De Atocha a Colón siempre habrá una vereda de maletillas, soldados, comadres y labriegos recién bajados del expreso hacia las pensiones, las letras de los bancos o el infame Museo de Cera, o sea una España más pura y eterna que la de las banderas, y por eso creo que es el recorrido idóneo para festejar la Celebración Nacional. La verdad es que a Sánchez lo pitaron por allí como al torero o bailaor malo que es, y a mí eso no me semeja una descortesía, sino al contrario, un homenaje tradicional, corralero y literario añadido al homenaje castrense, aviónico y calatravo del día. Quizás era por las obras en torno a Concha Espina, que parecen una operación quirúrgica en el corazón heráldico de la Capital española, o era por darle a Sánchez otra posibilidad de burladero o de escape, pero el cambio nos dejó un la capital española más la capital de España, que hasta el pueblo siseaba entre boñigas de caballo, como se siseaba una comedia mala en el Siglo de Oro.

Para continuar leyendo pulse aquí.

https://www.elindependiente.com/opinion/2023/10/13/12-o-Burladero-de-sanchez/