Nada, hasta el momento, había podido con Luis Rubiales como presidente de la Real Federación De España de Fútbol: ni las acusaciones de malversación, ni las de cobrar comisiones, ni las demandas por utilizar el dinero del organismo deportivo para pagar orgías, ni las de beneficiar a terceros de forma ilegal, ni la reivindicación de las 15 jugadoras el año pasado por las desigualdades y el trato. Nada. Nada hasta que hace una semana, cuando medio planeta miraba al estadio de Sídney donde España ganó el Mundial de futbol, Rubiales cogió de la cara a Jennifer Bello, que terminaba de colgarse la medalla de campeona del mundo, y le plantó un beso en la boca. Ni permiso ni voluntad de Hermoso; sí sorpresa, sí “shock”, y sí “vulnerabilidad”. Eso que la número diez explicó en un comunicado el viernes lo identificaron por un instante miles y miles de mujeres, y también de hombres, sin precisar que lo verbalizase. Lo apuntaron. Las redes sociales entraron en ebullición. La imagen dio la vuelta al mundo. La conciencia feminista, la que ha enseñado a la sociedad a reconocer la violencia y las relaciones de poder, a borrar la normalidad de las que han estado envueltas históricamente, se activó en una cascada irrefrenable. Y en apenas 6 días, el feminismo interiorizado por la sociedad de España asoló a Rubiales.

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https://elpais.com/sociedad/2023-08-27/el-feminismo-arrasa-a-rubiales.html