Por Andy Petranek
Cuando llevaba cinco años ejerciendo como entrenador de Crossfit, mis lesiones comenzaban a acumularse. No eran lesiones graves, solo cosas pequeñas que no se iban tras unos cuantos meses, o años. Epicondilitis media y lateral (codo de tenista y golfista), dolor en las articulaciones del hombro y de la cadera, fractura del talón por estrés, problemas en las articulaciones de las muñecas, pulgares y dedo gordo del pie, molestias en el cuello, y molestias recurrentes también en la espalda baja que se producían una o dos veces al año después de un entrenamiento de peso muerto.
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