Si crees que la impotencia solo afecta a los hombres, estás muy equivocado. La impotencia femenina no solo existe, sino que entre el 40 y el 50 % de las mujeres la experimentan a lo largo de su vida. Sus causas y manifestaciones son muy diversas, y las veremos a continuación.

Manifestaciones de la impotencia femenina

• Bajo Deseo Sexual (impulso, apetito, libido)
• Dificultad para lograr la excitación sexual.
• Dificultad para alcanzar el orgasmo
• Dolor antes o durante el coito

La sexualidad en general es un proceso complejo que está controlado por los sistemas neurológico, vascular y endocrino. La sexualidad de un individuo abarca factores y cambios familiares, sociales y religiosos a lo largo de la vida, junto con la salud y las experiencias personales.

Para que el sexo sea satisfactorio, tiene que haber un equilibrio entre el cuerpo, la mente, la salud y la confianza y los sentimientos hacia la pareja sexual. Si este equilibrio se altera en cualquiera de estas áreas, también puede esperar un problema en el área sexual.

Causas de la impotencia femenina

La disfunción sexual es producto de muchas razones, las cuales se pueden dividir en tres grandes grupos:

• físico
• psíquicos
• hormonal

causas físicas

Las causas más comunes de las dificultades sexuales derivadas de dolencias físicas son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, los trastornos tiroideos, las infecciones posquirúrgicas, la esclerosis múltiple y las secuelas de la quimioterapia.

Las causas ginecológicas incluyen endometriosis, quistes e inflamación.

Junto con los problemas de salud viene la medicación que está tomando una mujer, que puede tener un efecto negativo en su Deseo Sexual. Algunos medicamentos para la presión arterial alta, antipsicóticos, antidepresivos, medicamentos para la epilepsia, medicamentos para el cáncer, antiinflamatorios no esteroides afectan el deseo o la experiencia sexual.

causas psicológicas

El estado mental, el estado de ánimo y el estrés a largo plazo pueden hacer que una mujer sienta menos deseos sexuales que antes o incluso que pierda el deseo sexual. Le toma más tiempo excitarse, es difícil alcanzar el orgasmo y puede ser menos intenso de lo que la mujer está acostumbrada o no tenerlo (anorgasmia).

La vergüenza, la culpa, la baja autoestima, el miedo a su propia inexperiencia, el trauma (abuso sexual) y las dificultades en las relaciones también suelen desempeñar un papel.

Una buena relación con tu pareja es fundamental para la armonía sexual. Las mujeres necesitan sentirse seguras en sus relaciones, tener confianza en sus parejas y tener un sentido de intimidad. Los sentimientos negativos hacia tu pareja, el aburrimiento, la rutina y el agotamiento pueden hacer que pierdas interés en cualquier contacto íntimo.

La autoestima de las mujeres puede verse mermada no solo por hechos objetivos (problemas de fertilidad, extirpación quirúrgica del útero o de las mamas) sino también por otros subjetivos, como el autoconcepto basado en comparaciones con rostros famosos en los medios (modelos, influencers) .

Las mujeres que provienen de entornos culturales que prohíben o restringen la actividad sexual y la autoexpresión sexual y que intentan inducir sentimientos de culpa y vergüenza pueden afectar significativamente su relación y experiencia sexual.

La familia, la carga de trabajo, las preocupaciones financieras, sentirse abrumado por las responsabilidades y la falta de tiempo son exigentes no solo física sino también mentalmente. Después de un día a la carrera, a menudo no queda espacio, humor o energía para el sexo.

Un caso especial de disfunción sexual es el vaginismo. En una mujer con este trastorno, hay una contracción espasmódica involuntaria de los músculos vaginales que imposibilita las relaciones sexuales. Las causas del vaginismo pueden ser de origen psicológico o físico.

Si te interesa saber cómo aumentar el deseo sexual con la autoayuda, encontrarás más información en el artículo Impotencia Femenina: Una Auto-Solución.

causas hormonales

Las mujeres son cíclicas por naturaleza; sus niveles hormonales cambian naturalmente durante el ciclo mensual y su apetito sexual puede cambiar periódicamente con ellos. También cambian durante el embarazo, después del parto y durante la lactancia.

Este período completamente natural de cambios hormonales puede resultar en un cambio temporal en el apetito y la experiencia sexual. Durante un embarazo difícil, asociado con náuseas o miedo por el bebé como resultado de lesiones en el parto, falta de sueño y fatiga por el cuidado del niño, el interés de la mujer por el sexo puede disminuir rápidamente o incluso desaparecer.

La menopausia (pérdida de la menstruación por insuficiencia ovárica) también es natural, pero suele reducir la calidad de vida, no solo sexual. Sequedad vaginal, cambios de humor deprimidos, sofocos, sudoración, aumento de peso y posiblemente adelgazamiento de los huesos (osteoporosis) y un mayor riesgo de fracturas.

Además de los cambios naturales que afectan la vida sexual, también existen cambios que son manifestación de un trastorno hormonal, cuyas manifestaciones pueden ser variadas, desde ciclos menstruales irregulares hasta una pérdida de interés por el sexo.

La reducción del apetito sexual también puede ser causada por el uso de anticonceptivos hormonales.

¿Cuál es la diferencia entre frigidez y asexualidad?

Frigidez

El trastorno del deseo sexual hipoactivo, también llamado frigidez (del latín frigidus, frío), es un trastorno que se presenta predominantemente en mujeres. Su esencia es la frialdad sexual: la falta o ausencia de fantasías sexuales y deseo sexual.

Puede ser congénito o adquirido (por ejemplo, después de una experiencia traumática o un parto difícil), general (el deseo sexual no surge en ninguna situación) o situacional (el deseo está presente pero no dirigido a la pareja). Puede clasificarse como un trastorno si provoca a la mujer estrés, ansiedad o dificultades en las relaciones interpersonales.

asexualidad

La ausencia de deseo u orientación sexual se conoce colectivamente como asexualidad. La ausencia de orientación sexual significa que la persona no se siente atraída eróticamente por nadie (independientemente del género), pero no se excluye el deseo sexual (por satisfacción genital).

En el caso de la masturbación o el coito, estos suelen carecer de una dimensión erótica.

La ausencia de deseo sexual significa que el afecto erótico por otra persona carece de una dimensión explícitamente sexual pero puede manifestarse a nivel emocional (deseo de una relación puramente romántica, de amor sin sexo).

La asexualidad generalmente no se considera una disfunción sexual. Se consideraría como tal sólo si causara malestar clínicamente significativo o dificultades en las relaciones interpersonales. No está del todo claro si es congénita o adquirida. A nivel mundial, los individuos del orden del uno por ciento se consideran asexuales.

La diferencia entre frigidez y asexualidad es que el individuo asexual no se siente atraído eróticamente por nadie y se define como tal. En 2016, investigadores de la Universidad de Columbia Británica publicaron un artículo en el que concluyeron que la asexualidad no es una condición o trastorno psiquiátrico sino una orientación sexual diferente.

La salud sexual es parte de la salud general. Por lo tanto, si se produce una disfunción sexual, es totalmente adecuado considerarla como un problema que debe abordarse para mejorar la calidad de vida. Una vida sexual satisfactoria no viene por sí sola; tienes que trabajar para ello. Y siempre se puede mejorar. ¡Cruzar los dedos!