WASHINGTON (Informa AP) – Las peleas sobre el aumento de la autoridad de endeudamiento de la nación han sido polémicas en el Congreso, pero siguen un patrón familiar: Una y otra vez, los legisladores encontraron una manera de dar un paso atrás antes de que los mercados comenzaran a entrar en pánico y la nación se arriesgara a un peligroso impago de su deuda.

Pero la lucha de este año tiene un aire diferente, dicen algunos legisladores.

Una nueva mayoría republicana en la Cámara está ansiosa por un enfrentamiento por el gasto, y decidida a no ceder. Culpan a lo que consideran un gasto federal excesivo por el aumento de los precios de los alimentos y la gasolina y la creciente deuda nacional. Liderados por el presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, han descartado aprobar un aumento “limpio” del techo de la deuda, incluso cuando la Casa Blanca insiste en que esa legislación se apruebe sin condiciones. Es un callejón sin salida que no muestra signos de alivio antes de la fecha límite de este verano para la acción.

“Muy preocupado. Muy preocupado”, así describió su panorama el representante Patrick McHenry, republicano de Carolina del Norte y estrecho aliado de McCarthy. “Y francamente, no veo cómo llegaremos a este punto. No hay un proceso establecido, no hay diálogo, no hay discusión”

Las condiciones políticas son comparables a las de 2011, cuando una nueva mayoría republicana llegó al poder tras una contundente victoria electoral y estaba decidida a enfrentarse a una Casa Blanca demócrata y extraer importantes recortes de gasto a cambio de un aumento del límite de deuda.

Para resolver ese estancamiento, el Congreso aprobó y el presidente Barack Obama firmó la Ley de Control Presupuestario. La ley permitía temporalmente reanudar el endeudamiento, establecía nuevos límites de gasto y creaba un “supercomité” bipartidista para recomendar al menos 1,2 billones de dólares más en reducción del déficit a lo largo de 10 años. Sin embargo, republicanos y demócratas no lograron llegar a un acuerdo, lo que provocó reducciones automáticas del gasto.

Pero algo de daño se hizo. Standard & Poor’s Ratings Services rebajó la calificación de la deuda estadounidense por primera vez ese año porque no confiaba en que los líderes políticos tomaran las decisiones necesarias para evitar una crisis fiscal a largo plazo.

En 2013, Obama adoptó un enfoque diferente. Dejó claro desde el principio que no habría negociaciones sobre la legislación de aprobación obligatoria para evitar un default de Estados Unidos, y nunca vaciló.

Un cierre parcial del gobierno, que comenzó el 1 de octubre, coincidió rápidamente con las perspectivas de un default. El 16 de octubre, el Congreso aprobó una ley para poner fin a las amenazas gemelas y los legisladores del Partido Republicano que exigieron revertir la ley de salud de Obama no obtuvieron nada por sus esfuerzos. “Hemos dado la batalla. Simplemente no ganamos”, reconoció el entonces presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner.

Los republicanos dicen que están decididos a que Biden, que fue vicepresidente de Obama durante esas dos batallas por el techo de deuda, tenga que seguir el camino marcado en 2011, no el de 2013.

“El presidente Biden no es el presidente Obama, ¿verdad?”, Dijo el representante Scott Perry, republicano de Pensilvania, líder del grupo de extrema derecha House Freedom Caucus. “Sus números en las encuestas están por los suelos y van a seguir bajando”

El resultado, dijo Perry, es que Biden no tiene la posición política para ignorar a los republicanos de la Cámara.

“Mira, va a haber metralla por todas partes, ¿verdad? ¿Verdad?” Dijo Perry. “

Después de un tumultuoso comienzo del nuevo Congreso en el que los republicanos lucharon por elegir a un portavoz, se están esforzando por mostrar unidad. Los moderados y los conservadores de la Cámara son inflexibles: Biden debe comprometerse.

“Cualquier daño en los mercados del Tesoro y en el mercado de bonos, a la economía, caerá a los pies del presidente de Estados Unidos, porque él es el que comenzó toda esta saga diciendo que no quería negociaciones”, dijo el representante Byron Donalds, R-Fla.

“Él tiene que cumplir con nosotros a medias”, agregó el representante Don Bacon, R-Neb.

El representante demócrata Gerry Connolly de Virginia dijo que el presidente de EE.UU., Biden, “tiene que cumplir con nosotros a medias”. Gerry Connolly de Virginia dijo que lo que más le preocupa es que algunos republicanos creen que el daño de un incumplimiento federal es manejable, en lugar de ser evitado a toda costa.

