No importa la profesión, el estrés forma parte del día a día en un mundo cada vez más competitivo. El Síndrome de Burnout es una de las consecuencias de este ritmo actual: un estado de tensión emocional y estrés crónico provocado por condiciones de trabajo desgastantes. El propio término “burnout” demuestra que este desgaste daña los aspectos físicos y psicológicos de la persona. Al final, traduciendo del inglés, “burn” quiere decir “quema” y “out” significa “exterior”.
En general, el síndrome afecta a profesionales que tratan directa e intensamente con las personas e influencian sus vidas. Es el caso de personas de las áreas de educación, asistencia social, salud, recursos humanos, bomberos, policías, abogados y periodistas.
Síntomas del Sindrome de Burnout
Hay varios síntomas, que, en la fase inicial, hasta se confunden con la depresión. Por lo tanto, es importante un diagnóstico detallado. El agotamiento físico y emocional se refleja a través de comportamientos diferentes, como agresividad, aislamiento, cambios de humor, irritabilidad, dificultad de concentración, falla de la memoria, ansiedad, tristeza, pesimismo, baja autoestima y ausencia en el trabajo. Además, hay relatos de sentimientos negativos, desconfianza y hasta paranoia.
Es posible que el paciente sufra físicamente con la enfermedad, con dolores de cabeza, migraña, cansancio, sudoración, palpitación, presión arterial alta, dolores musculares, insomnio, crisis de asma y trastornos gastrointestinales, respiratorios y cardiovasculares. En las mujeres, es común cambios en el ciclo menstrual.
Además del tratamiento, que incluye terapia y medicamentos, como antidepresivos, se hace necesario un cambio en el estilo de vida. La actividad física regular y los ejercicios de relajación deben entrar a la rutina, ya que ayudan a controlar los síntomas. Es importante que el médico observe si es el ambiente profesional la causa del estrés o si son las actitudes de la propia persona que generan la crisis.
La calidad de vida es una de las armas para prevenir el Síndrome de Burnout. Y eso incluye cuidar de la salud, dormir y alimentarse bien, practicar ejercicios y mantener una vida social bien activa.
Los síntomas del síndrome de Burnout pueden ser tanto emocionales como conductuales. Entre los síntomas emocionales se encuentran los siguientes:
- Sentimiento de fracaso e incapacidad;
- Irritabilidad;
- Cambios bruscos de humor;
- El agotamiento mental;
- Ansiedad;
- Depresión;
- Pesimismo constante;
- Baja autoestima;
- Desesperanza;
- Insatisfacción con el trabajo o con la vida;
- Pérdida de motivación.
Los síntomas de comportamiento pueden ser:
- Falta de voluntad para mantener la interacción social;
- Dilación;
- Fuga de responsabilidades;
- Ausencia del trabajo;
- Problemas de concentración;
- Uso de drogas, bebida alcohólica o comida como válvula de escape.
Además, algunas señales físicas también pueden estar relacionadas con el Burnout. Son ellos:
- Dolor de cabeza;
- Sudando;
- Cansancio constante;
- Insomnio o trastornos del sueño;
- Palpitaciones;
- Hipertensión;
- Trastornos gastrointestinales;
- Dolores musculares.
Identificados los síntomas, ¿qué se debe hacer?
Después de que los síntomas se identifican lo ideal es buscar ayuda profesional de un psicólogo. Debido a que además de tener el diagnóstico correcto, el paciente recibirá asesoramiento y tratamiento apropiados para el trastorno.
Fuera de eso, algunos cambios en el estilo de vida contribuyen a la mitigación del problema:
- Práctica regular de ejercicios físicos;
- Disminución de las horas de trabajo;
- Aumento en la convivencia con amigos y familiares;
- Práctica de actividades relajantes.
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