Supongamos que pudiéramos ser invisibles por un día y sentarnos en un banco en el metro o en la parada de autobús, analizando a las Personas que pasan junto a nosotros. Los miraríamos de cerca, notaríamos particularidades en sus gestos, postura y mirada, tal vez los juzgaríamos por su forma de caminar o de vestir. Cuando viéramos a alguien con una postura ejemplar y una expresión de confianza en el rostro, pensaríamos desde el punto en que nos encontramos: “Esta persona seguro que no tiene ningún complejo”. Tal vez secretamente deseamos poder tomar prestado algo de su actitud. Por otro lado, si viéramos a alguien con un defecto en un brazo o una pierna, un defecto no lo suficientemente pronunciado como para afectar su calidad de vida, pero lo suficientemente notable como para llamar la atención, probablemente diríamos que esa persona debe ser terriblemente compleja. .

¿Qué son los complejos?

Los complejos, sin embargo, no solo están relacionados con nuestro físico o la forma en que nos relacionamos con los demás (complejos de inferioridad o de superioridad). Tienen raíces mucho más profundas e interfieren en nuestras vidas y comportamientos de formas insospechadas. La Asociación Estadounidense de Psicología define los Complejos como «un grupo o sistema de ideas o impulsos interconectados que tienen un tono emocional común y ejercen una influencia poderosa pero a menudo inconsciente en las actitudes y el comportamiento de una persona». Esto significa que estos complejos están formados por patrones clave de deseos, emociones, recuerdos y percepciones que influyen de manera imperceptible en la forma en que una persona piensa o se comporta. Los complejos generalmente se organizan en torno a un tema amplio, como el estatus o el poder. Un complejo es el punto ciego.

El término «complejo» en psicología fue introducido por Carl Jung, cuando todavía trabajaba en estrecha colaboración con Sigmund Freud . Jung distingue entre dos tipos de inconsciente: el inconsciente personal y el inconsciente colectivo. El inconsciente personal es la suma de experiencias en la vida de una persona que se pueden recordar conscientemente.

Por otro lado, el inconsciente colectivo representa una especie de herencia universal de los humanos, una «memoria de especie» que se transmite a cada uno de nosotros, de la misma manera que los animales son «programados» y adquieren sus instintos. Según Jung, el inconsciente personal está dominado por complejos, que pueden ser conscientes, parcialmente conscientes o inconscientes. Asimismo, los complejos pueden ser positivos o negativos, según las consecuencias que tengan.

Los complejos más comunes y cómo se manifiestan

Jung conceptualizó los complejos con un alto nivel de autonomía, describiéndolos como «fragmentos de la psique» que sientan las bases de «mini-personalidades» a las que llamó «hombres». Estas analogías allanaron el camino para la expansión de la idea de que los complejos serían «subpersonalidades», cada una de ellas operando como una región semipermanente y semiautónoma de la personalidad, capaz de comportarse como una persona -idea desarrollada por los británicos psicólogo John Rowan .

Complejo de Dios

Es un patrón de personalidad que hace que las personas crean que son superiores a los demás o influyentes; a menudo va acompañado de grandiosidad, narcisismo y sentimientos exagerados de importancia personal. Una persona con este complejo puede creer que tiene derecho a un trato especial por parte de quienes le rodean y que las normas no se le aplican. También es insensible a las necesidades de los demás y tiende a volverse muy celosa y manipuladora para controlar a los demás. Los niños que son constantemente elogiados por sus padres y a los que no se les ponen límites o sanciones por conductas inapropiadas corren el riesgo de desarrollar este complejo en la edad adulta., lo que afectará no solo su vida social, sino también su vida personal, pues no podrán desarrollar relaciones sanas viéndolas solo como un juego de poder que deben ganar.

Complejo de héroe

Las personas con este complejo quieren ser el centro de atención y llegan a crear situaciones en las que tienen que salvar a alguien. El autoelogio está a la orden del día, e incluso se aumenta el toque del evento en cuestión para conseguir la atención deseada. Algunas de las personas que padecen este complejo eligen profesiones como bomberos, médicos, enfermeros, policías o políticos, cargos desde los que pueden crear situaciones difíciles que luego pueden resolver. Desafortunadamente, a veces estas situaciones pueden ser fatales.

Complejo de inferioridad

Uno de los complejos más comunes, el complejo de inferioridad hace que quienes lo padecen crean que no son dignos de lo que tienen o reciben, o que son menos capaces que los demás. Las personas afectadas pueden compensar en exceso y lograr resultados extraordinarios, pero nunca creerán que han logrado suficiente éxito. El complejo de superioridad puede traer resentimiento y resentimiento, alejando a sus «víctimas» de la interacción social.

