CAOS.El estreno de Gabilondo en las noticias de Cuatro evidenció por encima de todo un problema: no es lo mismo la radio que la televisión. Y lo digo adelantando que el periodista vasco me parece el mejor comunicador de la radio española (dejando aparte las tendencias políticas). Voy a intentar desgranar ciertos aspectos del programa que me parecieron profundamente mejorables:
-El diseño de los decorados, frío y poco atractivo. Los decorados, más cercanos a una televisión local que a un informativo nacional. Además, eran muy amplios para un solo presentador. La adopción del rojo corporativo chirría a los ojos ( mejor sería que lo difuminaran algo más) y los rótulos eran muy simples. Tal vez buscaban eso, la simplicidad. Pero un corte rojo con letras blancas es muy poco para una cadena que realizó muy buenos diseños cuando era Canal Plus. Esos rótulos los haría cualquier estudiante de periodismo en diez minutos.
-El informativo carece prácticamente de melodía. No digo que utilicen la música machaconamente como hace Antena 3 cuando inicia el sumario de noticias, pero los silencios de Noticias Cuatro daban poca agilidad y aumentaban la pesadez de las noticias. Pero igual es lo que buscaba la cadena: una apuesta por la mínima utilización de elementos sonoros.
-Al presentador se le vio un poco cansado. Tal vez fuera el estrés del primer programa, pero lo cierto es que Gabilondo estuvo titubeante en ciertos momentos. Según tengo entendido, Gabilondo prefirió no utilizar teleprompter. Creo que ahí también erró. Se atrancó excesivas veces y las pausas que hizo (tan válidas y acertadas en la radio) no son recomendables en la televisión. Igualmente, gesticuló mucho (el cámara tuvo que centrar el plano unas cuantas veces) y se notó mucho que estaba atendiendo indicaciones del realizador (miraba mucho a los lados y estaba muy centrado en el pinganillo).
-El inicio del programa, con la conexión con Granada, ha sido lo más comentado en toda la red. Que aparezca la ministra de Fomento con un micrófono de la cadena (en vez de con uno de corbata) le daba rango de corresponsal. Y no parece la voz más neutral para explicar lo ocurrido, sobre todo porque no hubo ninguna explicación previa a las palabras de Álvarez. Otra cosa distinta son las narraciones de la ministra-corresponsal: Tengo detrás mía...
-La apuesta por los reportajes me parece una decisión valiente. Pero que los protagonice el presentador da una sensación de que Gabilondo pretende abarcar todo. Igualmente son innecesarios los cortes donde el periodista pregunta en francés a los ciudadanos de París. No sé, se incide mucho en el protagonismo del periodista.
-Ojo a los subtítulos: se puso un a cuando era parte de un verbo (ha).
-Aún no sé quién fue el experto en inmigración al que entrevistó Gabilondo en el plató. No lo presentó. Y en el rótulo sólo aparecían unas siglas de una organización que no conocía.
-Fue muy peligroso concertar una entrevista con Aguirre y Maragall cuando no estaba claro en qué momento iban a finalizar los discursos en el Senado. Se tuvo que aplazar al final del informativo. La entrevista (gracias al retraso ¿intencionado? de Aguirre y a las rarezas de Maragall) no fue muy productiva (el parón con la primera pregunta al presidente catalán -¿existe una España o dos?- fue desastroso).
-Deportes me pareció la sección con más vida. Un correcto Manu Carreño presentó las -breves- noticias deportivas. Noticias que fueron autobombo: la fiesta que la SER preparó a Fernando Alonso. Por cierto, a José Ramón de la Morena no se le oía el micro.
-La sección de El tiempo tampocó me acabó de gustar. Demasiado breve. Tal vez pasó porque era el primer programa y no quedaba tiempo para más.
-Las conexiones en directo con los corresponsales también tuvieron problemas. En una de ellas no concordaba voz y sonido (este error sucede también en otras cadenas de TV).
Todo esto seguro que se va a mejorar. Detrás de Cuatro hay un grupo fuerte que podrá apoyar (con personal y con recursos) aun más unos inicios que en las noticias se me antojan muy flojos. Pero como ha comentado mucha gente, esto también sucedía en Telecinco cuando empezó (la época de las mamachicho). Tienen mucho tiempo para ir puliendo un informativo que seguramente será el estandarte de un gran sector de la población española. Un acompañante para el solitario Gabilondo ayudaría mucho.
