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Sobre libertad de educación

Recojo el guante que me lanzas, amigo Jordi Martí
José Manuel Prats
@josepmprats

En primer lugar, un admirado agradecimiento a Jordi Martí por invitarme a participar libremente en su blog. Me ofrece esta posibilidad para exponer mis puntos de vista sobre la educación y más concretamente sobre el sistema educativo. Hemos mantenido por twitter una serie de intercambios de mensajes que han generado la curiosidad mutua por los argumentos. Y aquí están los míos.

Fuente: http://www.profesionalesetica.org

En los últimos tres años la educación ha vuelto a estar de moda y está en boca de todos: de los que saben, de los que creen saber, de los que quieren saber, de los que saben que no saben pero hacen de tertulianos a toda hora sin criterio alguno, etc. El que sabe no puede hacer nada y se recluye en su aula, y el que podría hacer, ni sabe ni escucha, y hace a tontas y a locas.

En mi opinión esto sucede por varios motivos: porque la educación es una parte de las personas que todos deberíamos preservar para hacer crecer y florecer en libertad, pero no siempre es así y hay diversidad de tendencias que, incluso de buena fe, ponen en almoneda la libertad y la autonomía; porque la manipulación, adoctrinamiento (llámese como se quiera) está tras cualquier decisión educativa con sesgo ideológico; porque la sociedad se configura educando o deseducando a las personas en uno u otro sentido; instruyendo más lo que dice la OCDE y olvidando torticeramente las humanidades; porque el progreso social se puede acelerar influyendo en la educación, etc. etc. Y también, quizás, por la gran torpeza del gobierno todavía hoy en funciones en no consensuar (ni intentarlo, sea dicho de paso) una reforma educativa que ha generado mucho rechazo. Desde mi punto de vista un rechazo que tiene composición diversa como todo buen combinado: tres partes de ideológico, una parte de visceral y una parte de razón; más ese pellizco de manipulación mediática que potencia lo amargo y aporta matices que ocultan la verdad.

Es cierto que lo políticamente correcto sería pedir un consenso, un pacto nacional por la educación, aunque solamente fuera para sacar la política de las aulas (entiéndase no como algo contra la libertad y la formación del criterio, sino como el veto a los políticos y la ideología en la educación) durante una generación al menos. Y aunque me he propuesto trabajar por ello, no confío demasiado (o más bien nada) en ciertas fuerzas políticas que no van a renunciar a colonizarla descaradamente por razones puramente ideológicas, y otras por razones puramente políticas. Me faltarían las razones educativas, pero no las veo en casi nadie…

No opinaré hoy sobre la grima que me dan PISA y la OCDE, el World Economic Forum, McKinsey, y sus informes periódicos, donde nos explican/exigen lo que se debe hacer en educación, y cómo influyen lamentablemente en los políticos que pretenden en vano solventar en un año (hasta un máximo de cuatro, dependiendo de lo larga que se prevea cada legislatura) lo que cuesta más de una generación construir y que se cargaron hace treinta años en cinco minutos, lo que se tarda en leer la exposición de motivos de la LODE.

Como en este país somos cainitas, maniqueos y nos cuesta eso de la empatía, tan de moda hoy pero tan de siempre, echamos mano del refranero y aplicamos, por ejemplo, este que dice “a rio revuelto, ganancia de pescadores” y leña al mono, que es de goma.

Pero antes de nada, para poder debatir en un marco en el que nos podamos entender, me gustaría exponer unos antecedentes y bases necesarias para entrar en un diálogo constructivo.

1.- Los Padres y madres somos los primeros educadores.

2.- Los padres y madres tenemos el deber y el Derecho a educar a nuestros hijos e hijas.

3.- Los padres tenemos el deber a educarles en una serie de principios de derecho natural así como en la ciudadanía y los principios democráticos en que vivimos.

4.- Los padres tenemos el derecho a educar a nuestros hijos según nuestros principios filosóficos, morales y religiosos que tengamos por convenientes, respetando lo que digo en el punto 3.

