WASHINGTON (Informa AP) – Un hombre de Delaware que amenazó a un agente de policía negro con un poste atado a una Bandera de batalla confederada mientras irrumpía en el Capitolio de Estados Unidos fue condenado el jueves a tres años de prisión.

Kevin Seefried, de 53 años, se disculpó entre lágrimas por su participación en los disturbios del 6 de enero de 2021 antes de que el juez federal de distrito Trevor McFadden lo sentenciara.

“Nunca quise enviar un mensaje de odio”, dijo Seefried.

McFadden dijo que era profundamente preocupante que Seefried esgrimiera el asta de la bandera como un arma contra el oficial.

“Llevar una bandera confederada a uno de los salones más sagrados de nuestra nación fue indignante”, dijo el juez.

Los fiscales del Departamento de Justicia habían recomendado una pena de prisión de cinco años y 10 meses para Seefried, un mecánico de paneles de yeso de Laurel, Delaware.

Seefried y su hijo adulto, Hunter, irrumpieron juntos en el Capitolio después de asistir al mitin “Stop the Steal”, en el que el entonces presidente Donald Trump se dirigió a miles de simpatizantes en Washington. Kevin Seefried fue el duodécimo alborotador en pisar el interior del edificio ese día, según los fiscales.

En octubre, McFadden condenó a Hunter Seefried a dos años de prisión.

Fotografías ampliamente publicadas mostraban a Kevin Seefried portando su bandera confederada en el interior del Capitolio después de que él y su hijo, entonces de 22 años, entraran en el edificio a través de una ventana rota.

Kevin Seefried dijo a un agente del FBI que no veía la bandera confederada como un símbolo de odio racista. Los agentes del FBI dijeron que no encontraron ninguna prueba que lo vinculara a él o a su hijo con ningún grupo de extrema derecha.

Seefried está avergonzado y apenado de que muchos puedan considerarlo racista, dijeron sus abogados en una presentación judicial.

“Había traído la bandera como símbolo de protesta, pero no había considerado la lógica de quienes ven la bandera como un símbolo del racismo estadounidense”, escribieron. “Ahora que las fotos de él con la bandera se han convertido en símbolos icónicos del horror del 6 de enero, el Sr. Seefried comprende completamente el daño que ha causado”.

Al minuto de entrar en el edificio, Kevin Seefried clavó su asta de bandera en el agente de policía del Capitolio Eugene Goodman y se unió a otros alborotadores para perseguir al agente por las escaleras, una escena desgarradora grabada en vídeo. Seefried fue el primer alborotador que se encontró con Goodman cerca de la base de la escalera, dijeron los fiscales.

Goodman, que testificó en el juicio de los Seefrieds, dijo que Seefried le maldijo y le pinchó con la base de su asta de bandera tres o cuatro veces sin hacer contacto. Goodman recordó que Seefried preguntó dónde estaban los miembros del Congreso contando los votos y dijo: “Puedes dispararme, tío, pero vamos a entrar.”

“Esa asta de bandera no solo era un arma capaz de causar lesiones graves; una bandera de batalla confederada estaba fijada a ella y fue blandida por un hombre de pie al frente de una turba volátil y creciente hacia un solitario oficial de policía negro”, escribieron los fiscales en una presentación judicial.

Goodman dirigió a los alborotadores fuera de la cámara del Senado mientras los senadores y el entonces vicepresidente Mike Pence estaban siendo evacuados. También ordenó al senador Mitt Romney, republicano por Utah, que diera la vuelta y se alejara de la multitud.

McFadden condenó al padre y al hijo por cargos relacionados con disturbios en junio después de escuchar dos días de testimonios sin jurado. El juez condenó a ambos por obstruir un procedimiento oficial, la sesión conjunta del Congreso del 6 de enero para certificar la victoria electoral del presidente Joe Biden en 2020.

McFadden también condenó a los Seefried por cargos menores de conducta desordenada y manifestación ilegal dentro del Capitolio. El juez absolvió a Hunter Seefried de otros cargos de delito menor por limpiar un fragmento de cristal de una ventana rota.

El juez describió a Kevin Seefreid como el “principal impulsor” de la decisión de su familia de viajar a Washington el 6 de enero. McFadden rechazó el argumento de la defensa de que el mayor de los Seefried nunca tuvo intención de interferir en los procedimientos del Congreso.

“Creo que sabía lo que estaba haciendo”, dijo McFadden.

Los Seefried fueron los primeros acusados de disturbios en el Capitolio en ser juzgados por un delito grave. Casi 1.000 personas han sido acusadas de delitos federales relacionados con los disturbios del 6 de enero. Más de 500 de ellas se han declarado culpables, en su mayoría de delitos menores. Aproximadamente 400 han sido sentenciadas, y más de la mitad han sido condenadas a penas de prisión de entre siete días y 10 años.

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