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¡Majestad, actúe! Felipe VI debe plantear al Congreso de los Diputados a un «Cincinato», a un «Cirujano de Hierro», que acabe con la horrible situación que padece España e impedir que Sánchez sea de nuevo presidente.

https://www.elconfidencialdigital.com/articulo/la_voz_del_lector/majestad-actue-felipe-vi-debe-proponer-Congreso-diputados-cincinato-cirujano-hierro-que-acabe-terrible-situacion-que-sufre-espana-impedir-que-sanchez-vuelva-ser-presidente/20230731114824618041.html

Para iniciar, es necesario detallar ciertas cuestiones que, desgraciadamente, la mayoría de los españoles ignora:

El Rey de España, según la Constitución Española de mil novecientos setenta y ocho, es el encargado de dar comienzo al proceso de investidura, una vez efectuado el escrutinio general tras las elecciones, y tras haberse constituido las Cortes Generales; para lo cual debe entrevistarse con los portavoces designados por los grupos políticos que hayan logrado representación en el Congreso de los Diputados. Una vez terminada esta ronda de contactos, el rey propone un candidato a la presidencia del Gobierno a través del presidente del Congreso de los Diputados.

¡Ojo! El aspirante propuesto por el rey no tiene que ser necesariamente un diputado: puede ser cualquier ciudadano de España mayor de edad, aunque jamás hasta el momento haya sido de esa manera.​

Cuando el rey haya propuesto un candidato, lo siguiente es festejar la sesión de investidura en el Congreso de los Diputados. No existe un plazo de tiempo determinado entre la propuesta real de un aspirante y la celebración de la sesión de investidura.

En el acto de investidura, el aspirante propuesto por el rey debería exponer frente al Congreso de los Miembros del Congreso de los Diputados el programa de Gobierno que pretende llevar a cabo: sus objetivos a corto, medio y largo plazo, los procedimientos, recursos humanos y materiales a emplear, e inclusive, a ser posible no estaría de más que anticipase un presupuesto de ingresos y gastos…. Tampoco estaría de más que adelantara qué personas formarían parte del nuevo Consejo de Ministros…

También es importante subrayar que la Constitución Española de 1978 no prevé un debate de investidura siguiente a tal exposición, si bien el Reglamento del Congreso permite que un representante de cada grupo parlamentario intervenga a lo largo de un máximo de treinta minutos.​Igualmente, el mismo reglamento da la posibilidad de que, por turnos los portavoces de los partidos con representación en el Congreso repliquen al aspirante, y el candidato a presidente del gobierno contra replique a los interpelantes.​

Si el Congreso de los Diputados da su confianza al aspirante, por mayoría absoluta de votos afirmativos, el rey pasará a nombrarlo presidente del Gobierno. En caso contrario, se somete exactamente la misma propuesta a nueva votación 48 horas después de la precedente. En el segundo intento de investidura, la confianza se otorga si el candidato consigue una mayoría simple de votos afirmativos.

Si el aspirante propuesto no consigue la confianza de la Cámara Baja en las dos votaciones antedichas, dicha candidatura queda rechazada. El rey, previa nueva ronda de consulta a los conjuntos políticos, puede hacer sucesivas propuestas de candidatos a la presidencia del Gobierno o incluso volver a plantear alguno ya rechazado si comprende que ya cuenta con el respaldo suficiente. En todo caso, si transcurridos un par de meses desde la primera votación de investidura ningún aspirante ha logrado el respaldo del Congreso de los Miembros del Congreso de los Diputados, las Cortes quedan automáticamente disueltas y se convocan nuevas elecciones generales que se deben tener lugar cuarenta y siete días después.

Después de lo previamente narrado, supongo que absolutamente nadie va a tener dudas de que está en la mano del Rey de España promover la investidura de una persona aceptable para encabezar el Consejo de Ministros, puesto que no existe ninguna regla que lo fuerce a plantear obligatoriamente a alguien que sea miembro del Congreso de los Diputados y miembro de ciertos partidos políticos que han conseguido representación en el Congreso. Obviamente, si Su Majestad, Felipe VI tomara tal iniciativa sorprendería, o algo más, a la mayoría de los capos, oligarcas y caciques de las organizaciones mafiosas que se hacen llamar partidos y que, salvo excepciones tienen como objetivo servirse de los españoles, parasitar de nuestros impuestos, en vez de tener afán y vocación de servicio. Es de esperar que si Don Felipe VI actuara de tal modo habría muchos que lo llamarían de todo, afirmarían que es un tipo autoritario que pretende secuestrar la voluntad popular, y lindezas por el estilo, y más si se trata de quienes han aprobado en las últimas legislaturas las denominadas leyes «de memoria histórica» o «memoria democrática» … Naturalmente, de actuar de tal manera, Don Felipe VI sería gravemente insultado y hasta difamado. ¿A alguien le extrañaría que en semejantes circunstancias fuera nuestro rey criminalizado?