5.- Los niños tienen derecho a una educación de calidad y gratuita.

6.- El estado tiene el deber de garantizar todo lo anterior.

7.- Existe el derecho de la Iniciativa Social a proveer el servicio de educación en las condiciones establecidas en las leyes, así como a su financiación en igualdad de condiciones para todos por parte del estado para garantizar todo lo anterior.

Estos mínimos principios emanan de (1) la Declaración Universal de los Derechos Humanos, (2) del Convenio de la Unesco sobre discriminación en el ámbito de la educación, (3) de la Carta de los derechos fundamentales de la Unión Europea, (4) de la Convención sobre los derechos de la infancia, (5) del Pacto Internacional de derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, (6) de una Resolución del Consejo de Europa. Poca broma.

Todos estos documentos han sido suscritos por el estado, y por lo tanto son parte de nuestro cuerpo jurídico y hay que considerarlas parte necesaria en la aplicación e interpretación de las leyes emanadas legítimamente de los Parlamentos, que las configuran y, en su caso, limitan. Y lo mismo para los tribunales que enjuician e interpretan. Al final del artículo se reproducen, aun a riesgo de ser exhaustivo, los artículos y partes de los citados documentos.

Finalmente, y aunque no es una declaración jurídica, también se cita la (7) Declaración de Zaragoza del congreso Mundial de Padres y Madres de alumnos, que solamente en Europa representa a través de la EPA más de 130 millones de padres de alumnos. Siendo los primeros educadores, parecería interesante escucharles.

No cito ya la Constitución y los estatutos porque recogen los mismos principios, pero se puede echar un ojo al artículo 27 y se sale de dudas.

Sentadas estas bases, toda discusión o diálogo sobre cómo debe configurarse nuestro sistema educativo puede inciarse con lealtad a estos principios, me parece a mí, por ser nuestro marco de referencia jurídico-cultural. Y estos son mis planteamientos, de modo sintético, en algunos puntos polémicos:

1.- La elección de los padres.

Los padres deben poder elegir el centro educativo que quieran para sus hijos. Habrá familias que optarán bien por educación pública, bien por la de iniciativa social; o elegirán por razón del proyecto educativo (pedagógico, organizativo, religioso), o por su ubicación geográfica (facilidades logísticas, de apoyo familiar, de situación laboral;, o por otra de las muchas razones que puede tener cualquier familia. Pero esto tiene todavía ciertas limitaciones, que tienen que ver con las plazas disponibles, y las normativas de acceso como las zonas, los puntos, etc.

La elección a veces se contrapone a estas limitaciones y a la programación escolar, como si ésta fuera un asunto sagrado e inmutable (no lo he visto en ninguna declaración, texto serio, convenio). La programación escolar debe estar al servicio de los ciudadanos a quienes sirve, no a sus administradores. Y se puede hacer infinitamente mejor, con más tiempo y con mejores resultados.

A nadie se le ocurre pensar hoy en día que la administración nos indica o impone si se debe comprar en tal o cual supermercado, o poner gasolina en tal o tal estación de servicio, o usar ese coche u otro, o vivir aquí o allá. Eso pasó en el experimento social del comunismo y fracasó estrepitosamente. Tampoco el capitalismo salvaje y ultraliberal nos libra de todo, que genera otras esclavitudes igual o peor so capa de la libertad. In medio virtus. Y la persona también.

2.- Establecimiento de centros de iniciativa social. Existe un derecho y unas obligaciones. Derecho a establecer centro para prestar servicio de educación, que es un servicio de interés público, y el deber a ajustarse a ciertas normas y reglas que la administración tutela. Contra muchas cosas que se dicen, la inspección y la administración educativa no son precisamente blandos con los centros educativos, y además de su labor de apoyo y asesoramiento, también garantizan la transparencia de los procesos de justificación de cada euro que reciben justamente de la administración.