“Algunas de estas personas están sustituyendo la creencia por la evidencia empírica y no aceptan las advertencias de los economistas, Wall Street, Janet Yellen”, dijo Connolly.

Alcanzar el techo de la deuda es diferente a un cierre del gobierno federal. El Gobierno puede seguir funcionando una vez que el Tesoro haya agotado su efectivo disponible. Pero los pagos salientes estarían limitados a los ingresos entrantes. No todos los pagos podrían realizarse a tiempo y en su totalidad. Muchos temen que un acontecimiento de este tipo sacudiría los cimientos del sistema financiero mundial.

Algunos legisladores no creen que las consecuencias serían tan devastadoras. El representante Bob Good, republicano de Virginia, dijo que superar el límite de endeudamiento sin un acuerdo para aumentarlo obligaría a “priorizar nuestro gasto”

“No tengo miedo de eso, francamente”, dijo Good.

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha dicho que el gobierno podría ser incapaz de pagar todas sus facturas tan pronto como en junio. Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, dijo a un panel de la Cámara esta semana que es probable que el llamado Día X ocurra a mediados de agosto. Dijo que las presiones del mercado probablemente aumentarán después de que el Congreso regrese de su receso del 4 de julio.

“Como podemos ver por los acontecimientos recientes, dada la crisis bancaria, el sistema es muy frágil en este momento”, dijo Zandi.

“Añadir el límite de la deuda como un problema para los inversores sería particularmente inoportuno”

Dijo que habría consecuencias inmediatas y a largo plazo de un impago.

“Creo que bajo cualquier escenario, entraríamos en recesión, sería grave, los mercados financieros se trastornarían”, dijo Zandi.

En el Senado, el senador demócrata Joe Manchin, de Virginia Occidental, está alentando las negociaciones. “Creo que Kevin McCarthy ha sido muy razonable”, dijo.

Los líderes del Partido Republicano en el Senado también han expresado su apoyo a los esfuerzos de McCarthy. Pero algunos republicanos del Senado dicen que las luchas por el gasto deben quedar relegadas a los proyectos de ley de gasto anual que el Congreso aprueba para financiar las agencias gubernamentales. Un aumento del límite de la deuda no autoriza nuevos gastos federales, sólo permite pedir prestado para pagar lo que el Congreso ya ha aprobado.

“Miren, si tenemos desacuerdos sobre el gasto, y si tenemos que cerrar el gobierno para resolver las cosas, que así sea, pero amenazar con un colapso de la economía de EE.En mi opinión, amenazar con un colapso de la economía estadounidense y mundial sin elevar el techo de la deuda es un arma demasiado severa”, dijo el senador republicano por Utah Mitt Romney.

Desde la década de 1960 se han alcanzado unos 80 acuerdos para elevar o suspender el techo de endeudamiento. Romney señaló que el techo de la deuda se amplió, con la ayuda de los demócratas, en múltiples ocasiones durante la presidencia de Donald Trump.

“Por supuesto, la última vez tuviste al presidente Trump como el individuo que presionaba para elevar el techo de la deuda, pero de alguna manera cuando tenemos un presidente demócrata, encontramos la religión”, dijo Romney.

El foco sobre el límite de deuda, ahora en unos 31,4 billones de dólares, se intensificó esta semana con McCarthy enviando una carta a Biden advirtiéndole de que su postura de no negociar “podría impedir a Estados Unidos cumplir con sus obligaciones y tener ramificaciones nefastas para toda la nación”.”

En una respuesta formal, Biden señaló que no estaría dispuesto a reunirse directamente con el presidente de la Cámara de Representantes hasta que los republicanos dieran a conocer su propio plan presupuestario, algo que pidió a McCarthy que hiciera antes de que los legisladores abandonaran Washington el jueves para el receso de Pascua.

“Como he dicho en repetidas ocasiones, esa conversación debe estar separada de la pronta acción sobre la obligación básica del Congreso de pagar las facturas de la Nación y evitar una catástrofe económica”, escribió Biden.

Las cartas no parecieron generar ningún progreso o buena voluntad. Los republicanos abandonaron la ciudad sin proponer un presupuesto. Y McCarthy acusó el jueves a Biden de tomar la decisión de poner en peligro la economía, al tiempo que aparentemente hacía un chascarrillo sobre la edad del presidente.

“No sé qué más puedo hacer y con qué facilidad. Llevaría el almuerzo a la Casa Blanca. Le daría comida blanda si eso es lo que quiere”, dijo McCarthy, provocando las risas de otros republicanos en la sala.

____

El redactor de Associated Press Stephen Groves contribuyó a este reportaje.

El presidente de EE.UU., George W. Bush, se reunió con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush