Cuando entrevisté a Carmen de Mier, descendiente de aquel Mier que se forjó en México y llegó a emparentar con Rainiero de Mónaco, aquella mujer tenía 83 años y acababa de hacer una ruta por el hondo “El Ponzo”, allá por las Peñas del Moro que describió Matías Barrio y Mier en su leyenda, y por los lugares donde se alzaba el convento de Viarce. Cierto es que, a ninguno de los personajes que