3.- Financiación del sistema. Es un punto siempre delicado, puesto que existe quien piensa que el dinero que gestiona la administración aparece en sus arcas por arte de birlibirloque y que es de todos, osea suyo, osea de nadie. Y hay que partir de la base que los ciudadanos pagamos impuestos para que, entre otras muchísimas cosas, se nos pueda prestar gratuitamente el servicio de interés público de educación de forma gratuita y de calidad, a través de quien lo preste legalmente.

Otra cosa es que, en la situación actual, la financiación es asimétrica y las familias que optan por escolarizar a sus hijos en un centro de iniciativa social saben que es claramente insuficiente y deficitaria. Y es por ello que muchos pedimos que se actualicen los módulos, puesto que esa insuficiencia financiera recae sobre las familias, que vemos que se nos trata injustamente por ejercer nuestro derecho legítimo. Esto es gravísimo desde el punto de vista de la igualdad y de la justicia. Y de la equidad, puesto que muchas familias que tal vez quisieran elegir una opción de iniciativa social no pueden hacerlo por esta insuficiencia financiera.

Otro uso torticero de la realidad que se usa habitualmente es la de que “se privativa la educación”, o que “se financia con dinero público empresas privadas”. El 85% de la miseria que paga el estado para financiar la educación impartida en centros de iniciativa social lo perciben directamente los docentes que, dicho sea de paso, trabajan más horas por un sueldo menor y encima han sido también víctimas de los recortes en su sueldo, igual que los funcionarios, cuando no lo son.

Concretamente, la miseria en la que pueden nadar quienes imparten docencia en la iniciativa social, se puede ver en el Anexo IV de los presupuestos generales del Estado de cada año. Brevemente:

EDUCACION INFANTIL Y PRIMARIA Euros

Salarios de personal docente, incluidas cargas sociales 27.755,15

Gastos variables 3.777,69

Otros gastos 5.915,23

IMPORTE TOTAL ANUAL 37.448,07

El centro, el que presuntamente se enriquece, percibe por aula concertada (y todos los colegios estén donde estén y sean quienes sean perciben lo mismo) esos aproximadamente 9800 €/año por aula. Con eso tiene que pagar la luz, la calefacción, el mantenimiento; pero no lo puede usar para innovación (tecnologías, cañones, ordenadores, laboratorios), y tampoco para pagar al poco personal administrativo o de servicios que debe contratar a su costa, ni mejorar las instalaciones.

Además, hay que tener en cuenta que esto es lo que se viene a denominar “el módulo”, que incluye para primaria 1,4 profesores por aula. No voy a poner lo que percibe un maestro en la pública (sea o no funcionario), el primer día que sale de la facultad y entra por la puerta de un aula, para no ofender innecesariamente a cualquier maestro que vive como puede de ese miserable módulo. Y ese es el reconocimiento que recibe por su labor docente por parte del Estado y, por ende, de la sociedad. #oletu

Tampoco pondré las horas de aula que cada uno hace, que puede llegar a ser, en igual nivel, de más del 30% de diferencia. Sin más comentarios.

Aparte queda la vocación docente o no de cada uno que, llamadme tiquismiquis, sería algo deseable y bueno para los alumnos que sufren a maestros sin vocación, que los hay. También existe la profesionalidad, naturalmente, pero con vocación ya sería casi perfecto.

Otro aspecto interesante en la financiación de la educación es lo que nos cuesta a todos, al menos a los que pagamos impuestos: por una parte, la escuela de titularidad pública percibe dinero de todos para sufragar todos los conceptos que a la de iniciativa social no se le financia. Tal vez sea por ello que el coste medio de una plaza pública en España se puede cifrar entre 6000 y 7000 € y la de iniciativa social unos 2500€. Y por otra parte el asunto de los “liberados sindicales” o las subvenciones a los sindicatos, que de todo hay. Una cifra disponible en la web de la Generalitat de Catalunya nos indica que en 2015 el coste adicional por liberados sindicales fue de más de 6 millones de euros (para que se entienda, un millón de becas comedor), cuando parece que el problema y déficit de las becas comedor sólo es atribuible a otros. Y hacer demagogia con algo tan dramático como es la escasez o la pobreza no es de recibo.

