GRAN GUÍA TEMPLOS ROMÁNICOSEngolestrersTemplo de Sant Miquel Ahora que mi amistad con los lectores marcianos (o sea, de mi publicación de los martes) y mi estadio edénico e inmortal me preservan de las incontroladas reacciones de mi mascota humana, os contaré los subterfugios envueltos en lo que ese picapleitos llamaba pasión por el románico. Los frecuentes viajes a Andorra a los que me sometió,