Cuando se habla de calefacción, de climatización y Aire Acondicionado, en muchas ocasiones se confunden los términos, llegando a emplearse como sinónimos, pero en realidad no lo son.

De este modo, hay que conocer muy bien en qué se diferencia un Aire acondicionado de un climatizador, pues eso evitará que nos equivoquemos al adquirir uno de ellos.

¿Qué es un aire acondicionado?

Si hablamos de un aire acondicionado con frío y calor, siempre nos referimos a un aparato que contiene gas refrigerante y que expulsa el calor a la calle, de modo que aunque sea una máquina portátil, necesita de un tubo que esté conectado con el exterior.

¿Cómo trabaja un climatizador?

El climatizador enfría la estancia y aporta humedad, absorbiendo el aire y pasándolo por un depósito de agua con hielo, expulsándolo de nuevo y consiguiendo que la temperatura baje unos grados.

¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre ambos?

Entre el climatizador portátil y el aire acondicionado hay varias diferencias, pero la más importante es que con el primero no podemos elegir la temperatura de la estancia y con el segundo sí.

Otra diferencia está en la presencia de gas refrigerante en el aire acondicionado, de manera que es capaz de enfriar mucho más y de calentar en invierno.

¿Qué ventajas e inconvenientes presentan?

Por supuesto, cada uno de estos electrodomésticos tiene ventajas e inconvenientes, por lo que hay que valorarlas a la hora de optar entre uno y otro.

Aire acondicionado

Un aire acondicionado nos deja elegir la temperatura deseada, por lo que podemos enfriar la habitación, aunque fuera haga mucho calor y, además, podemos tener calefacción en invierno con un solo aparato.

También tiene sus inconvenientes, como que necesita instalación (son mucho más cómodos que los portátiles) y que eso sube el precio, pues puede costar tanto como la propia máquina. Además, y esto es muy importante, ahora usa mucha más energía que el climatizador.

Climatizador

Su precio es una de las principales ventajas, sin olvidar que es portátil, de modo que vamos a poder mover el aparato por cualquier estancia, pues no necesita salida a la calle.

No hay que olvidar que su gasto energético es menor, de forma que vamos a poder refrescarnos por poco dinero. Si nos vamos a sus inconvenientes, el principal es que en realidad refresca, pero no enfría, pues lo que obtenemos con él es una bajada de temperatura que no podemos escoger, ya que esta dependerá de lo caliente que esté la vivienda.

Además, solo se puede emplear en climas secos, puesto que en los húmedos contribuye a acrecentar la sensación de agobio al aportar más humedad al ambiente, algo que no ayuda cuando hace calor y ya vivimos en un entorno húmedo, como el que se da en la costa.

Conviene saber diferenciar bien el funcionamiento de los sistemas de calefacción y aire acondicionado, pues este tiene poco que ver con respecto a un climatizador, un aparato que nos puede servir en climas secos a la hora de obtener una mejor sensación térmica, pero con el que no es posible elegir la temperatura.