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Cómo calmar a un niño fuera de control

Introducción

¿Alguna vez te has encontrado con un niño que está tan enfadado, nervioso o frustrado que no sabe cómo expresar Sus Emociones y se comporta de forma agresiva, desafiante o descontrolada? Seguro que sí, y es que las rabietas son algo muy común en la infancia, sobre todo entre los 18 meses y los 3 años, aunque pueden durar hasta los 5 o 6 años y desaparecer gradualmente después.

Las rabietas son una forma de comunicación de los niños que aún no han desarrollado la capacidad de regular sus emociones, entender sus sentimientos y ponerse en el lugar de los demás. Son una reacción normal ante situaciones que les generan estrés, ansiedad, miedo, decepción o frustración, como no conseguir lo que quieren, no entender lo que se les pide, sentirse cansados, hambrientos o aburridos, o tener que compartir o esperar su turno.

Sin embargo, las rabietas pueden ser muy molestas y difíciles de manejar para los padres, educadores y cuidadores, que a veces no saben cómo actuar ante estos episodios de ira e impotencia. Por eso, en este artículo te vamos a dar algunos consejos prácticos para ayudarte a calmar a un niño fuera de control y a prevenir las rabietas en el futuro.

¿Por qué los niños pueden estar fuera de control?

Los niños pueden perder el control por diversas razones, y es fundamental comprenderlas para ayudarlos adecuadamente. Aquí, exploraremos las causas más comunes:

Emociones desbordadas

Los niños, al igual que los adultos, experimentan emociones intensas. Sin embargo, a menudo carecen de las habilidades para expresar lo que sienten de manera efectiva. Esto puede llevar a berrinches, llanto desconsolado y comportamientos desafiantes. Cuando un niño se siente abrumado por sus emociones, su capacidad para razonar disminuye, y se vuelven difíciles de calmar.

Frustración e incapacidad para comunicarse

La frustración puede desencadenar comportamientos fuera de control. Los niños pueden sentirse frustrados cuando no pueden comunicar lo que quieren o necesitan. Esto es especialmente cierto en niños pequeños que aún no han desarrollado un lenguaje claro. La falta de habilidades de comunicación puede generar enojo y rabietas como una forma de expresar su malestar.

Miedo y ansiedad

Los niños son vulnerables a los miedos y la ansiedad, y estas emociones pueden llevarlos a comportamientos desafiantes. Pueden tener miedo a la oscuridad, a los monstruos o a situaciones desconocidas. Cuando se sienten inseguros, pueden actuar de manera impulsiva y fuera de control como una forma de protegerse.

¿Qué hacer cuando el niño está fuera de control?

Cuando el niño está teniendo una rabieta, lo primero que debes hacer es mantener la calma y no perder los nervios. Recuerda que el niño no lo hace para molestarte o manipularte, sino porque no sabe cómo gestionar sus emociones. Si tú también te alteras, le estarás dando un mal ejemplo y le harás sentir más confundido y asustado.

Lo segundo que debes hacer es tratar de entender qué le pasa al niño y qué ha desencadenado su rabieta. Puede que tenga alguna necesidad básica insatisfecha, como sueño, hambre o sed, o que haya algo que le haya molestado o contrariado. Intenta ponerte en su lugar y mostrarle empatía y comprensión.

Lo tercero que debes hacer es ayudarle a calmarse y a expresar sus emociones de forma adecuada. Para ello, puedes seguir estos pasos:

  • Asegúrate de que el niño está seguro y no se hace daño a sí mismo ni a los demás. Si es necesario, llévalo a un lugar tranquilo y apartado del estímulo que le ha provocado la rabieta.
  • Habla con él con voz suave y cariñosa, sin gritar ni regañar. Dile que entiendes cómo se siente y que quieres ayudarle. Nómbrale la emoción que está sintiendo y explícale por qué se ha producido. Por ejemplo: “Sé que estás enfadado porque tu hermano no te deja jugar con su coche, pero él también tiene derecho a usarlo”.
  • Dale opciones para resolver el problema o satisfacer su necesidad. Por ejemplo: “¿Qué te parece si le pides a tu hermano que te lo preste cuando termine de jugar? O ¿quieres jugar con otro juguete mientras tanto?”.
  • Anímale a respirar profundamente, a contar hasta diez o a hacer algún ejercicio de relajación. También puedes abrazarle, acariciarle o cantarle una canción para tranquilizarle.
  • Felicítale cuando se haya calmado y reconoce su esfuerzo por controlar sus emociones. Refuerza su autoestima y su confianza. Por ejemplo: “Me alegro de que hayas dejado de llorar y hayas hablado con tu hermano. Eres muy valiente y generoso”.

