La vida está llena de incertidumbre. Desde cambios inesperados en nuestra rutina diaria hasta decisiones importantes que nos mantienen en vilo, la Incertidumbre es una constante que debemos enfrentar. ¿Cómo podemos integrarla en nuestras vidas y mantenernos en equilibrio emocional? En este artículo, exploraremos estrategias prácticas para abrazar la incertidumbre y encontrar seguridad interior en un mundo impredecible.

Si bien la sensación de incertidumbre es global, cada uno de nosotros la percibimos con diferente intensidad y por lo tanto nos impacta de manera diferente. Los estudios muestran que las personas ansiosas tienden a tener una menor tolerancia a la incertidumbre y les resulta más difícil adaptarse al cambio. En el polo opuesto, las personas menos ansiosas o que controlan mejor estas tendencias están más abiertas a lo nuevo, aceptan más fácilmente lo desconocido y controlan mejor sus reacciones.

En referencia a este período de incertidumbre global donde la situación es ambigua y sin precedentes, es imposible no preocuparse y preguntarse cómo será el futuro para nosotros y nuestros seres queridos.

Es importante diferenciar entre una preocupación normal que nos ayuda a adoptar las soluciones que necesitamos para calmarnos, y una preocupación excesiva que nos agota y se apodera de nuestra vida diaria. Si nos identificamos con la segunda situación, es beneficioso establecer una serie de formas de limitar el tiempo que dedicamos a preocuparnos y mantener nuestro bienestar.

I. Comprendiendo la incertidumbre

La incertidumbre se refiere a la falta de certeza o predictibilidad en diferentes aspectos de la vida. Puede generar ansiedad, estrés y miedo, ya que nos enfrentamos a lo desconocido y nos sentimos fuera de control. Sin embargo, es importante reconocer que la incertidumbre es parte inherente de la existencia humana y aprender a manejarla de manera saludable.

II. Cultivando la aceptación

La aceptación es un primer paso crucial para integrar la incertidumbre en nuestras vidas. Reconocer que no siempre podemos tener todas las respuestas y que el futuro no siempre será predecible nos permite soltar la necesidad de control absoluto. Practicar la aceptación nos ayuda a reducir la resistencia y a abrirnos a las posibilidades que el cambio y la incertidumbre pueden traer.

III. Desarrollando la resiliencia

La resiliencia es la capacidad de adaptarse y recuperarse frente a la adversidad. Cultivar la resiliencia nos permite enfrentar la incertidumbre con mayor fortaleza y flexibilidad mental. Para desarrollar la resiliencia, es útil enfocarse en fortalecer nuestras habilidades emocionales, construir una red de apoyo sólida y mantener una actitud positiva ante los desafíos que se presentan en nuestro camino.

IV. Practicando la atención plena

La atención plena, o mindfulness, es una práctica que nos ayuda a estar presentes en el momento actual y a desarrollar una mayor conciencia de nuestros pensamientos y emociones. Al practicar la atención plena, podemos observar la incertidumbre sin dejarnos llevar por ella. Nos permite estar en sintonía con nuestras necesidades internas y nos ayuda a tomar decisiones conscientes en lugar de reaccionar de manera automática.

¿Cómo podemos controlar la preocupación excesiva?

1. Identifique con la mayor frecuencia posible si su preocupación es real o hipotética

La preocupación real nos ayuda a actuar lo antes posible para encontrar una solución a los problemas que nos afectan en el presente, y la preocupación hipotética o improductiva nos encierra en pensamientos y escenarios catastróficos que se basan en problemas sobre los que no tenemos control. Más precisamente, se refiere a aspectos que actualmente no existen pero que podrían ocurrir en el futuro.

2. Posponer preocupaciones hipotéticas

Las preocupaciones hipotéticas no merecen mucha atención, pero como insisten en surgir, podemos reservar un momento especial para pensar solo en ellas. Puede parecer extraño al principio pero es más útil enfocarse en otras cosas importantes, con resultados inmediatos eligiendo dar espacio a pensamientos innecesarios cada mañana o tarde en un horario determinado por nosotros. Este ejercicio lo podemos practicar durante al menos una semana durante 20 o 30 minutos diarios dependiendo de la cantidad de ideas que generen ansiedad.

En “tiempo de preocupaciones” podemos anotar en un diario todo lo que nos preocupa así como los escenarios que nuestra mente creó durante el día, que pusimos Stop cuando aparecieron para retomar ahora.

3 . Invertir en autocuidado

Para tener un sentimiento de satisfacción y conexión con nosotros mismos se recomienda pensar en una estructura diaria que involucre tanto actividades que nos den placer ( leer , cocinar, dibujar, meditar, etc.), actividades que nos den una sensación de satisfacción (jardinería , actividades del hogar, una nueva receta o afición, algo espontáneo, etc.) así como relacionar interacciones con otras personas en la realidad o de forma virtual (reuniones, hablar de películas, cocinar juntos, varios grupos con intereses comunes, etc.) .