Pero, todo ello debería importarle un bledo a Don Felipe VI, pues estaría en su perfecto derecho, tomaría una resolución de manera perfecta legal y además de esto realizaría un enorme servicio a España que, a buen seguro, una enorme mayoría de españoles aplaudiría a rabiar.

Es evidente que a Don Felipe VI no se le escapa que la intención de Pedro Sánchez es volver a presidir el gobierno de España con el apoyo de quienes quieren destruir, no solamente la España constitucional del setenta y ocho, sino nuestra forma de vida, acabar con nuestra tradición, e hipotecar nuestro porvenir y el de nuestros descendientes. Bastante difícil es meditar que Don Felipe VI no sepa que está en juego la supervivencia de España como Nación.

La Constitución Española de mil novecientos setenta y ocho asevera que el Rey de España es el Jefe del Estado, tiene el mando supremo de las Fuerzas Armadas y es símbolo de la unidad y permanencia de la Patria, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, etc. En estos difíciles instantes, Su Majestad Felipe VI está obligado a actuar, portarse como un Rey valiente e impedir que Pedro Sánchez establezca cualquier clase de alianza con personas como Otegui, Puigdemont y demás individuos que pretenden destruir España. Nuestra Patria está en un gravísimo riesgo y nuestro rey está obligado a actuar para resguardar la unidad de España, y sus raíces, y la tradición y forma de vida de los españoles.

Bueno es indicar que en España no existe una verdadera oposición al gobierno totalitario y liberticida de Pedro Sánchez que esté dispuesta a dar la batalla mediática y cultural. La supuesta oposición no tiene el necesario ímpetu para defender la democracia, fortalecer las instituciones y demandar los cambios que en estos momentos son indispensables en España, puesto que sus líderes, oligarcas y caciques están instalados en una vida fácil, en una situación de confort, que los empuja a no servir a los españoles, sino más bien a servirse de ellos. Según parece, la supuesta oposición practica la «política del avestruz», sus líderes introducen la cabeza en la tierra para así no verse obligados a ponerse en el lugar del prójimo, prestar atención al dolor, al sufrimiento extraño, conocer su situación y, evidentemente reaccionar.

Majestad, la presunta oposición al gobierno social-marxista de Pedro Sánchez no tiene esa actitud mental imprescindible para sacar a España de la crisis profunda en la que está inmersa.

España necesita que, un “cirujano experimentado” emprenda una profunda regeneración, regeneración que debería ir alén de pequeñas reformas que, se limiten a reforzar el sistema, sin ir a la raíz de los problemas; e incluso, ya metidos en faena, España está urgentemente necesitada de empezar un periodo “reconstituyente” …

Permítame, Majestad, que le solicite, le ruegue que dé un paso al frente, y ejerza de Jefe de Estado, con contundencia y sin complejos. Puede, Señor, estar seguro de que los españoles se lo agradeceremos infinito.

España necesita un “golpe de timón”, un cambio de rumbo, sin complejos, frente al desbarajuste que padece la Nación Española, un caos de tal magnitud que día tras día es más precisa, urgentísima, una profunda –radical- respuesta democrática, una política regeneracionista, dejando a un lado insensateces, indecisiones o actitudes timoratas…

Su Majestad es la única esperanza que le queda a España para ser salvada como nación, y para que reanudemos el buen camino y por último nos homologuemos con los regímenes políticos más avanzados y las naciones más prósperas de nuestro ambiente cultural, político, económico.

Y, ya para acabar, si Don Felipe VI no interviene, se pone de perfil, se hace el Don Tancredo, o algo similar, puede estar seguro de que quienes no se privan de afirmar que pretenden romper España y hacer caer la monarquía, no vacilarán en hacerlo; así que, Don Felipe VI tiene Su Majestad que resolver un dilema: o propone al Congreso de los Diputados que dé su confianza a un «Cincinato», un «Cirujano que aplique un plan de choque» para sacar a España del embrollo, o va a estar abriendo la puerta a la tercera república.

https://www.elconfidencialdigital.com/articulo/la_voz_del_lector/majestad-actue-felipe-vi-debe-proponer-congreso-diputados-cincinato-cirujano-hierro-que-acabe-terrible-situacion-que-sufre-espana-impedir-que-sanchez-vuelva-ser-presidente/20230731114824618041.html



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