¿Qué hacer para prevenir las rabietas?

Aunque las rabietas son inevitables en cierta medida, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir su frecuencia e intensidad. Estas son algunas sugerencias:

  • Establece una rutina diaria para el niño, con horarios fijos para comer, dormir, jugar, etc. Esto le dará seguridad y estabilidad emocional.
  • Anticípale los cambios o las situaciones nuevas que puedan alterar su rutina o generarle estrés. Por ejemplo: “Mañana vamos al médico y te van a poner una vacuna. Puede que te duela un poco, pero será muy rápido y luego te daré un premio”.
  • Adapta tus expectativas y tus normas a la edad y al desarrollo del niño. No le pidas cosas que no puede hacer o que no entiende. Sé claro, coherente y firme al establecer los límites y las consecuencias.
  • Dale opciones y deja que elija algunas cosas, siempre dentro de unos márgenes razonables. Esto le hará sentir más autónomo y respetado. Por ejemplo: “¿Qué quieres desayunar, cereales o tostadas?”.
  • Fomenta su expresión emocional y enséñale a identificar, nombrar y regular sus emociones. Puedes usar cuentos, juegos, dibujos o canciones para trabajar este aspecto. Por ejemplo: “¿Cómo te sientes hoy? ¿Estás contento, triste, enfadado…? ¿Por qué?”.
  • Sé un modelo positivo para el niño y muéstrale cómo manejas tus propias emociones. Por ejemplo: “Estoy nervioso porque tengo mucho trabajo, pero voy a respirar hondo y a organizarme bien”.
  • Refuerza sus conductas adecuadas y sus logros con elogios, abrazos, sonrisas o premios. Evita los castigos físicos o verbales, que solo generan más rabia y resentimiento.

Consejos específicos para diferentes edades

Aquí hay algunos consejos específicos para calmar a niños de diferentes edades:

Niños pequeños (de 0 a 3 años)

  • Ayúdales a expresar sus emociones: Los niños pequeños todavía están aprendiendo a expresar sus emociones de manera saludable. Ayúdales a hacerlo diciéndoles cosas como «Parece que estás enojado» o «Estás triste».
  • Evita darles mucha atención cuando tengan un berrinche: Si le das mucha atención a tu hijo cuando tenga un berrinche, solo le enseñarás que los berrinches son una forma de llamar la atención.

Niños en edad preescolar (de 3 a 5 años)

  • Establece límites claros: Ayúdale a tu hijo a aprender a seguir las reglas y los límites. Cuando tu hijo tenga un berrinche por no poder hacer algo, recuérdale los límites que has establecido.
  • Enséñale a expresar sus emociones de manera saludable: Enséñale a tu hijo cómo expresar sus emociones de manera saludable, como hablar sobre lo que siente o dibujar.

Niños en edad escolar (de 6 a 12 años)

  • Ayúdales a desarrollar habilidades de resolución de problemas: Enséñale a tu hijo cómo resolver problemas de manera pacífica. Cuando tu hijo tenga un berrinche por algo que no salió como esperaba, ayúdale a encontrar una solución.
  • Evita hacer comparaciones: Evita comparar a tu hijo con otros niños. Esto solo lo hará sentir mal consigo mismo.

Preguntas frecuentes sobre cómo calmar a un niño fuera de control

¿Qué hacer si el niño se pone violento durante una rabieta?

Si el niño se pone violento durante una rabieta y empieza a pegar, morder o tirar cosas, debes intervenir de forma rápida y firme para detener su conducta. Dile con voz seria y autoritaria que no está bien lo que hace y que te duele o molesta. Si es necesario, sujétale con cuidado pero sin hacerle daño, hasta que se calme. No le devuelvas la agresión ni le insultes. Explícale después por qué no debe actuar así y ofrécele alternativas para expresar su enfado.

¿Qué hacer si el niño tiene una rabieta en público?

Si el niño tiene una rabieta en público, como en un supermercado o en un restaurante, debes intentar mantener la calma y no avergonzarte por lo que piensen los demás. Lo mejor es ignorar las miradas o los comentarios de los extraños y centrarte en tu hijo. Si puedes, llévalo a un lugar más tranquilo y apartado, donde puedas hablar con él y calmarlo sin distracciones. Si no puedes, trata de distraerlo con algo que le guste o le interese, como un juguete, un libro o un juego.

¿Qué hacer si el niño tiene rabietas muy frecuentes o intensas?

