Get Even More Visitors To Your Blog, Upgrade To A Business Listing >>

Estrella de Rock II






¿Quién no ha tenido sus 15 minutos de fama?. A Edch lo nombraron en la fallida campaña de Donofrio; Marité aparece de vez en cuando en algunos diarios limeños; Lucho ha salido en televisión y radio por su fanatismo por Queen; Paty ha publicado poemas en un semanario nikkei, Rubén apareció en televisión en un operativo policial y Munani ha ganado premios L.G.T.B.  por su blog (espero no olvidarme alguna de las iniciales).

Todos hemos tenido alguna vez nuestros quince minutos de fama, en el colegio, en la universidad, en alguna radio local o en la televisión. Pues déjenme decirles que yo también he tenido mi momento de fama, ¡Qué se habrán creído!, con justo derecho he sido asediado también por la prensa y sobre todo por un Grupo numerosos de Chicas. ¿No me creen?, pues aquí les cuento:

Invitados por un grupo de rock Trujillano, junto a mis amigos nos dirigimos a la ciudad de la eterna primavera a tocar lo mejor de nuestro repertorio, a seguir en  la dura batalla de alcanzar la fama sin claudicar nuestros principios del rock. Los anfitriones nos ofrecieron hospedarnos en sus casas, como se suele hacer en el mundillo del rock amateur, pero yo, preferí irme solo a un hotel del centro de la ciudad, a sabiendas que quedarme allí con los demás miembros de la banda únicamente significaría armar juergas nocturnas interminables llenas de alcohol y cigarrillo.

En la tarde, los organizadores habían arreglado una pequeña entrevista en una radio local a la cual acudimos y nos divertimos conversando y respondiendo las preguntas que hacían los pocos oyentes de esa radio pirata. En la noche fuimos a un bar de mala muerte donde se congregaron un número significativo de  incautos pelucones y desaliñados. Fuimos el tercer y último grupo que salió a escena y la respuesta fue favorable. Nos ovacionaron, la gente nos aplaudió a rabiar y al término de la última canción, los organizadores nos pusieron una caja de cervezas. De la alegría por el éxito obtenido tomé a rabiar de pura felicidad. Levanté mi vaso una y otra vez, brindando por la tocada, por el éxito, por el público, por las canciones y “por las mujeres aunque mal paguen”. Un grupo de chicas se acercaron a nuestra mesa y nos felicitaron y se quedaron con nosotros a seguir hablando de rock, de canciones y del amor. Por primera vez sentí que empezaba a tener groupies.

De tanto licor salí casi inconsciente del local, subí al primer taxi que encontré y me dirigí al hotel. Afectado por el alcohol, apenas me quité la ropa hasta quedarme sólo con mi bóxer atigrado que me había puesto por si la ocasión lo amerite y caí como una piedra sobre la cama.

Dormí como un desmayado, inconsciente, hasta cerca de las doce del mediodía cuando un bullicio de féminas adolescentes me despertó. Extrañado sin entender y tratando de tejer en mi mente que es lo que podría haber pasado en todas esas horas que dormí profundamente, me acerqué dispuesto a salir con el torso desnudo y con mis viejos calzoncillos al balcón que daba a la calle. Pero apenas empezaba a abrir la cortina un bullicio de gritos calenturientos de féminas me hizo cerrarlas de inmediato. Confundido, nuevamente hice el ademán de abrir las cortinas y otra vez los gritos. Incrédulo aún, empecé a jugar, abría un poquito las cortinas y las chicas gritaban, cerraba y se callaban. Así una y otra vez.

Totalmente confundido y aturdido, trataba de saber qué es lo que había pasado la noche anterior. Definitivamente el licor barato me había “borrado la cinta” en buena parte. Me puse a dar vueltas en el cuarto cavilando el porqué de mi repentina fama y sobre todo por qué de un momento a otro mi sola presencia había pasado a alborotar las hormonas de estas adolescentes. ¿Quizás la radio?, ¿el concierto que dimos?. Asomé mis ojos por un resquicio de la cortina y las chicas esperaban afuera separadas por una reja. Un par de matones de seguridad impedían su ingreso.

Sin poder creerlo decidí afrontar mi nueva realidad: “ERES FAMOSO EN PROVINCIA MARCELITO, ACÉPTALO TE LLEGÓ LA FAMA ” me dije mentalmente. Me duché de inmediato, me atavié de mi vestuario de rockero consistente en unos jeans gastados, un polo negro, un pendiente en la oreja izquierda, un collar con una cruz invertida, una casaca de cuero, el pelo desaliñado y botas militares. Respiré hondo, agarré un lapicero, practiqué mi firma unas 5 veces y decidí salir de una buena vez por todas.

Determinado bajé al lobby del hotel, caminé con el pecho erguido como quien camina a sabiendas que es una estrella de rock, salí a la puerta principal y las chicas empezaron a gritar con más euforia. Y mientras pensaba “ok chicas acá estoy, una por una por favor”; sentí el empujón de un fortachón de seguridad que me sacó de las escalinatas a un lado. Nuevamente confundido volteé buscando una explicación y tras de mi divisé a 3 jovenzuelos pertenecientes al grupo “Salsa Kids” que salían raudos del hotel y subían a una minivan de lunas polarizadas.
El grupo de chicas corrió con gritos calenturientos tras el vehículo que se alejaba por la avenida principal a toda velocidad. Mientras tanto yo, me quedé solitario en la calle con mi lapicero en la mano con las ganas de firmar autógrafos.


This post first appeared on Me Gustan Los Problemas, No Existe Otra Explicación!!!, please read the originial post: here

Share the post

Estrella de Rock II

×

Subscribe to Me Gustan Los Problemas, No Existe Otra Explicación!!!

Get updates delivered right to your inbox!

Thank you for your subscription

×