QUE POR MAYO ERA, POR MAYOUn 30 de mayo de 1950, en el Santuario Nacional de la Gran Promesa, en Valladollid, tenía solamente seis años, recibí la Primera Comunión. A los ocho días, los mismos niños y niñas de los colegios Nacionales (Públicos), fuimos confirmados… Eran otros tiempos. Quizá, de ese modo pasábamos a ser nueva generación de creyentes en la fe de Cristo, que aún conservo porque fue