Efectivamente la actividad sindical, tal como la establece hoy la ley, la llevan a cabo asociaciones privadas (sindicatos) que perciben financiación pública para ejercer un derecho constitucional (igual que la educación), que aquellos quizás tildan de privilegio o privatización. Derechos para todos, y en igualdad de condiciones según las circunstancias. Esto podría ser equidad.

4.- Formación y acceso a la profesión docente

Cuando uno mira lo de la formación y el acceso a la profesión docente, se le caen los palos del sombrajo: notas de corte para el acceso, programas de docencia en la universidad, tipo de prácticas, etc. Sin entrar en la formación continua o el “uso masivo” de las jornadas de formación del mes de julio por parte de muchos docentes. Suerte tenemos de la profesionalidad de muchos de ellos.

Y la paradoja es que nos queremos parecer en Finlandia a la voz de ya!, un país que nada tiene que ver con nosotros, ni con nuestras circunstancias, ni nada de nada, pero al que queremos emular. Si tuviéramos el clima, la distribución geográfica de la población, la alfabetización (desde hace 250 años nadie se podía casar si no sabía leer y escribir, puesto que la biblia se leía en casa y se transmitía por el padre, a quien la madre había enseñado a leer durante el noviazgo), la homogeneidad social (sin inmigración tan diversa y desequilibrada social y económicamente como tenemos por estos pagos), etc. seríamos Finlandia. Paradójicamente, ellos envidian nuestro sistema de salud, especialmente la formación y el acceso a la profesión médica y la universalización espectacular de todos los servicios.

A modo de ejemplo, para un niño que lo necesita no tengo logopeda unas horas en un colegio, pero si me operan de la garganta, lo tengo gratis; o no tengo transporte escolar para llevar a mi hijo al colegio, pero en cambio me traslada una ambulancia o un taxi gratis para ir a hacer una diálisis. Hemos optado por este modelo de sociedad y eso no se cambia de hoy para mañana. Y no queremos que se cambie. Es obvio que requiere de mucho dinero, y ese dinero hay que generarlo vía impuestos, y los impuestos vienen de las rentas del trabajo y del capital, y el trabajo de la creación de empresas e iniciativas que creen riqueza y valor añadido, y lo harán personas creativas, audaces, al servicio de la sociedad, educadas en familias que transmitan esos valores y en escuelas que instruyan para ello, y así nos va.

En definitiva, que el diseño que tenemos del sistema es tan imperfecto, y hay tantas cosas por solucionar de verdad, que ponerse a discutir acerca de ciertos asuntos que podrían llegar a ser importantes en otra realidad paralela, me parece un insulto a muchos padres, profesores y alumnos que pululamos por el sistema con buena fe y confiamos en la iniciativa social o en la de titularidad pública para resolver nuestros problemas sin acudir a papa Estado.

Finalmente, no quisiera terminar sin exponer un marco educativo mínimo, donde la familia educa y colabora con el colegio en la instrucción (lo más ampliamente considerada), y donde el colegio instruye y colabora con la familia en la educación. Este marco podría ser el de educar profundamente desde todos los actores que inciden en la educación (esa tribu que algunos reclaman), y que nos recordaba Salvador Cardús en una conferencia que impartió en Barcelona: las virtudes que Aristóteles destacaba en la formación y actuación de un buen ciudadano: fortaleza, prudencia, justicia y templanza. Curiosamente, o no tanto, el cristianismo también apostaba por estas virtudes y las llama cardinales. Si ponemos el norte en esto, probablemente tengamos menos problemas y la educación será un lugar feliz, aunque no exento de problemas.

Seguramente hay muchos más temas que se pueden abordar, y todos ellos con mayor profundidad, y con más cifras, datos, ejemplos (que no anécdotas). Pero creo que ya he abusado bastante de la gentileza de dueño de este blog, así que agradezco mucho la oportunidad de explicarme en su casa, y quedo a su disposición.

Gracias de nuevo por la oportunidad!

