El lunes empieza en mi Comunidad (sé que en otras empezasteis ayer) la realidad educativa. Una realidad que, como siempre digo, está más allá de las redes sociales, los debates estériles acerca de ciertas cuestiones o, simplemente, la ficción educativa que algunos se han montado. Tenemos Alumnado delante. Se ha acabado la utopía de fabular acerca de alumnado que no existe, o esos planteamientos pseudopedagógicos que algunos hablan desconociendo la realidad de tener personas que son lo más alejado a ser unos tornillos de métrica definida. Y ahí es donde se demuestra la profesionalidad de uno. O el naufragio de otros. Bueno, siendo sinceros, con la experiencia se acostumbran a cometer menos naufragios pero, a pesar de ello, siguen habiendo.

Tendremos alumnado que quiere aprender, otro que no y, finalmente, un tercer grupo que va a sumarse a los primeros o a los segundos según lo que les interese. Tendremos alumnado silencioso, otro totalmente desquiciante y situaciones que, a veces, van a ser difíciles de controlar. Es el aula. Y el aula tiene sus reglas. Al igual que los patios escolares. Al igual que cualquier juego de esos de ordenador a los que tantos de nuestros alumnos están enganchados.

A pesar de lo anterior, la mayoría tenemos una idea más o menos clara acerca de cómo vamos a impartir nuestra materia. En mi caso, este Curso doy primero y tercero de ESO de Tecnología y Digitalización y cuarto de ESO, mezclado alumnado de aplicadas y académicas, de Tecnología. Y, este curso, al ser el único profesor de la especialidad de mi centro me deja margen de maniobra para gestionar como quiera lo que voy a hacer. Siempre, claro está, que siga el currículo oficial y la normativa que marca la LOMLOE. Algo que, por cierto, tampoco me va a quitar el sueño porque, por suerte, nadie va a venir nunca a cuestionar mi manera de trabajar en el aula y lo que me interesa es que el alumnado aprenda. Ese es mi objetivo principal.

Pues bien, tengo claro que voy a partir el curso en tres partes, tanto en primero como tercero de ESO. Voy a usar el primer trimestre de primero y tercero de ESO para hacer la parte de Tecnología. Usaré el segundo trimestre para el tema de Digitalización. Y, como no podía ser de otra manera, voy a hacer proyectos a lo largo de todo el tercer trimestre. Que es, precisamente, cuando el alumnado está más cansado y mi materia puede ayudarles a desconectar un poco de la parte más teórica que harán en otras materias. Liberándoles, también, de un poco de presión. Algo que no implica que no sea muy exigente con el taller. Lo voy a ser.

En cuarto de ESO tengo mis dudas. No quiero realizar ninguna planificación previa antes de conocer al alumnado porque, al estar mezclados dos tipos de perfiles, quiero saber cuál es la mejor forma de abordar la materia. Voy a hacerles varias propuestas. La de trabajar contenidos teóricos alternándolos con un proyecto trimestral. La de plantear un primer trimestre con unos contenidos a dos niveles, muy enfocados en su orientación académica o más profesionalizadora para el curso que viene, dedicar el segundo a proyectos muy relacionados con la robótica y, finalmente, acabar el curso introduciendo cuestiones de Digitalización (materia que no van a dar por ser un centro pequeño y tener oferta, debido a los profesionales que tiene, limitada). O, como tercera opción, el diseño de un proyecto que tengo en la cabeza, que incluye parte de construcción, parte de electrónica y todo guiado hasta llegar a un objeto final, mediante el cual irán aprendiendo todo lo que marca el currículo. No sé. No lo tengo demasiado claro porque, como he dicho antes, voy a depender mucho del alumnado. Y mi interés es que aprendan lo máximo posible, para lo que necesito saber cómo puedo realizar un abordaje para conseguir ese objetivo. Por cierto, me da igual perder una semana o dos haciendo “experimentos” para ver la manera de trabajar que tiene ese alumnado. Al igual que tampoco me importa perder días de clase para hablar de inteligencia artificial o novedades tecnológicas que vayan surgiendo. O noticias relacionadas con la Tecnología o la Digitalización. A ver, que estoy para que aprendan cosas.

Seguro que me equivocaré, pero qué le vamos a hacer.

Va, finalmente para los que os estáis preguntando algunas cosas… no uso libro de texto (que no implica que no me haya encontrado con material que ya está en el banco de libros y que, como digo siempre, puede ser material de apoyo), tiro mucho de explicaciones con presentaciones, voy a obligar a que escriban en papel muchas cosas y, a priori, no planteo el examen escrito como un elemento de evaluación. Eso sí, la exigencia va a ser máxima porque, al igual que yo voy a intentar dar el máximo, ellos deben corresponderme. Quid pro quo.

Por cierto, agradezco desde aquí al compañero, con la que me puse en contacto ayer, que tiene publicado su material en internet al que le he dicho que voy a aprovechar parte de su excelente trabajo. Y para agradecerle que lo haya puesto en abierto. Algo que, por desgracia, no se estila porque el personal es mucho de coger cosas de internet y no dar las gracias. No cuesta nada enviar un correo electrónico o intentarse poner en contacto. Es algo que debería hacerse siempre.

Ya iré escribiendo por aquí, aparte de lo que ya sabéis, cómo me va, sin poner en riesgo en ningún momento la privacidad de mi alumnado (no tendréis imágenes, ni vídeos, ni ningún chascarrillo que pueda identificar a los que necesitan ser protegidos). Siempre, claro está, que siga en el aula porque no me haya tocado la Primitiva o me ofrezcan alguna cosa de esas “imposibles de rechazar” (como, por ejemplo, probador de horchatas o cuidador de paellas de todo tipo). Soy muy facilón ante determinadas ofertas. Ofertas que también incluyen, para los que os pasáis por aquí y tenéis empresas relacionadas con la educación, aceptar para mi centro y mi materia todo lo que os apetezca donar que pueda servir a mi alumnado (o al de todo el centro).