Lo que, en el sentir y gozar de nuestros pueblos se conocía como “la solana”, aunque lógicamente tuviese mucho que ver con el sol, sobre todo durante el invierno cuando se buscaba el mínimo rayo de sol para que templase un poco el frío ambiente de los días, hoy en día bien pudiéramos decir que en aquel entonces, aun sin saberlo, se convertía cada jornada en el auténtico mentidero del Pueblo; el