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En barrena

Nunca me ha gustado referirme “al nivel” o al “esfuerzo” a la hora de hablar de educación. Los conceptos están sobrevalorados pero, por desgracia, da la sensación que la zona gris haya desaparecido en el ámbito a que nos referimos. Más aún con la aparición de muchos (entre ellos demasiados profesionales) que están defendiendo la comprensividad mal entendida, la no memorización y la necesidad de aprender solo lo que pueda ser útil. Un aprendizaje a medida del modelo económico: generar mano de obra que sepa hacer A y solo A, sin pensar en que A puede ser un error. Creo que me he explicado.

Siempre he abogado por reducir el número de asignaturas, reformular los currículums de las mismas, aumentar la transversalidad en determinados momentos y atender al alumnado como lo más importante del proceso de enseñanza-aprendizaje. Sigo pensándolo pero, lamentablemente, hay un tsunami de desprecio al conocimiento, encabezado y mediatizado por determinados personajes e intereses, que hace peligrar lo que ya estaba consolidado sin ofrecer alternativas viables a un modelo educativo que necesitaba cambios. Ahora todo es purpurina mediática y poca enjundia. No se quieren docentes que sepan. Se quieren docentes que ejerzan de animadores socioculturales. Hay interés en ello. Especialmente por los que están dirigiendo la economía y la política. Si uno es mediocre no quiere a nadie que le haga sombra. Y, si siendo mediocre vives mejor que uno que se ha quemado las cejas a lo largo de toda su formación, ¿para qué va uno a esforzarse? Es muy complicado ir contracorriente.

Ayer, en las Redes retuiteé un tuit de una profesora universitaria de Medicina que publicó el siguiente correo que, supuestamente (en las redes todo lo tenemos que poner en barbecho), le había escrito uno de sus alumnos.

Fuente: Twitter

No es una situación anómala la de exigir, por parte del alumno que el docente se adapte a él y le reduzca los contenidos. Ya sucedía en mi época. Entonces, si hubieran existido las Redes Sociales y alguien publicara algo así, el resto de alumnos se hubieran descojonado y los docentes, en bloque, hubieran dicho que esto era inadmisible (bajo redactados más o menos sarcásticos). Ahora, en el año 2021, nos encontramos en que la mayoría de comentarios a este tuit tratan a la que lo ha publicado como culpable de que sus alumnos no aprendan y piden poco menos que la pira para ella. Sí, han cambiado muchas cosas. Por cierto, son los mismos que defienden que uno se vaya a un paraíso fiscal para pagar menos impuestos, se ven todos los especiales de la Isla de las Tentaciones y perpetran, como mínimo, una docena de errores ortográficos en cada uno de sus tuits.

Creo que nuestra sociedad está en barrena. Que defender determinados postulados pedagógicos por parte de algunos, lo único que ayuda es a hacer más honda la fosa común de la inteligencia y del sentido común. Hoy en día los rebeldes no son los que luchan contra un libro amarillento o una lista de los Reyes Godos que jamás se ha estudiado desde la muerte de Franco (creo que ni antes). Hoy los rebeldes no son los que se juegan una hostia poniéndose delante de los grises para defender sus derechos o reclamar libertades. Hoy los rebeldes, al menos mayoritariamente en educación, son los que cuelgan vídeos en YouTube, divierten a su alumnado, se hacen los guays en las redes sociales y, como no podía ser de otra manera, cuestionan todo lo que tenga que ver con el saber de los profesionales que imparten docencia, las clases magistrales (que no tienen nada que ver con las charlas que dan algunos de ellos en sus ponencias) o la necesidad de que, en ocasiones el alumno se aburra, se esfuerce o memorice. Eso sí, todo lo anterior aliñado con frases procedentes de tazas o atribuidas erróneamente a personajes que ya hace años que fallecieron.

Estamos en caída libre como sociedad. A nivel educativo no es de ahora pero, gracias a las redes sociales, podemos visualizarlo de forma mucho más clara. Y el asunto no tiene, lamentablemente, visos de cambiar.

La entrada En barrena se publicó primero en XarxaTIC.



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