Y, sí; vi un voluminoso trasero femenino y no me pude resistir.
Para qué lo voy a negar.
Para qué lo voy a negar.
Así que fue necesario tomar carrera.
Salí disparado a toda velocidad al furtivo encuentro.
Pero algo salió mal.
Todo sucedió muy distinto de lo que esperaba.
Cuando estaba por llegar a la proximidad de la joven de buen despedir, ésta fue súbitamente devorada por una agua viva gigante, de la familia de las Medusas, fauna marina típica de Monte Hermoso.
Intenté socorrerla, posponiendo mis objetivos carnales.
Todo fue inútil.
Terminé yo Mismo al borde de la muerte, y tuve que clamar por ayuda.
Aunque para ella, era demasiado tarde...
Muy demasiado.
Muy demasiado.
Ahora, de alguna extraña manera, me Siento culpable, responsable de todo esto. Sí, ya sé que, en apariencia, estoy libre de culpa. Pero lo siento así.
Tal vez, si mis intenciones libidinosas no hubieran estado de por medio, podría haberla salvado de esta tragedia.
Nada será lo mismo... De ahora en más, el mar, las olas, las medusas y las pompis tienen un nuevo significado para mí.