¿El tabaquismo reduce el apetito y disminuye el peso?: El Tabaquismo es un hábito perjudicial difícil de abandonar. El tabaco contiene nicotina, que es adictiva, y el cuerpo y el cerebro se acostumbran rápidamente a ella. Las personas suelen comenzar a Fumar por diversas razones, como tener familiares o amigos fumadores o porque creen que parece una costumbre atractiva. Es importante señalar que muchas de las sustancias químicas presentes en los cigarrillos, como la nicotina y el cianuro, se consideran toxinas que pueden ser letales en dosis altas. Las complicaciones relacionadas con estas toxinas se desarrollan gradualmente, por lo que fumar a largo plazo puede causar enfermedades cardíacas, enfisema pulmonar, accidentes cerebrovasculares y varios tipos de cáncer, como cáncer de estómago, garganta, pulmón y vejiga, además de problemas cutáneos como la psoriasis y las arrugas, así como aumentar el riesgo de infecciones como la neumonía y la bronquitis [1].

Impacto del tabaquismo en el apetito y el peso

Numerosos estudios sugieren que los fumadores tienden a pesar menos que los no fumadores. El tabaquismo puede afectar el Peso corporal al aumentar el metabolismo o reducir el apetito. También estimula el sistema nervioso simpático, aunque este efecto en la tasa metabólica fue menor en las personas con sobrepeso. Esto también depende de la actividad física y la aptitud de las personas. Se ha descubierto que el metabolismo de las mujeres que dejaron de fumar es un 16% menor en comparación con cuando fumaban. Además, los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar hipertiroidismo en comparación con los no fumadores, lo que contribuye a un aumento en las tasas metabólicas [2].

**Otro estudio encontró que el tabaquismo puede afectar el apetito y el control del peso. En este estudio, se observó que los ratones expuestos al humo del cigarrillo tres veces al día durante cuatro días perdieron peso y aumentaron el uso de las reservas de grasa. Además, después del primer día, los ratones comenzaron a comer menos, y esta disminución en la ingesta de alimentos continuó durante toda la prueba. Es importante destacar que el aumento en el gasto de energía y el uso de las reservas de grasa en estos ratones condujo a un desequilibrio interno en sus órganos, ya que el hígado de estos ratones era más ligero en comparación con los ratones normales. Por lo tanto, no se recomienda recurrir al tabaquismo como una forma de perder peso [3].

**Por último, mientras que las investigaciones han confirmado que el tabaco reduce el apetito, también ha habido estudios sobre la relación entre fumar y los trastornos alimentarios, como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. Estos estudios han demostrado que las personas con trastornos alimentarios tienen tasas más altas de tabaquismo y adicción a la nicotina. Los investigadores sugieren que el tabaquismo en casos de trastornos alimentarios está relacionado con la impulsividad, que a menudo caracteriza a las personas con bulimia nerviosa y trastorno por atracón [4].

Dejar de fumar y el aumento de peso

Muchas personas experimentan un aumento de peso después de dejar de fumar, aunque este aumento suele ser leve. El aumento de peso promedio oscila entre cuatro y cinco kilogramos durante un período de cinco años, siendo la mayoría de este peso ganado en el primer año después de dejar de fumar, especialmente durante los primeros tres meses. Por otro lado, la forma en que cambia el peso después de dejar de fumar varía de persona a persona. Algunos pierden peso, mientras que otros ganan una cantidad significativa, aunque estas últimas son casos muy raros. Es importante destacar que las investigaciones sugieren que, a largo plazo, el peso de las personas que dejan de fumar se asemeja al de aquellos que nunca han fumado [5].

También es importante señalar que el tabaquismo afecta la distribución de grasa en el cuerpo de las mujeres. Sus cuerpos tienden a tener una forma similar a la de una manzana, con acumulación de grasa alrededor de la cintura. Esta acumulación de grasa en la región de la cintura se asocia con varios riesgos para la salud, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2, que pueden llevar a la muerte. Por otro lado, después de dejar de fumar, las mujeres tienden a ganar peso en la región de las caderas, que es la zona natural de acumulación de peso en las mujeres. Es importante tener en cuenta que hay varias razones que pueden contribuir al aumento de peso después de dejar de fumar [5].

• Aumento del apetito: Muchos exfumadores notan cambios en sus hábitos alimenticios después de dejar de fumar, experimentando un aumento del apetito como parte de los síntomas de abstinencia. Sin embargo, los estudios sugieren que con el tiempo, tienden a volver a sus hábitos alimenticios anteriores.
• Efectos de la nicotina en el cuerpo: Se ha descubierto que las personas que dejan de fumar son más propensas a ganar peso debido a que su metabolismo se vuelve más lento [5].

Evitar el aumento de peso después de dejar de fumar

Existen varias medidas que pueden ayudar a dejar de fumar sin aumentar de peso:

• Usar productos de nicotina alternativos: Algunos productos como chicles, parches de nicotina y tabletas de nicotina pueden ayudar a dejar de fumar y reducir la necesidad de recurrir a bocadillos para satisfacer el deseo de fumar.
• Ocuparse durante los momentos de descanso: Mantenerse ocupado durante los momentos en que solías fumar, ya sea jugando en el teléfono, masticando chicle o haciendo ejercicio, puede ayudar a evitar la ingesta de alimentos innecesaria.
• Comer con conciencia: Es importante determinar si se tiene hambre real o si se está tratando de calmar el deseo de fumar. Si es lo segundo, es recomendable distraerse con otras actividades en lugar de comer.
• Hacer ejercicio: El ejercicio puede reducir el deseo de comer alimentos no saludables y aumentar la quema de calorías, lo que puede ayudar a mantener el peso bajo control.
• Comprar alimentos saludables: Al hacer compras, es aconsejable hacer una lista de alimentos saludables que necesitas y optar por verduras, frutas y productos lácteos bajos en grasa.
• Evitar el hambre: Evitar el hambre extrema puede prevenir la ingesta excesiva de alimentos, por lo que es importante comer alimentos que ayuden a mantener la saciedad durante períodos más largos.
• Dormir lo suficiente: La falta de sueño puede contribuir al aumento de peso, por lo que es importante asegurarse de dormir lo suficiente [6][7].

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