BRECHANDO
04-10-2023
Antonio Quevedo Susunaga
En México, hay varios estados que sus Gobernadores, con la anuencia de presidentes de la república, han estado en complicidad con una delincuencia que tiene una gran capacidad para comprar gobernadores y presidentes de la república.
Es indiscutible que en esas entidades los gobernadores se convirtieron en empleados del gran poder de la mafia del narcotráfico, lo acepten o no.
Esos esquemas de complicidad lo vivieron con toda intensidad en los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari, de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, y no estamos hablando de estos poderes sino de los poderes estatales en entidades como Sonora, Sinaloa, Jalisco, Veracruz, Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Quintana Roo, entre otras entidades en donde habido acusaciones contra gobernadores, algunos de ellos, siguen en las cárceles.
En esta historia negra de gobernadores implicados con el poder económico del narco están Mario Villanueva, en Quintana Roo; Andrés Granier, en Tabasco; Jesús Reyna, en Michoacán; Tomás Yarrington, Tamaulipas; el mismo Humberto Moreira, detenido en España, ex gobernador de Coahuila.
Los señalamientos contra los gobernadores siguen, el último fue contra el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, ex secretario de Seguridad Pública, la DEA le abrió una carpeta de investigación por sus presuntos vínculos con el Cártel del Pacífico y lavado de dinero.
Las Autoridades de Estados Unidos, tienen en la mira a los gobernadores de Sinaloa y Jalisco, por su presunta relación con estos poderes fácticos, dejando manga ancha para que operen, según las autoridades gringas.
Es importante destacar que Sinaloa seguirá siendo un estado bajo la mira de las autoridades y agentes de la DEA, cuando el 90 por ciento de los grandes líderes del narco son de esta entidad.
La realidad en México y en Estados Unidos, es que el narco es un gran poder que “es administrado” y no buscan aniquilarlo, porque el dinero que producen los narcos gringos o mexicanos, es dinero que entra a la economía, a través de bancos lavadores.
La otra teoría no difundida es que la administración de estas mafias del narco en México, es una manera no permitir el ingreso de las mafias de otros países, que puede ser la colombiana, la china o rusa, entre otras.
El asunto es cuánta información tienen los gringos de Alfonso Durazo, del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya o de Enrique Alfaro, en Jalisco.
La realidad es que las autoridades federales, estatales y municipales no son ajenas a esas complicidades, y vemos que seguimos sin poder separar entre algunas autoridades y la delincuencia, hay ocasiones que no se distinguen los límites.
En estas entidades, la población tiene una clara conciencia de las implicaciones que tienen las autoridades, que muchas de esas autoridades en un sexenio se vuelven multimillonario, como Genaro García Luna, y los García Luna de cada estado.
La realidad es que los agentes de la DEA y los gobernadores de Estados Unidos no son la “madre Teresa”, es muy difícil ver los límites entre ellos y la delincuencia de ese país.
El tema del narcotráfico en Sinaloa, siempre será un tema prioritario, en donde el poder ejercido por los líderes de este poder fáctico, determina quién si puede ser candidato o quién no, porque tienen una presencia indiscutible en la telaraña social.
La producción de drogas en México o cualquier otro país de América Latina, tiene que ver con las exigencias de un gran mercado norteamericano, que consumen muchas drogas, de todo tipo, esto no pueden tapar las autoridades norteamericanas con un dedo. Ellos son los drogadictos.
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