Complejo de víctima o mártir

Una persona con complejo de víctima quiere martirizarse y busca el sufrimiento o la persecución porque satisface una necesidad psicológica o un deseo de eludir la responsabilidad. En algunos casos, esto se deriva de la creencia de que el mártir fue condenado al ostracismo y perseguido debido a sus habilidades o integridad excepcionales. Otras formas del complejo de mártir involucran el sufrimiento voluntario en nombre del amor o el deber. Esto se observó en mujeres, especialmente en aquellas de familias más pobres, así como en aquellas involucradas en relaciones codependientes o abusivas.

Complejo de persecución

Es la ilusión de que el afectado corre peligro o que va a correr peligro, porque alguien intenta hacerle daño . Quienes padecen este complejo se sienten aislados, creen que nadie les cree y comienzan a desarrollar conductas paranoicas. También les resulta difícil confiar en los demás. Dado el estilo de vida que prevalece hoy en día: ambicioso y de avance rápido, cada uno de nosotros trata de obtener tantos buenos resultados como sea posible en el menor tiempo posible. Este ambiente crea una atmósfera de «caza» en la que el complejo de persecución se propaga cada vez más fácilmente, ya que comenzamos a mirar a todos con recelo.

Síndrome del impostor

También relacionado con este entorno ultracompetitivo está el síndrome del impostor. Las personas que luchan con el síndrome del impostor sienten que no merecen sus logros y la forma positiva en que los demás los ven. Siento que no son tan competentes o inteligentes como otros creen que son y que tarde o temprano el mito se disipará y el mundo sabrá la verdad sobre ellos. Da la casualidad de que son precisamente las personas consumadas las que caen presa del síndrome del impostor, ya se trate de personas influyentes en la comunidad o de personas altamente capacitadas y capacitadas con notables resultados académicos. Aquellos que experimentan baja autoeficacia, perfeccionismo y neuroticismo.tienen más probabilidades de sufrir el síndrome del impostor. Otro factor que contribuye al síndrome es el ambiente competitivo en el que nos criamos, con padres que presionan para obtener buenas calificaciones y resultados académicos.

Complejo de Edipo

El complejo de Edipo es un término utilizado en la teoría de Sigmund Freud sobre el desarrollo de las etapas psicosexuales. El concepto se refiere a la atracción del niño varón por el progenitor del sexo opuesto (madre) y los celos del progenitor del mismo sexo (padre). El complejo toma su nombre del rey Edipo, el personaje de la tragedia de Sófocles. En esa historia, el rey Edipo, sin saberlo, mata a su padre y se casa con su propia madre. En la teoría de Freud, el desarrollo psicosexual en la infancia ocurre por etapas.

Cada etapa se caracteriza por la fijación de la libido en diferentes partes del cuerpo. Freud apreció que a medida que maduramos físicamente, ciertas partes de nuestro cuerpo se vuelven fuentes de placer, otras de frustración, o ambas a la vez. Según la teoría, el complejo de Edipo juega un papel fundamental en la etapa fálica, considerada la más importante, ya que es cuando los niños desarrollan sustitutos saludables para la atracción por el padre del sexo opuesto. Esta etapa ocurre alrededor de los 3-6 años, cuando la libido de los niños se concentra en los genitales.

El complejo de Electra

Es el equivalente femenino del complejo de Edipo e implica el desarrollo de una atracción sexual subconsciente hacia el padre y una mayor hostilidad hacia la madre en el mismo lapso de 3 a 6 años. Un adulto que no haya resuelto este conflicto interno naturalmente terminará padeciéndolo incluso en la edad adulta.

¿Por qué tengo tantos complejos?

Puedo decirte que los complejos son un fenómeno muy común entre las personas. Todos tenemos nuestras inseguridades y preocupaciones, y esto puede manifestarse en forma de complejos.

Es importante recordar que los complejos son algo normal y no hay nada malo en tenerlos. Sin embargo, si tus complejos están afectando tu vida diaria, es posible que necesites ayuda para superarlos.

Una de las razones por las que podemos tener complejos es debido a experiencias negativas en nuestro pasado. Por ejemplo, si alguien nos criticó duramente en algún momento, puede que eso haya dejado una marca en nuestra autoestima y nos haga sentir inseguros.

Otra razón podría ser compararnos con los demás. Vivimos en una sociedad que nos bombardea con imágenes de personas «perfectas» en las redes sociales y en los medios de comunicación, lo que puede hacernos sentir que no estamos a la altura.

Pero aquí está la buena noticia: puedes superar tus complejos. Empieza por aceptar que nadie es perfecto y que todos tenemos nuestras fortalezas y debilidades. Aprende a valorarte por quien eres y no por lo que otros piensan de ti.

