La LOMLOE es la ley educativa actual y esto es algo no opinable. Podemos opinar acerca de si nos gusta más o menos, pero es el articulado legislativo vigente actualmente en nuestro país. Hay cuestiones sobre las que podemos opinar y hay Hechos. Dentro de los hechos existe el horario laboral que, como docentes debemos cumplir. No es opinable tener un determinado número de horas lectivas. Repito, podemos discutir si queremos más o menos pero, en ningún momento esa opinión es un Hecho. Lo mismo con el horario escolar. La obligación de llevar a los hijos en edad escolar (de los 6 a los 16 años) a la escuela es un hecho. Podemos no hacerlo pero, en este caso hay delito por quienes no lo hagan. Es lo que tienen los hechos.
Un hecho es que tenemos una Ministra de Educación y FP del PSOE. Otro hecho es que en mi Comunidad la máxima responsbable educativa es de Compromís. Son datos objetivos e irrefutables. Lo mismo que hay una persona que se llama Cambray dirigiendo la educación catalana. Esto son los hechos. Después podemos fabular acerca de quién hay detrás de la toma de determinadas decisiones. Un hecho es que se paga dinero público en nuestro país a la OCDE para realizar las pruebas PISA. Otra cuestión es si esos informes de la OCDE dictan la política educativa de nuestro país. A pesar de las pruebas que podamos tener o las intuiciones, no es un hecho. Es una opinión. Al igual que lo es creer que debe haber más o menos horas de determinadas asignaturas. Lo podemos justificar y razonar, pero son solo opiniones más o menos fundamentadas. La realidad es que hay un currículo, en algún momento con el desarrollo autonómico, que dice qué asignaturas y cuántas horas de las mismas se dan en cada etapa educativa. También es realidad que a día 8 de junio en ninguna Comunidad Autónoma ni en las ciudades autónomas que pertenecen al ámbito de gestión directa del Ministerio, tienen currículo definitivo para el curso que viene. Esto Son Hechos.
Que las inteligencias múltiples no existen es un hecho. Que tampoco existen los estilos de aprendizaje, también. Podemos debatir acerca de lo anterior pero, en este caso son hechos a día de hoy. ¿Mañana lo validará la ciencia? Pues no se sabe pero, repito, estoy hablando de lo que hay a día de hoy. Como también es un hecho que las principales corrientes pedagógicas tienen más de creencia que de evidencia. Sigue siendo un hecho por mucho que se mediaticen ciertas cosas que, curiosamente aunque algunos no se lo crean, distan mucho de ser hechos.
La concertada a nivel global segrega según nacionalidad y capacidad económica de las familias. Estoy hablando a nivel global y son hechos fácilmente contrastables con datos. Lo mismo con la existencia de la asignatura de Religión. El curso que viene es un hecho que la asignatura de Religión sigue existiendo. Y es un hecho que, a diferencia de este curso, no computará académicamente. Otro tema es la opinión personal que tengamos de los conciertos o de esa asignatura.
Los datos del alumnado no pueden difundirse en perfiles de redes sociales propios de un docente. Ni en el TikTok, ni en el Instagram, ni en el Twitter, ni en.. No lo digo yo. Lo dice la legislación vigente. Lo mismo que la obligación de poner las notas del alumnado en los aplicativos diseñados y gestionados por las diferentes administraciones educativas. Otro tema es que algunos se empeñen en hacer lo contrario de lo que dice la legislación pero, los hechos -que no opiniones- son que existe legislación al respecto de ciertas cosas que pueden hacerse o no en el aula (tanto por parte de profesorado como de alumnado). Los hechos son los que son.
Otro hecho es que 17 selectividades diferentes perjudica al alumnado de determinadas Comunidades. Cuando se compite por una décima, un simple cambio de exámenes, hace que pueda ser más fácil o más difícil tener esa décima. Hay alumnado de determinadas Comunidades que lo tiene más fácil para entrar en determinadas carreras en Comunidades en las que no se han examinado (la prueba es autonómica, pero los resultados tienen validez nacional) y ello tiene perjudicados. Es un hecho. Un hecho que vamos a ver como se repite dentro de unos días.
Podría seguir diciendo que es un hecho que los mimos que redactaron la LOGSE estén detrás de la redacción de la LOMCE. Que los fondos europeos para educación son finalistas y obligan a gastarse en un determinado sentido. Que es más rápido construir un Mercadona que un centro educativo, contando ambos con el presupuesto de la construcción. Que julio no es laborable para los docentes y solo deben estar disponibles para su administración en casos muy concretos y muy justificados. Que en todas las evaluaciones las familias pueden reclamar la nota… y así hasta un largo etcétera de cuestiones opinables pero no cuestionable su existencia o cumplimiento.
En las redes sociales opinamos sobre educación. En el aula ejercemos como profesionales, recibimos aprendizajes como alumnado o interactuamos con los docentes o centros como familias. Lo primero es libre. Lo segundo está sometido a unas normas de funcionamiento básicas, que podemos intentar cambiar, pero son las que son. Las opiniones son libres. Los hechos son discutibles y cuestionables pero, por desgracia para algunos, son hechos. Contraponer un hecho a una opinión o a lo que uno le gustaría que fuera puede hacerse. Eso sí. No es lo mismo.
Yo acabo de tomarme un café. Esto es un hecho objetivo. El café no me ha acabado de gustar. Esto es una opinión. Así que, por favor, empecemos a distinguir los conceptos. Es imprescindible si queremos avanzar o mantener un debate, para poder cambiar las cosas, de forma efectiva. Eso sí, no me hagáis mucho caso porque, al final, qué hay mejor que poder opinar acerca de un fuera de juego incluso que todas las pruebas demuestren que no lo ha sido.
Permitidme haceros publicidad, como estoy haciendo en los últimos posts, de la newsletter que hago llegar a los suscriptores cada lunes con los artículos de la semana a los que añado una breve reflexión. Os podéis suscribir desde aquí. Suscribirse es gratis.