Notas:

(1) Declaración universal de los derechos humanos (1948)

Artículo 26

1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.

2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

(2) Convenio de la Unesco sobre discriminación en el ámbito de la educación (1960)

Artículo 2.- En el caso de que el Estado las admita, las situaciones siguientes no serán consideradas como constitutivas de discriminación en el sentido del artículo 1 de la presente Convención:

a. La creación o el mantenimiento de sistemas o establecimientos de enseñanza separados para los alumnos de sexo masculino y para los de sexo femenino, siempre que esos sistemas o establecimientos ofrezcan facilidades equivalentes de acceso a la enseñanza, dispongan de un personal docente igualmente calificado, así como de locales escolares y de un equipo de igual calidad y permitan seguir los mismos programas de estudio o programas equivalentes;

b. La creacion o el mantenimiento, por motivos de orden religioso o linguistico, de sistemas o establecimientos separados que proporcionen una enseñanza conforme a los deseos de los padres o tutores legales de los alumnos, si la participacion en esos sistemas o la asistencia a esos establecimientos es facultativa y si la enseñanza en ellos proporcionada se ajusta a las normas que las autoridades competentes puedan haber fijado o aprobado, particularmente para la enseñanza del mismo grado;

c. La creación o el mantenimiento de establecimientos de enseñanza privados, siempre que la finalidad de esos establecimientos no sea la de lograr la exclusión de cualquier grupo sino la de añadir nuevas posibilidades de enseñanza a las que proporciona el poder público, y siempre que funcionen de conformidad con esa finalidad, y que la enseñanza dada corresponda a las normas que hayan podido prescribir o aprobar las autoridades competentes, particularmente para la enseñanza del mismo grado

(3) Carta de los derechos fundamentales de la Unión Europea (DOCE 364/2000, de 18 de diciembre de 2000)

Artículo 14. Derecho a la educación


1. Toda persona tiene derecho a la educación y al acceso a la formación profesional y permanente.

2. Este derecho incluye la facultad de recibir gratuitamente la enseñanza obligatoria.

3. Se respetan, de acuerdo con las leyes nacionales que regulen su ejercicio, la libertad de creación de centros docentes dentro del respeto a los principios democráticos, así como el derecho de los padres a garantizar la educación y la enseñanza de sus hijos conforme a sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas.

(4) Convención sobre los derechos de la infancia: resolución 44/25, de 20 de noviembre de 1989

Artículo 29

1. Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a:

a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades;

b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas;

c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya;

d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena;

e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural.

2. Nada de lo dispuesto en el presente artículo o en el artículo 28 se interpretará como una restricción de la libertad de los particulares y de las entidades para establecer y dirigir instituciones de enseñanza, a condición de que se respeten los principios enunciados en el párrafo 1 del presente artículo y de que la educación impartida en tales instituciones se ajuste a las normas mínimas que prescriba el Estado.

(5) Pacto Internacional de derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, de 16/12/1966

Artículo 10

Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que:

1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y fundamental de la sociedad, la más amplia protección y asistencia posibles, especialmente para su constitución y mientras sea responsable del cuidado y la educación de los hijos a su cargo. El matrimonio debe contraerse con el libre consentimiento de los futuros cónyuges.

Artículo 13.3

Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar la libertad de los padres y, en su caso, de los tutores legales, de escoger para sus hijos o pupilos escuelas distintas de las creadas por las autoridades públicas, siempre que aquéllas satisfagan las normas mínimas que el Estado prescriba o apruebe en materia de enseñanza, y de hacer que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

Artículo 13.4. Nada de lo dispuesto en este artículo se interpretará como una restricción de la libertad de los particulares y entidades para establecer y dirigir instituciones de enseñanza, a condición de que se respeten los principios enunciados en el párrafo 1 y de que la educación dada en esas instituciones se ajuste a las normas mínimas que prescriba el Estado.

(6) Resolución del Consejo de Europa

Resolution 1904 (2012)1

The right to freedom of choice in education in Europe Parliamentary Assembly

respect the right of parents to ensure such education and teaching in conformity with their own religious and philosophical convictions”.