Un desequilibrio entre los tres aspectos: la sensación de placer, logro y cercanía con los demás puede afectar nuestro estado de ánimo y nuestra ansiedad puede aumentar si no nos cuidamos.

4. Háblate a ti mismo con compasión

Pensamos en nuestros seres queridos porque nos preocupamos por ellos y son importantes para nosotros. En el contexto actual sería raro no preocuparse, lo importante es saber dónde parar para no entrar en pánico.

Cuando nos sentimos atrapados en pensamientos negativos, podemos tratar de responder a ellos con calma, gentileza y sin juzgar. ¿Qué diría mi mejor amigo en este momento? ¿Qué tono de voz usaría para ayudarme a calmarme?

5. Practica la atención plena

Una de las lecciones más valiosas de enfrentar la incertidumbre es desarrollar la capacidad de vivir el presente . Muchas veces esperamos a que nuestros planes se hagan realidad y minimizamos la importancia del momento que estamos viviendo en este momento.

Una de las técnicas de relajación más potentes y extendidas que nos ancla siempre en el presente y nos libera de escenarios o pensamientos no deseados es la meditación. Hay un amplio abanico de opciones que podemos utilizar: meditación guiada, meditación simple con los ojos cerrados o aplicaciones como The mindfulness, Calm o Headspace.

6. Practica la gratitud

Cuando expresamos nuestra gratitud de forma regular, damos más atención e importancia a los momentos de alegría y emoción que experimentamos. Este ejercicio es especialmente útil en momentos de incertidumbre cuando a veces excluimos los momentos mundanos pero agradables que nos ofrece la vida. Idealmente, deberíamos tratar de identificar cosas nuevas por las que estamos agradecidos todos los días y formularlas de la manera más específica posible: » Estoy agradecido de que hoy hizo sol y pude ir al parque».

Al final de cada día podemos identificar tres cosas por las que estamos agradecidos, podemos escribirlas en un diario o en unas notas para guardar en un frasco.  

¿Qué emociones sentimos cuando los pensamientos de incertidumbre nos abruman?

Debido a que a nuestra mente le encanta viajar en el tiempo, nuestros pensamientos no deseados pueden desencadenar emociones fuertes que nos desestabilizan durante este tiempo y agotan rápidamente nuestros recursos.

Aunque las emociones son diversas, la más común es el miedo intenso que puede convertirse en pánico o ansiedad. Todavía podemos experimentar tristeza , ira que asociamos con la pérdida de control, duda sobre el futuro o vergüenza por no estar haciendo lo que nos gustaría o por tener esos estados.

La gama completa de estados emocionales es apropiada y podemos mantenerlos en un nivel saludable si prestamos atención a los pensamientos que los alimentan y los comportamientos que generan.

Sin duda, la incertidumbre nos obliga a enfrentarnos a nuestros miedos más fuertes, a enfrentarnos a nuestros límites presentes y encontrar formas de superarlos. Es un proceso desafiante pero que nos ayuda a evolucionar, a tener más confianza en nosotros mismos ya sorprendernos descubriendo cosas que antes no sabíamos de nosotros mismos.

Preguntas frecuentes (FAQs)

1. ¿La incertidumbre siempre es negativa?

No necesariamente. Si bien la incertidumbre puede generar ansiedad y estrés, también puede ser una oportunidad para el crecimiento personal y la creatividad. La incertidumbre nos invita a explorar nuevas posibilidades y a encontrar soluciones innovadoras.

2. ¿Cómo puedo aprender a aceptar la incertidumbre?

La aceptación de la incertidumbre es un proceso gradual. Puedes comenzar por practicar la atención plena y cultivar una actitud de apertura hacia lo desconocido. También es útil recordar que la incertidumbre es una parte natural de la vida y que no siempre podemos controlar todo. Aprender a confiar en nosotros mismos y en nuestras habilidades para enfrentar los desafíos puede ayudarnos a aceptar la incertidumbre con mayor facilidad.

3. ¿Cómo puedo desarrollar la resiliencia frente a la incertidumbre?

La resiliencia se puede desarrollar a través de la práctica y la experiencia. Algunas estrategias efectivas incluyen cultivar una mentalidad positiva, establecer metas realistas, construir relaciones de apoyo y cuidar de nuestra salud física y emocional. Además, es importante recordar que cada experiencia de incertidumbre nos brinda la oportunidad de aprender y crecer, lo que fortalece nuestra resiliencia a largo plazo.

Conclusión

Integrar la incertidumbre en nuestras vidas es un desafío constante, pero también una oportunidad para crecer y desarrollarnos como individuos. Al cultivar la aceptación, desarrollar la resiliencia y practicar la atención plena, podemos abrazar el cambio y encontrar seguridad interior en un mundo impredecible. Recuerda que la incertidumbre no tiene por qué paralizarnos, sino que puede motivarnos a descubrir nuevas posibilidades y a vivir una vida plena y equilibrada. Atrévete a abrazar la incertidumbre y a convertirla en una fuerza transformadora en tu vida.