Se levantaba a las 6 de la mañana, se sentaba delante de la máquina de escribir con una pipa encendida y escribía hasta la tarde a un ritmo de unos sesenta u ochenta folios diarios. Luego se relajaba entregándose a su gran pasión: el sexo. Ya fuera con ciertas dos esposas que tuvo, con sus amantes o visitando burdeles.
Related Articles
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20230213/8741137/georges-simenon-hombre-comisario-maigret.html