"A quien madruga, Dios lo ayuda", es la exclamación de una pintoresca señora que, cartera roja y saco negro de cuero en mano, sale de su casa con destino a cobrar su jubilación al Banco de la Nación, como todos los 20 de cada mes.Bertha Acosta es una profesora jubilada de 70 años. A pesar de la edad que tiene, no aparenta todas las primaveras que carga encima, pues según ella es como el comercial