Get Even More Visitors To Your Blog, Upgrade To A Business Listing >>

Meditación filosófica: qué es y cómo puedes practicarla

Para comprendernos a nosotros mismos, debemos hacer un balance regular de todos los pensamientos que pasan por nuestra conciencia. Si tuviéramos que referirnos a un término según las prácticas, ese es “meditación”. 

En la meditación nos esforzamos por “vaciar” la conciencia de la mezcla de angustias, heridas, emociones y enfocarnos en el momento inmediato, permitiendo que se noten cosas aparentemente menores pero fundamentales como la respiración. En nuestra búsqueda de liberación y paz, todavía tenemos esa agitación que los budistas llaman «mentes de mono».

Pero hay un enfoque que podemos considerar, basado no en el pensamiento oriental, sino en las ideas transmitidas por la tradición occidental. En la Meditación Filosófica, en lugar de ser instados a dejar de lado nuestras preocupaciones y ambiciones, se nos indica que nos tomemos el tiempo para profundizar, examinar y confrontarlas.

Es un aspecto distintivo y muy interesante de nuestra mente que pocas de nuestras emociones son reconocidas, entendidas o verdaderamente sentidas, y la mayoría de los pensamientos que guían nuestro comportamiento existen en una forma «sin procesar» dentro de nosotros. La Meditación Filosófica por su propia estructura nos ayuda a profundizar en el contenido confuso que perturba nuestro flujo de conciencia. Para entendernos a nosotros mismos, como mencionamos antes, debemos analizar regularmente los pensamientos que pasan por nuestra conciencia.

¿Cuáles son las razones por las que podría estar preocupado ahora?

A menudo tenemos muchas más preocupaciones de las que podemos admitir conscientemente. La vida sentida de manera consciente es un proceso infinito de momentos alarmantes, aun cuando todo parece haberse calmado. Constantemente nos enfrentamos a una serie de amenazas e incertidumbres. Incluso los días ordinarios esconden momentos llenos de desafíos y miedos: un nuevo trabajo, una nueva responsabilidad o incluso mantener el control de nuestro cuerpo en lugares públicos. Todas estas pequeñas cosas son razones por las que nos sentimos presionados, aunque no las tomemos en serio.

Durante las sesiones de meditación, es necesario dar a estas angustias la oportunidad de ser «escuchadas», para interpretarlas y contextualizarlas adecuadamente. Solo si escuchamos a fondo estas ansiedades perderán su control sobre nosotros. En casi cualquier momento del día, hay una cadena caótica corriendo por nuestra mente que tendría menos sentido si fuera grabada y transcrita. Podemos obligarnos a imaginar lo que podría pasar si nuestras premoniciones catastróficas se hicieran realidad. Podemos negarnos a dejar que nuestras preocupaciones nos carcoman por dentro y enfrentarlas de frente hasta que ya no tengamos miedo. Podemos convertir un revoltijo de preocupaciones en una «lista» tranquilizadora.

¿Por qué estoy enojado en este momento?

Esta pregunta puede sonar un poco extraña, porque a menudo sentimos que no tenemos motivos para estar enojados. Nuestra imagen se inclina hacia ser valientes por nuestro propio bien. Pero casi inevitablemente llevamos rastros de arrepentimiento, envidia, vulnerabilidad o tristeza. Estos sentimientos no se registran en la conciencia inmediata, no porque no existan, sino porque estamos demasiado acostumbrados a que las personas que nos rodean no den ni un centavo por estas experiencias, y durante nuestro desarrollo recibimos el consejo de “ser fuertes”.

Sin embargo, la vida nos expone a flechazos y aguijones a diario: una reunión que termina abruptamente, una llamada que no escuchas, alguien que te desafía cuando necesitas tranquilidad, y más. Somos «atletas mentales» al resistir estas cosas, pero nuestro estoicismo tiene un costo. De las pequeñas humillaciones se forman grandes bloques de resentimiento que nos hacen incapaces de amar o confiar más. Lo que llamamos depresión, puede ser tristeza y enfado que no han sido consumidos en su tiempo.