-El diseño de los decorados, frío y poco atractivo. Los decorados, más cercanos a una televisión local que a un informativo nacional. Además, eran muy amplios para un solo presentador. La adopción del rojo corporativo chirría a los ojos ( mejor sería que lo difuminaran algo más) y los rótulos eran muy simples. Tal vez buscaban eso, la simplicidad. Pero un corte rojo con letras blancas es muy poco para una cadena que realizó muy buenos diseños cuando era Canal Plus. Esos rótulos los haría cualquier estudiante de periodismo en diez minutos.
-El informativo carece prácticamente de melodía. No digo que utilicen la música machaconamente como hace Antena 3 cuando inicia el sumario de noticias, pero los silencios de Noticias Cuatro daban poca agilidad y aumentaban la pesadez de las noticias. Pero igual es lo que buscaba la cadena: una apuesta por la mínima utilización de elementos sonoros.
-Al presentador se le vio un poco cansado. Tal vez fuera el estrés del primer programa, pero lo cierto es que Gabilondo estuvo titubeante en ciertos momentos. Según tengo entendido, Gabilondo prefirió no utilizar teleprompter. Creo que ahí también erró. Se atrancó excesivas veces y las pausas que hizo (tan válidas y acertadas en la radio) no son recomendables en la televisión. Igualmente, gesticuló mucho (el cámara tuvo que centrar el plano unas cuantas veces) y se notó mucho que estaba atendiendo indicaciones del realizador (miraba mucho a los lados y estaba muy centrado en el pinganillo).
-El inicio del programa, con la conexión con Granada, ha sido lo más comentado en toda la red. Que aparezca la ministra de Fomento con un micrófono de la cadena (en vez de con uno de corbata) le daba rango de corresponsal. Y no parece la voz más neutral para explicar lo ocurrido, sobre todo porque no hubo ninguna explicación previa a las palabras de Álvarez. Otra cosa distinta son las narraciones de la ministra-corresponsal: Tengo detrás mía...
-La apuesta por los reportajes me parece una decisión valiente. Pero que los protagonice el presentador da una sensación de que Gabilondo pretende abarcar todo. Igualmente son innecesarios los cortes donde el periodista pregunta en francés a los ciudadanos de París. No sé, se incide mucho en el protagonismo del periodista.
-Ojo a los subtítulos: se puso un a cuando era parte de un verbo (ha).
-Aún no sé quién fue el experto en inmigración al que entrevistó Gabilondo en el plató. No lo presentó. Y en el rótulo sólo aparecían unas siglas de una organización que no conocía.
-Fue muy peligroso concertar una entrevista con Aguirre y Maragall cuando no estaba claro en qué momento iban a finalizar los discursos en el Senado. Se tuvo que aplazar al final del informativo. La entrevista (gracias al retraso ¿intencionado? de Aguirre y a las rarezas de Maragall) no fue muy productiva (el parón con la primera pregunta al presidente catalán -¿existe una España o dos?- fue desastroso).
-Deportes me pareció la sección con más vida. Un correcto Manu Carreño presentó las -breves- noticias deportivas. Noticias que fueron autobombo: la fiesta que la SER preparó a Fernando Alonso. Por cierto, a José Ramón de la Morena no se le oía el micro.
-La sección de El tiempo tampocó me acabó de gustar. Demasiado breve. Tal vez pasó porque era el primer programa y no quedaba tiempo para más.
-Las conexiones en directo con los corresponsales también tuvieron problemas. En una de ellas no concordaba voz y sonido (este error sucede también en otras cadenas de TV).
Todo esto seguro que se va a mejorar. Detrás de Cuatro hay un grupo fuerte que podrá apoyar (con personal y con recursos) aun más unos inicios que en las noticias se me antojan muy flojos. Pero como ha comentado mucha gente, esto también sucedía en Telecinco cuando empezó (la época de las mamachicho). Tienen mucho tiempo para ir puliendo un informativo que seguramente será el estandarte de un gran sector de la población española. Un acompañante para el solitario Gabilondo ayudaría mucho.
