es emocionante o es aburrido. Un juego fácil no precisamente quiere decir que sea emocionante y de igual forma un juego muy difícil, casi imposible de superar, no significa que sea bueno, ya que crea una experiencia frustrante para el jugador y culmina en que no habrá superación personal y por consecuencia, no habrá motivación para adquirir el producto y estarlo jugando por muchas horas.

Si retomamos el tema de los juegos clásicos como Super Mario Bros, recordarás que existen “mundos”, es decir niveles de dificultad, los cuáles al irlos superando vas obteniendo nuevas habilidades, nuevas herramientas y más cosas que te mantienen motivado a seguir jugando hasta terminar.

En realidad todos los juegos tienen una curva de dificultad, sin embargo, no en todos es la mejor. Por ejemplo, algunos juegos principalmente de deportes necesitan afinar esta parte, ya que la gran mayoría cuentan con el modo de carrera, y el personaje que tienes al principio es muy débil pero al ir avanzando va adquiriendo habilidades hasta el punto que llegas a convertirte en un crack haciéndolo poco creíble y a veces aburrido. Es por eso que algunas empresas desarrolladoras de videojuegos han optado por un ajuste dinámico en la dificultad de los videojuegos utilizando inteligencia artificial. Este ajuste cambia de manera automática y en tiempo real, parámetros, escenarios y comportamientos del videojuego en general, tomando como base las habilidades del jugador. ¿Genial no crees? Sin embargo, aunque el ajuste dinámico no es un secreto, no es algo que las empresas de videojuegos hagan público cada vez que sacan un título nuevo, ya que están conscientes de que lo que buscan es que el jugador vaya superándose a sí mismo, de tal forma que pueda obtener motivación y satisfacción sin necesidad de alguna ayuda.

Sin duda, alguna la curva de dificultad en los videojuegos es algo fundamental. Ya que determinará si el juego es aburrido o es divertido y aunque los gráficos y cinemáticas también son importantes, comprobamos con juegos de antaño que una aventura en donde tengas niveles que superar, te mantendrá enganchado por horas y horas.