(7) Declaración de Zaragoza, en el congreso Mundial de Padres y Madres de alumnos (2008)

1.- Los padres tienen derecho prioritario y preferente a educar a sus hijos de acuerdo con sus principios y convicciones morales, filosóficas, religiosas o pedagógicas y, por tanto, a escoger el tipo de educación y de centro que desean para sus hijos. Ninguna otra instancia tiene legitimidad para usurpar este derecho ni para imponer un adoctrinamiento moral e ideológico.

2.- Todas las personas tienen derecho a recibir una educación de calidad en libertad que les permita mediante su propio esfuerzo alcanzar su autonomía personal y su realización integral para el acceso a un trabajo digno que debe repercutir en beneficio propio y de la familia y la sociedad.

3.- Todas las familias tienen un deber moral de solidaridad para que los hijos de las más desfavorecidas puedan tener acceso inmediato a la educación universal primaria. A tal efecto consideramos que deben asumir el compromiso de cooperar individualmente o mediante sus asociaciones y exigir a sus respectivos gobiernos la necesario colaboración internacional para alcanzar lo antes posible este derecho universal que permita erradicar la pobreza y el trabajo infantil.

4.- La educación debe buscar la felicidad, la justicia, el bien, la verdad y la tolerancia y construirse sobre la base de valores compartidos como la paz, la solidaridad, la responsabilidad social, el esfuerzo, el compromiso, el diálogo y la trascendencia. Ningún ciudadano rectamente formado puede permanecer ajeno o indiferente frente a la pobreza o la ignorancia padecida por otros con quienes tiene un deber de solidaridad universal.

5.- El pluralismo educativo es un valor fundamental inherente a la educación y supone la diversidad de opciones que caben en una sociedad libre y democrática donde todos los individuos pueden ser distintos en ideología, raza, sexo o religión pero son iguales en dignidad y derechos. Este pluralismo se garantiza, entre otras formas, a través del derecho de los centros a ofrecer un ideario educativo propio.

6.- Es necesaria una activa y continuada colaboración y participación de las familias en el proceso educativo de los hijos así como el respeto y apoyo al profesorado para que la escuela pueda potenciar el esfuerzo individualizado del alumno para lograr la excelencia educativa.

7.- Los centros de enseñanza y autoridades educativas deberán actuar bajo los principios de evaluación objetiva, transparencia y rendición de cuentas que permitan conocer a los ciudadanos la marcha y el nivel de cada escuela para hacer efectivo el derecho de elección de centro para subsanar las deficiencias o la falta de calidad en cuanto estos se produzcan.

8.- Todas las familias con hijos en edad escolar deben comprometerse a una mayor participación e implicación en el proceso educativo a través de las asociaciones de padres y madres de alumnos que deberán contar con medios suficientes facilitados por las administraciones públicas para ejercer su labor en defensa de los derechos de los padres y su formación con la adecuada competencia y profesionalidad.

9.- Ningún gobierno democrático puede discriminar a las familias imponiendo la obligatoriedad de que sus hijos cursen estudios en una escuela gubernamental, sostenida con fondos públicos o de titularidad privada. Tampoco puede obligar a que los alumnos asistan a una escuela mixta o a una diferenciada por sexos, ni imponer una enseñanza laica o fundada en valores religiosos si no es de conformidad con la voluntad de los padres.

10.- Consideramos valores fundamentales propios de una correcta educación, además de la formación intelectual, la formación física o deportiva de los alumnos, la enseñanza de idiomas y las nuevas tecnologías, que deben ser objeto de aprendizaje en todos los centros.

11.- En un mundo globalizado los alumnos deben aprender a convivir respetando la diversidad y pluralidad de culturas, la sostenibilidad ambiental, ideas y creencias de los demás sin que ello suponga menosprecio o renuncia de las propias, esforzándose activamente en la integración de los más débiles o necesitados.

12.- Ratificamos en lo relativo a la educación lo dispuesto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.



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