Si el niño tiene rabietas muy frecuentes o intensas, que interfieren con su vida diaria o su desarrollo, puede que haya algún problema subyacente que las esté provocando. Puede tratarse de algún trastorno del desarrollo, del aprendizaje o del comportamiento, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro autista (TEA), el trastorno negativista desafiante (TND) o el trastorno de ansiedad. En estos casos, es conveniente consultar con un profesional de la salud mental infantil, que pueda evaluar al niño y ofrecerle un tratamiento adecuado.

¿Es normal que los niños tengan rabietas?

Sí, es completamente normal que los niños tengan rabietas en ciertas etapas de su desarrollo. Las rabietas son una forma de expresar emociones intensas cuando todavía no tienen las habilidades de comunicación necesarias. Los adultos pueden ayudar a los niños a aprender a manejar sus emociones brindando apoyo y enseñando estrategias de autorregulación.

¿Qué debo hacer si mi hijo tiene una rabieta en público?

Cuando tu hijo tiene una rabieta en público, es importante mantener la calma y tratar de llevarlo a un lugar tranquilo si es posible. Puedes hablar en voz baja y tranquilizadora para ayudar a calmarlo. Evita hacer escenas o perder los estribos, ya que esto puede empeorar la situación. Después de que la rabieta haya pasado, habla con tu hijo sobre lo que sucedió y cómo pueden manejar las emociones juntos en el futuro.

¿Cuándo debo buscar ayuda profesional para mi hijo fuera de control?

Si los comportamientos de tu hijo fuera de control son persistentes, intensos o preocupantes, es una buena idea buscar la ayuda de un profesional de la salud mental o un terapeuta infantil. Esto es especialmente importante si los comportamientos son perjudiciales para el niño o para los demás. Un profesional puede evaluar la situación y ofrecer orientación y apoyo para abordar las necesidades emocionales del niño.

Conclusión

Las rabietas son una forma de expresión emocional de los niños que aún no han aprendido a manejar sus sentimientos de forma adecuada. Son normales en la infancia, pero pueden ser muy molestas y difíciles de manejar para los adultos. Por eso, es importante saber cómo calmar a un niño fuera de control y cómo prevenir las rabietas en el futuro.

Para ello, debemos mantener la calma, entender al niño, ayudarle a calmarse y a expresar sus emociones de forma adecuada. También debemos establecer una rutina diaria, anticiparle los cambios, adaptar nuestras expectativas y normas, darle opciones, fomentar su expresión emocional, ser un modelo positivo y reforzar sus conductas adecuadas.

Si las rabietas son muy frecuentes o intensas, puede que haya algún problema subyacente que las esté provocando. En estos casos, es conveniente consultar con un profesional de la salud mental infantil.

Esperamos que este artículo te haya sido útil y que puedas aplicar estos consejos para calmar a un niño fuera de control y prevenir las rabietas. Recuerda que los niños necesitan amor, comprensión y paciencia para aprender a gestionar sus emociones y a comportarse de forma adecuada. Si tienes alguna duda o consulta, no dudes en contactarnos. Estaremos encantados de ayudarte.

Referencias

  1. «El Cerebro del Niño Explicado a los Padres» de Álvaro Bilbao: Este libro proporciona una comprensión profunda de cómo funciona el cerebro de los niños y cómo podemos ayudar a regular sus emociones.
  2. «Disciplina Positiva» de Jane Nelsen: Ofrece estrategias prácticas para la crianza positiva y cómo manejar los comportamientos desafiantes de los niños.
  3. «Cómo Hablar para que los Niños Escuchen y Cómo Escuchar para que los Niños Hablen» de Adele Faber y Elaine Mazlish: Este clásico de la crianza ofrece consejos sobre la comunicación efectiva con los niños, lo que puede ser útil al calmar a un niño fuera de control.
  4. «La Crianza Respetuosa» de Laura Markham: Ofrece consejos sobre cómo criar a los niños de manera respetuosa, lo que incluye manejar las emociones intensas.

Sitios Web:

  1. HealthyChildren.org: Es el sitio web de la Academia Americana de Pediatría y ofrece una gran cantidad de recursos sobre la crianza, la salud infantil y consejos para manejar las emociones de los niños.
  2. Zero to Three: Se centra en el desarrollo infantil temprano y ofrece información sobre cómo comprender y manejar las emociones de los niños pequeños.
  3. Positive Parenting: Este sitio web se dedica a la crianza positiva y ofrece artículos y consejos sobre cómo lidiar con comportamientos desafiantes en niños.
  4. Child Mind Institute: Proporciona recursos sobre la salud mental infantil y cómo abordar problemas emocionales y de comportamiento en niños.


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