También es importante recordar que no estás solo. Muchas personas luchan con complejos similares a los tuyos, y buscar ayuda de un profesional de la salud mental o de un grupo de apoyo puede ser muy útil.

Así que no te rindas. Aprende a amarte a ti mismo y a aceptarte tal como eres. Todos somos únicos y eso es algo para celebrar.

¿Cómo actúa una persona con complejos?

Las personas con complejos suelen actuar de manera defensiva y con falta de confianza en sí mismas. Esto puede llevar a evitar situaciones que creen que pueden exponer sus defectos, lo que limita su capacidad de experimentar cosas nuevas y crecer como personas.

Pero es importante recordar que todos tenemos aspectos de nosotros mismos que pueden parecernos negativos o limitantes. Aceptar y trabajar en estas áreas de mejora es clave para superar los complejos y alcanzar una mayor seguridad y autoestima.

Como psicólogo, mi objetivo es ayudar a las personas a identificar sus complejos y a trabajar para superarlos. Esto implica un proceso de autoexploración, autoaceptación y trabajo en la construcción de una imagen positiva de uno mismo. Con el tiempo, esto puede llevar a una mayor confianza y capacidad para enfrentar nuevos desafíos y lograr objetivos personales y profesionales.

¿Cómo se pueden superar los complejos?

Los complejos se basan tanto en experiencias personales como en una predisposición genética. Si en el caso del síndrome del impostor y complejo de inferioridad se recomienda renunciar a las comparaciones, utilizar técnicas de mindfulness o llevar un diario de agradecimiento, rodearnos de personas con actitud positiva y reconstruir nuestra autoestima a medida que identificamos la raíz del problema, es mucho más difícil deshacernos del complejo de víctima o de Dios, por ejemplo. Las personas con tales complejos tienden a tener muchas más dificultades (o en absoluto) para comprender que hay algo mal con su comportamiento o su visión del mundo. Falta la capacidad de introspección del narcisista. Sin ella, no hay curación emocional. Sin sanación emocional y conciencia de los propios errores no hay cambio.

Como mencionamos al principio del artículo, los complejos son patrones clave de deseos, emociones, recuerdos y percepciones que influyen de manera imperceptible en la forma de pensar o comportarse de una persona, mini-personalidades que toman el control de nosotros en diversas situaciones. Un hombre con complejo de superioridad también puede sufrir un trastorno de personalidad narcisista, y esas personas nunca buscarán ayuda profesional.

Quienes padecen el complejo de persecución encuentran gratificación en el sufrimiento y difícilmente aceptarán las sesiones de psicoterapia como solución a sus problemas, porque es mucho más difícil crear nuevas redes neuronales que sustituyan a las que percibieron, por ejemplo, la conexión traumática (trauma bond) . ), como un patrón de relación válido y «normal».

La psicoterapia y los procesos de desarrollo personal siguen siendo los métodos más adecuados para la superación de los complejos, pero en muchos casos se necesita mucho trabajo por parte de sus allegados que deben identificar el complejo del ser querido, explicarle el problema de forma que no la rechace y la apoye en todo el proceso. Si los seres queridos no están involucrados, probablemente la única forma de que aquellos que sufren de los complejos mencionados anteriormente obtengan ayuda y cambien su perspectiva sobre sí mismos es si la depresión y la ansiedad se instalan en sus vidas u otro trastorno afectivo o de la personalidad. Por lo tanto, aunque terminen frente al terapeuta para «tratar» cierto trastorno, la discusión inevitablemente también se dirigirá a la parte «más oscura» de su mente, la que ni siquiera se dieron cuenta de que era problemática.

Conclusión

En conclusión, los complejos son patrones de pensamiento negativos y distorsionados que pueden afectar a cualquier persona. Sin embargo, es importante recordar que todos tenemos aspectos de nosotros mismos que pueden parecernos negativos o limitantes, pero aceptarlos y trabajar en ellos es clave para superar los complejos.

A través de la autoexploración, la autoaceptación y el trabajo en la construcción de una imagen positiva de uno mismo, es posible superar los complejos y alcanzar una mayor seguridad y autoestima. Además, buscar ayuda profesional, como la terapia, puede ser una excelente manera de trabajar en estos complejos y obtener el apoyo necesario para enfrentar y superar los desafíos.

Al final del día, el proceso de superar los complejos puede ser difícil, pero es posible y puede ser una oportunidad para crecer y aprender más sobre uno mismo. A medida que se trabaja en superar los complejos, se puede experimentar una mayor confianza y capacidad para enfrentar nuevos desafíos y lograr objetivos personales y profesionales.

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