¿Por qué soy actualmente ambicioso y emocionado?

Una parte de nuestra mente siempre está llena de esperanza, buscando maximizar las oportunidades y desarrollar el potencial. Mucha de esta energía se “registra” como una vaga tensión respecto a nuevas decisiones. Podemos experimentar esta ansiedad desde el principio cuando leemos un artículo, nos enteramos de los planes futuros de un colega o se nos ocurre una idea para el próximo año mientras caminamos por el parque. El entusiasmo apunta a versiones mejores y más realizadas de nosotros mismos. Deberíamos permitir que nuestras mentes se pregunten más de lo normal qué es exactamente lo que esta emoción está tratando de decirnos sobre nosotros mismos, ya sea una vista, un libro, un lugar, una nueva perspectiva.

Un período de meditación filosófica no resuelve los problemas, pero crea una oportunidad para que pongas tu mente en orden y te comprendas mejor a ti mismo. Los miedos, resentimientos y esperanzas se reconocen más fácilmente y tenemos menos miedo de lo que está en nuestras mentes. Con pequeños pasos, empezamos a conocernos mejor.

Cómo puedes practicar la meditación filosófica

Ansiedad

Escribe al menos 8 cosas que te preocupan en este momento. Cada subpunto debe contener una sola palabra (o solo unas pocas palabras) para empezar. No se preocupe si algunas ansiedades parecen triviales o abrumadoras. La mente tiende a ser una mezcla casi cómica entre los dos.

Si tiene problemas para escribirlos, busque cosas que le causen ansiedad en las siguientes categorías:

  • La obra
  • Relaciones
  • Niños/Padres
  • Salud
  • Dinero
  • cosas que debes hacer

Sentirás una liberación incluso mientras escribes estas cosas. Habrá una sensación de liberación de lo que llamamos «desempacar» la ansiedad. Hay dos tipos de limpiezas que podemos hacer alrededor de cada ansiedad.

  1. Desembalaje práctico : Hágase preguntas desde una perspectiva práctica. Quizás te estés preguntando las siguientes cosas:
  • ¿Qué pasos necesitas seguir?
  • ¿Qué deben hacer los demás?
  • ¿Qué debe suceder y cuándo?

 Es muy útil tener un lado tranquilo que «escucha» la descripción detallada de lo que se necesita hacer para resolver un problema. Ya no lo verás como ansiedad. Es un conjunto de pasos a seguir. Puede que no todos los pasos sean fáciles, pero al menos los tienes más claros.

  1. Desembalaje emocional: Hágase preguntas desde una perspectiva emocional o plantéese un conjunto de dudas.

Describa sus sentimientos de manera detallada. ¿Qué sientes que indica? Imagina juntar todos tus sentimientos para explicárselos a un amigo cercano.

El objetivo aquí no es resolver todas las ansiedades, sino conocerlas mejor y experimentar la liberación que proviene de la claridad.

Pena

Por desafiante que suene, escribe una lista de las cosas que te están molestando en este momento. Aunque despierte muchos sentimientos en ti, tanto mejor. ¿Cómo te han lastimado los demás? ¿Por qué estás triste, estresado, nostálgico o herido?

Permítete, en este ejercicio, enojarte, por ejemplo, con la forma en que tu pareja se cepilla los dientes, tu jefe hablando sarcásticamente, tu madre diciéndote que no tienes gusto en la ropa, y la lista aparentemente trivial puede continuar. Estos son solo algunos puntos de partida y todos los puntos son válidos.

Mira tu lista. Elige dos formas en que las personas te hayan lastimado que te preocupen particularmente. ¿Qué te molesta de estas cosas? Entra en tantos detalles como sea posible. Imagina confiar en un amigo extremadamente paciente y empático.

