Los fogones de MasterChef volvieron a encenderse este lunes. Pese a la nueva fórmula de producir dos entregas semanales, la mecánica de la gala fue muy afín a la de las ediciones tradicionales… y, para desgracia de los espectadores, su horario asimismo.
En el programa se pudo ver parte del casting final, resultado de una selección que contó con setenta personas; con gran presencia de historias dramáticas, como la de una superviviente del 11M, emociones, influencers… y candidatos que anhelaban un cambio de vida desde las cocinas.
Tras esta etapa, los elegidos, lejos de descansar de la tensión de sus primeros contactos con el programa, se trasladaron al plató. Allá, los brazaletes negros del casting se enfrentaron a una prueba de eliminación que se saldó con la despedida del concursante Roberto.
«Me voy muy orgulloso de mí, me lo tomo como un aprendizaje y me quedo con haber llegado hasta aquí. Ha sido una experiencia corta, pero intensa», afirmó antes de irse claramente. Mejor suerte corrió Fray Marcos, quien, pese a lucir el malogrado brazalete, se salvó de la expulsión gracias…
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