Ahora pregúntate: si esto le sucediera a un amigo, ¿cómo le aconsejarías? ¿Qué podrías decir? Una vez más, esto no está tratando de resolver estos problemas. El principal problema es tener claro lo que realmente nos preocupa, pasar de la vaguedad a la claridad.

Entusiasmo

Enumere rápidamente algunas cosas que llamaron su atención y despertaron su interés desde la última meditación hasta ahora. Una palabra o frase corta es suficiente por ahora. 

Su lista podría (no necesariamente) incluir lo siguiente:

  • Momentos de envidia: cuando pensabas que alguien más tenía algo que querías
  • Momentos en los que sueñas despierto: cómo sería idealmente tu vida (algo que no podrías decirle a nadie más porque te sentirías avergonzado)
  • Que buena persona fue contigo
  • Qué tan emocionado estás por cierta cosa

Elija dos cosas que se le queden grabadas en la cabeza y analícelas con una serie de preguntas:

  • Describe tu emoción como si se lo estuvieras contando a tu mejor amigo
  • Si pudieras cambiar tu vida de alguna manera: ¿cómo sería cambiar tu vida a través de esto?
  • Esto contiene un indicio de lo que falta en tu vida ahora: ¿qué podría faltar?
  • Si esta cosa pudiera hablar, ¿qué me diría?
  • Si esto pudiera cambiar mi vida, ¿qué cambios me diría que hiciera?
  • Si algunas partes de mi vida se vieran así, ¿cómo sería exactamente?

La recomendación es practicar la Meditación Filosófica al menos dos veces por semana. 

Conclusión

La meditación filosófica es una práctica que nos ayuda a Explorar Nuestras Ideas y pensamientos más profundos. A través de la reflexión y el autoconocimiento, podemos encontrar respuestas a preguntas importantes sobre la vida y el mundo que nos rodea.

Para practicar la meditación filosófica, es importante encontrar un lugar tranquilo y cómodo donde podamos sentarnos sin distracciones. Podemos cerrar los ojos y centrarnos en nuestra respiración, tratando de dejar de lado los pensamientos que nos distraen.

Durante la meditación filosófica, podemos reflexionar sobre preguntas como: «¿Qué significa ser feliz?», «¿Cuál es el propósito de la vida?» o «¿Qué es lo correcto?». No hay respuestas correctas o incorrectas, ya que cada persona puede tener su propia perspectiva y comprensión.

Es importante recordar que la meditación filosófica no tiene como objetivo resolver todos nuestros problemas o encontrar respuestas definitivas. En cambio, nos ayuda a explorar nuestras ideas y a cultivar una mente abierta y curiosa.

Al practicar la meditación filosófica, podemos desarrollar una mayor comprensión de nosotros mismos y de los demás. También podemos aprender a apreciar diferentes puntos de vista y a aceptar la incertidumbre en nuestras vidas.

Si bien la meditación filosófica puede ser beneficiosa para personas de todas las edades, es especialmente útil para los niños. Les ayuda a desarrollar habilidades de pensamiento crítico, a cultivar la empatía y a entender mejor el mundo que les rodea.

En resumen, la meditación filosófica es una práctica que nos invita a explorar nuestras ideas y pensamientos más profundos. Al reflexionar sobre preguntas importantes, podemos desarrollar una mayor comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. ¡Así que, a explorar y a pensar!

Mi recomendación de lectura para aprender a usar la Meditación filosófica



This post first appeared on 4 SEÑALES EN QUE TU TRABAJO ESTÁ AFECTANDO A TU SALUD MENTAL, please read the originial post: here

Share the post

Meditación filosófica: qué es y cómo puedes practicarla

×

Subscribe to 4 SeÑales En Que Tu Trabajo EstÁ Afectando A Tu Salud Mental

Get updates delivered right to your inbox!

Thank you for your subscription

×